La reunión orientó acciones unitarias para contrarrestar la volatilidad de precios de los alimentos, fertilizantes y energía, así como la estabilidad financiera. La solidaridad es necesaria también para superar las debilidades agroalimentarias y la desigualdad en la región
José del Río
En general la prensa occidental no ha recogido en su integridad las numerosas conclusiones de la VII Cumbre de la Celac y positivos resultados logrados por este debate regional. Por ejemplo, la valoración que hizo casi inmediatamente el Consejo Europeo de la Unión Europea: “Esta cita fortalecerá aún más la asociación birregional de la UE y los países de la Celac en prioridades compartidas como las transiciones digital y verde, la lucha contra el cambio climático, la salud, la seguridad alimentaria…la seguridad y gobernanza o la lucha contra el crimen trasnacional”.
Otro resultado relevante de la VII Cumbre es la reunión de los dignatarios de la Celac y la UE los días 17 y 18 de julio del presente año, anunciado por Ralph Gonsalves, presidente de Celac y el vicepresidente del Consejo Europeo, Charles Michel, evento donde discutirán los puntos contenidos en una agenda que están concertando.
Los resultados de los debates
Los debates en la reunión de Buenos Aires fueron tan fructíferos que el documento final abunda en resultados. Al respecto el canciller de Argentina Santiago Cafiero destacó que la declaración final de la VII Cumbre de Celac “Tiene 100 puntos de consenso y 11 declaraciones especiales, todas fruto del diálogo y el respeto. Es el multilateralismo solidario de la forma más vívida, que practicamos y llevamos adelante. Es vencer la cultura del odio y el descarte y anteponerle la fuerza de la cultura del encuentro”. VOZ recoge algunas conclusiones plausibles del evento.
La Declaración destaca: “Convencidos de la importancia que tiene este mecanismo intergubernamental de integración regional, de concertación, unidad y diálogo político para promover y proyectar a América Latina y el Caribe en el debate de los temas de la agenda global”. La Declaración también subraya el compromiso con la unidad e integración regional, política, económica, social y cultural y la decisión de continuar trabajando conjuntamente en pro del desarrollo sostenible para hacer frente a la crisis sanitaria, social, económica y ambiental ocasionada por la pandemia del covid-19, el cambio climático, el creciente riesgo de desastres naturales y la degradación de la biodiversidad del planeta, entre otros temas.
Solidaridad ante la crisis y la deuda
La Declaración se ocupa del hecho de que algunos países de América Latina y el Caribe debido a la pandemia soportan altos niveles de deuda pública y por ello exigen que las instituciones financiera regionales e internacionales, entre otras, los Bancos Multilaterales y de Desarrollo proporcionen los recursos necesarios para superar esta crisis, pero que lo hagan aplicando “mecanismos justos, transparentes, accesibles y sin exclusiones”
También reclaman acciones unitarias para contrarrestar la volatilidad de precios de los alimentos, fertilizantes y energía, así como la estabilidad financiera. La solidaridad es necesaria también para superar las debilidades agroalimentarias y la desigualdad en la región. Cuestiones que convierten en difícil neutralizar los efectos lesivos del cambio climático. Por toda esta esta situación la región puede enfrentar con desventaja la recesión global.
Los gobiernos que integran la Celac procurarán que sus modelos económicos fortalezcan el desarrollo productivo, con alta inclusión social. Reconocen que esto solo es posible si se cuenta con alta cohesión social y un sistema de diálogo entre todos los países comprometidos.
Como una forma de llevar a cabo todas estas propuestas decidieron coordinar con la Cepal una reunión de ministros de Economía y Finanzas, en el primer semestre del 2023, en “una fecha que se debe precisar”, con el objetivo de “diseñar una agenda común de América Latina y el Caribe” para afrontar en mejores condiciones la actual crisis mundial.
Señalan que la región está llamada a jugar un rol importante para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en su condición de exportadora de alimentos y con posibilidades de contribuir a la solución de los problemas del medio ambiente, debido a la abundancia de bosques, suelos, agua y una rica biodiversidad.
La reunión puso de presente la necesidad de que para enfrentar los problemas sanitarios es necesario diseñar formas solidarias de cooperación. Los problemas de este tipo deben identificar a la persona como objetivo de las políticas de salud y para ello deben tener en cuenta que la prestación de los servicios debe identificar las carencias de los colectivos más vulnerables, que han sido históricamente discriminados, tal como sucede con los indígenas, los afrodescendientes, la niñez, juventudes, personas mayores y personas con discapacidad. Se destaca que debe haber un reconocimiento de la importancia de los hombres y mujeres que desempeñan el rol de cuidadoras.
Para tener éxito en esta cuestión de la salud deben aplicarse las recomendaciones de la Reunión Ministerial de la Salud de la Celac, orientada por Argentina. Es necesario, además, continuar aplicando el Plan de Autosuficiencia Sanitaria de la organización. En esta forma se pueden fortalecer la producción y distribución de vacunas, medicamentos e insumos aplicando transferencias de tecnologías y financiación a la investigación y la innovación.
Se hizo un reconocimiento por los aportes de la primera y la segunda reunión de la Celac para la presentación “de la Estrategia de abordaje de compra de medicamentos de alto costo” De igual manera se considera positiva la IV Reunión de la Red de Expertas y Expertos en Agentes Infecciosos y Enfermedades Emergentes y Reemergentes, así como también, el Informe de capacidades de investigación, desarrollo y producción de vacunas de países de Celac.
Acciones para evitar el cambio climático
La Declaración Final recaba la urgencia de que los países desarrollados cumplan su compromiso de aportar los 100.000 millones de dólares anuales para “apoyar a los países en desarrollo, en especial los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, los países sin litoral marítimo y los países del Istmo Centroamericano, y el compromiso de la COP 26 de duplicar como mínimo la financiación para la adaptación”.
El documento fue enfático al criticar las medidas restrictivas al comercio que adoptan los países altamente desarrollados justificando estas decisiones con el pretexto de actuar contra el cambio climático. Lógicamente en la situación de inestabilidad económica actual y las perspectivas de una crisis económica dificultan a los países en desarrollo para cumplir los compromisos en relación con la lucha contra el cambio climático.
El documento también se refiere a la necesidad de aumentar la producción de energía renovables e intensificar el tránsito hacia el incremento de soluciones sustentables para remplazar los combustibles fósiles. La región se compromete a realizar todas las acciones necesarias para cumplir la Agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo. Pero exige que se reconozca el derecho humano al agua y al saneamiento tal como lo determina la resolución 64/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Solución al problema de las drogas
El problema mundial de las drogas debe intentar resolverse respetando las legislaciones nacionales y respetando también los derechos humanos. Debe ser prioritario que cualquier política para resolver el problema de las drogas tenga en cuenta los efectos en la salud pública “y el medio ambiente, la cooperación internacional y la justicia social”. En todo caso cualquier acción para resolver este problema debe tener en cuenta que los miembros de la Celac son Estados Parte.
Cualquier intento de solucionar este problema debe respetar los principios de la Carta de las Naciones Unidas, incluido “el respeto a la soberanía nacional y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados”.