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Las mujeres defensoras

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Dora Lucy Arias, Jomary Ortegón e Iris Marín, tres mujeres demócratas, valiosas, valientes e inteligentes han sido propuestas para la Defensoría del Pueblo, un cargo clave para la Paz Total a elegir por parte de la Cámara de Representantes.

El presidente Gustavo Petro abre no solo una perspectiva nueva en la que, por primera vez desde que fue creada la institución, una mujer asumirá la dirección y orientación de la política pública de derechos humanos. También significará que la Defensoría salga de la captura en la que tienen hoy las mafias de la burocracia de los partidos tradicionales y recupere el respeto por su magistratura moral, devaluada en los últimos años por direcciones que la alejaron del pueblo, de los líderes y lideresas sociales, de defensoras y defensores de derechos humanos y del movimiento social por la paz. Ese es el reto que hoy asumen las candidatas.

Dora Lucy Arias Giraldo es abogada especializada en derecho constitucional, con una maestría en defensa de los derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario. Ha representado legalmente a víctimas en numerosos casos de graves violaciones de derechos humanos y ha representado jurídicamente a comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas.

Iris Marín Ortiz es abogada y magistrada auxiliar de la Corte Constitucional. Experta en justicia transicional, ha desempeñado un papel clave en el proceso de paz. Asesoró al gobierno de Juan Manuel Santos durante las negociaciones con las FARC y colaboró con la JEP, la Unidad de Víctimas, ONU Mujeres y la Comisión de la Verdad.

Jomary Liz Ortegón Osorio es abogada de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en derecho constitucional, estudios de género y derecho penal y magíster en Estudios Latinoamericanos de la Pontificia Universidad Javeriana. Como defensora de derechos humanos con más de 20 años de experiencia, ha trabajado en litigios a nivel de Naciones Unidas y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos en representación de víctimas de graves violaciones a derechos humanos. Fue presidenta del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.

Tres mujeres que representan la decencia y el compromiso con los nuevos tiempos en Colombia: los tiempos del cambio, de trabajar por y con la gente y de hacer cumplir la Constitución, los derechos y el respeto al Derecho Internacional Humanitario. Son los tiempos del respeto a la vida y al disfrute digno del territorio. Son tres mujeres con una sólida trayectoria en la defensa de los derechos humanos y altamente calificadas para el cargo.

¿Porque es tan importante que una mujer asuma el cargo de defensora del Pueblo en Colombia?

Fortalece el enfoque de género y en especial el proceso de alcanzar paridad de género en las instituciones del Estado. Es la primera vez en 32 años que una mujer ocupará este cargo. Se espera una consolidación e inclusión en las políticas con enfoque de género, que beneficie a mujeres, niñas, adolescentes y la población LGBTIQ+.

Las mujeres constituyen más de la mitad de la población en Colombia y son las principales víctimas del conflicto armado y de diversas formas de violencia y discriminación. El ascenso de una mujer en este cargo enriquece el enfoque diferencial y profundiza la sensibilidad social colectiva.

Mas allá del efecto inspirador de que Colombia tenga una mujer como defensora del Pueblo, mostrando que las mujeres pueden alcanzar posiciones de liderazgo y tener un impacto significativo en la sociedad, el significado más importante es que será una Defensoría al servicio del pueblo, de la paz, de la defensa de la vida en sintonía con los cambios y las reformas que necesitamos para avanzar como sociedad.

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