María Galeano
Era el jueves 3 de agosto en Cali, corrían varios jóvenes con sillas, cables, pancartas, mientras otras personas con herramientas en la mano se aprestaban para cortar y unir trozos de madera con el fin de darle forma a una tarima. Lo hacían para acondicionar el lugar porque al día siguiente llegaría a la casa de los y las aprendices del SENA, la ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez, con quien la juventud trabajadora del departamento se daría cita.
El objetivo no podría ser otro, la juventud valluna, en el marco de la campaña impulsada por la “ministra del pueblo” de llevar las reformas a la calle, también quería que su voz fuera escuchada y sus expectativas recogidas en el marco de la reforma laboral. Y así fue, muy temprano en la mañana del 4 de agosto, desde varios municipios del departamento, más de 3.500 jóvenes trabajadores, lideresas sociales y estudiantes de universidades, llegaron al SENA, con su alegría e irreverencia, para dar inicio a la convocatoria por el trabajo decente y la juventud trabajadora. Allí también llegaron representantes a la Cámara y senadores egresados de la misma institución.
La ministra Gloria Inés llegó al lugar con su especial amabilidad, saludó al público y antes de hablar de la reforma laboral, les agradeció por la logística del evento. “Hoy estamos en una tarima hecha por las instructoras y los aprendices del SENA, quienes ayer estuvieron trabajando a rayo de sol: buscando la madera, cortando las tablas y martillando las uniones de esta estructura que sostiene mis pasos, nuestros pasos”, expresó.
La ciudad de Cali, resaltó la ministra, “se ha ganado el título de capital de la resistencia popular y juvenil”. La presencia del ministerio del Trabajo en ese encuentro era también para agradecer su resistencia ante tantos años de gobiernos neoliberales. “Queremos conversar sobre los proyectos que como gobierno queremos impulsar, demostrando que somos un gobierno distinto, que privilegia el diálogo y la participación como forma de construcción política”.
Gloria Inés les comentó que, con la “reforma laboral y las reformas del Gobierno del cambio estamos dignificando a la juventud colombiana”. Con su espíritu de profesora, tomó la pelota de la palabra, diseñada para la dinámica del juego del tingo tango, y la lanzó al público para iniciar la ronda de intervenciones.
Temas como la necesidad de que los y las aprendices pasen de tener un apoyo de sostenimiento para sus prácticas, a un contrato de aprendizaje con todas las garantías sociales, además de la inclusión laboral para las mujeres jóvenes, el derecho a un trabajo digno para los agricultores, fueron parte de las propuestas e inquietudes de la juventud. Todas las iniciativas y dudas fueron escuchadas. La ministra del Trabajo y los directores del sector intervinieron para dar alcance a las propuestas.
El evento masivo, lleno de expresiones de apoyo al Gobierno del cambio, culminó con el compromiso de la ministra de poner en cintura el abuso de los contratos de prestación de servicios, la recuperación del carácter laboral del contrato de aprendizaje, la recuperación del pago de las horas extras, los dominicales y los festivos y recargos nocturnos y la erradicación de las brechas de género en el mundo laboral. Mensaje que fue recibido en medio de aplausos, mientras se imponía la consigna de: “Ni desempleo, ni esclavitud, ¡trabajo digno para la juventud!”.
