VOZ publica las palabras de la secretaria general del Partido Comunista en el homenaje al dirigente comunista, periodista revolucionario y parlamentario con motivo del 29 aniversario de su asesinato
Claudia Flórez Sepúlveda
@ClaudiaFlorezPC
Todos los 9 de agosto nos hemos encontrado para conmemorar un año más sin el entrañable camarada Manuel Cepeda Vargas. No olvidaremos su lucha, su ejemplo
Fue dirigente de la Juventud Comunista, periodista revolucionario, columnista y director por dos décadas del semanario VOZ Proletaria. Se iniciaba así una nueva etapa para el periódico, se destaca su papel unitario para impulsar el papel la izquierda y el movimiento popular y la defensa de la paz en los escritos periodísticos.
Fue un excelente defensor de los más pobres como representante a la Cámara y senador por el Partido Comunista y la Unión Patriótica. Además, fue artista, poeta y pintor. Su existencia se la dedicó a la causa revolucionaria, a la construcción del socialismo.
Junto con su compañera de vida, la inolvidable camarada Yira Castro, no solo formó un hogar basado en los más nobles principios de la justicia y la libertad, sino que juntos militaron en la esperanza, contribuyendo en la formación de sindicatos en las fábricas, barriadas populares y medios de comunicación.
La pluma de Manuel Cepeda siempre defendió los intereses de la clase trabajadora, del campesinado, de los y las artistas comprometidas con un país distinto, de una mayoría social excluida que siempre encontró en sus escritos razones para seguir peleando.
Hace 29 años las balas infames del militarismo y paramilitarismo nos arrebataron a un cuadro del PCC. Si bien la justicia internacional le dio la razón a las víctimas y sobrevivientes, y específicamente en el caso Manuel Cepeda se condenó al Estado colombiano, aún quedan cabos sueltos en la investigación.
Ni la Fiscalía ni las instituciones judiciales le han dicho al país quiénes fueron los autores intelectuales de este magnicidio, que tres décadas después sigue en la impunidad.
Sin embargo, camaradas, amigas, amigos, hoy recordamos a nuestro camarada, desde el corazón y la memoria colectiva, y la mejor manera de no caer en el olvido es seguir caminando y luchando por la justicia y la no repetición. Trabajar desde el presente por una Colombia donde no se persiga, no se asesine, no se use a la violencia como el instrumento para estar en el poder, hacerse ricos y mantener la impunidad. Queremos construir desde ya una Colombia diferente. Con mejores condiciones de vida para las próximas generaciones.
El sacrificio de Manuel y de miles de colombianos y colombianas que dieron su vida por la revolución en Colombia no fue en vano. Vivimos un poderoso momento de cambio político y transformaciones sociales que reivindican la lucha de quienes hoy no nos acompañan.
El Partido Comunista no solo está comprometido con el actual proceso político que nos tiene batallando en el Gobierno de Gustavo Petro y Francia Marquez y en el trabajo con la gente, con las organizaciones que luchan a diario por un porvenir distinto, sino que también seguimos firmes con el horizonte estratégico del socialismo como alternativa posible para una humanidad que se enfrenta a desafíos inéditos.
Manuel, ¡los revolucionarios nunca mueren! Tu ejemplo perdura y es la inspiración para esta generación que hoy asume la tarea de conducir nuestro Partido.
Termino parafraseando tu última columna en VOZ. No dejemos nunca, camaradas, de alistar un acto de teatro, una canción, una pintura, que diga que Colombia vive y sueña.