El giro de los votantes, al darle la espalda a un partido tradicional y otorgarle el triunfo a una formación política joven, se explica por el malestar social ante el cúmulo de necesidades económicas sin solución
Ricardo Arenales
Los resultados electorales del 5 de mayo pasado dieron al traste con cien años de hegemonía política del Partido Unionista Democrático, DUP, y le otorgaron una significativa victoria al partido Sinn Féin, conocido por ser heredero político del Ejército Republicano Irlandés, IRA, una agrupación armada que durante tres décadas libró una enconada lucha por la separación de esa región del Reino Unido y por la unificación de Irlanda, una lucha que, según estudiosos, dejó al menos tres mil muertos.
El giro de los votantes, al darle la espalda a un partido tradicional y otorgarle el triunfo a una formación política joven, pese al estigma de ser el brazo armado de una guerrilla acusada de intransigente se explica en el malestar social ante el cúmulo de necesidades económicas y sociales sin solución.
La ciudadanía tiene que hacer largas filas para recibir atención médica en los centros asistenciales. A esto se suma el aumento del costo de vida, principalmente del renglón de alimentos y el elevado precio de los combustibles.
Factores del triunfo
Hay una conjunción de factores que provocan esta situación, el último de los cuales son las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, después de que el gobierno de Londres optó por apoyar al de Zelensky, entregándole una millonaria ayuda económica y en armas y equipos de guerra, que le cuesta al erario británico un ojo de la cara.
Pero se agregan las consecuencias aún no superadas de la pandemia del covid-19, que forzó el cierre de un gran número de empresas comerciales y los efectos del brexit en los bolsillos de los ciudadanos.
“Las cosas a las que el público quiere que respondamos, es tratar de poner dinero en sus bolsillos para ayudarlos a lidiar con la crisis del costo de vida. Estoy menos obsesionada con las fechas (para el referendo) y más preocupada por la planificación, el trabajo debe realizarse y se debe tener la comunicación sobre el cambio constitucional”, declaró Michelle O’Neill, vicepresidenta del partido Sinn Féin.
Nuevo primer ministro
En los comicios de la semana pasada, el Sinn Féin obtuvo 27 escaños, de un total de 90 que integran el parlamento regional, y se convirtió en la primera fuerza mayoritaria, que gana las elecciones por primera vez en su historia. Puso fin al centenario liderazgo del Partido Unionista Democrático, que obtuvo 24 curules. El Partido de la Alianza de Irlanda del Norte se situó en el tercer puesto con 17 escaños.
Con esa votación, el partido ganador tiene derecho a postular una candidatura para el cargo de Primer Ministro, y se espera que O’Neill asuma esa responsabilidad. Según el Acuerdo de Paz, conocido como de Viernes Santo, la segunda facción más grande escoge un candidato para el cargo de primer ministro adjunto, en este caso, para el DUP.
Las elecciones locales del 5 de mayo en realidad se realizaron en las cuatro naciones del Reino Unido: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Los ímpetus independentistas cobijan no solamente al ahora ganador Sinn Féin. También al Partido Nacionalista Escoses, que en las anteriores elecciones se situó como fuerza mayoritaria.
Estos resultados, desde luego, van a incidir en el futuro político del primer ministro Boris Johnson, acosado por una cadena de escándalos y por los problemas sanitarios y de leña guerra en Ucrania.