Un paso adelante

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Gustavo Petro en la Junta Patriótica Nacional. Foto Comunicaciones UP.

La decisión de la Junta Nacional de la UP de aprobar por unanimidad la Alianza político electoral con el movimiento Colombia Humana para avalar candidaturas propias o en coalición en las elecciones del próximo 27 de octubre con base en identidades programáticas comunes y que implicará un ajuste al nombre y al logo de la histórica organización, ha sido una decisión importante y en la dirección política correcta, conforme a lo trazado en su VI Congreso Nacional a favor de nuevas convergencias sociales y políticas.

Con esta Alianza en lo inmediato se podrán inscribir para competir electoralmente cientos de lideresas y líderes sociales y políticos progresistas en todos los departamentos y municipios del país, identificados con los postulados de ese gran movimiento de convergencia que lideraron en las elecciones presidenciales Gustavo Petro y Ángela María Robledo, y en las elecciones de Congreso, la presidenta nacional de la UP, hoy senadora, Aída Avella Esquivel, con otros destacados dirigentes, en la lista de los Decentes.

La Alianza no implicará una fusión de las organizaciones. De mutuo acuerdo la Colombia Humana, que por ahora no cuenta con personería jurídica, continuará con la decisión adoptada en su asamblea de organizarse en todo el territorio nacional de manera autónoma, y la UP, con personería jurídica, seguirá manteniendo su independencia.

Las posibilidades de trascender esta alianza y dar cuerpo a otras opciones de unidad no están descartadas, pero no son el objetivo inmediato.

Lo nuevo es la decisión de asumir en alianza y en todo el país, a través de una comisión política nacional y en cada territorio donde sea necesario, un proceso de recepción, filtro y selección de candidaturas de quienes quieran ser avalados como Colombia Humana – UP en listas propias o en coalición con otras organizaciones hermanas con las cuales ya se viene trabajando en convergencia en distintos departamentos, distritos, municipios, localidades o comunas.

En buena hora la Alianza ayudará a superar los obstáculos que impiden con argucias jurídicas la participación política y nuevos reagrupamientos de los sectores de oposición y alternativos.

Ahora bien, es bueno advertir que como todo proceso, la puesta en marcha de la alianza implicará grandes desafíos y compromisos de parte y parte. Entre ellos, aprender de experiencias anteriores evitando repetir errores de diverso tipo. La amplitud, la creatividad y la inteligencia para saber incorporar a nuevas expresiones de la lucha ciudadana promoviendo nuevos métodos de trabajo y formas de hacer política alternativa, debe ir acompañada de la firmeza en la defensa de principios éticos y políticos que constituyan la base de un proyecto alternativo.

Debe prestarse especial atención a la elaboración de los programas de gobierno con los cuales aspiran a ser elegidos los avalados. Temas medulares como la defensa del agua, los recursos naturales y la lucha frontal contra los megaproyectos de explotación minera deben ser nítidos. La defensa de lo público, la participación ciudadana, el ordenamiento territorial democrático contra la voracidad del capital inmobiliario, las lides contra la corrupción, el fortalecimiento de la educación y la salud estatal, así como la identidad en la defensa del acuerdo de paz, su implementación territorial, las libertades y la vida no son objetivos secundarios.

No se trata simplemente de dar avales. El objetivo político de fondo es aportar a un proceso de reagrupamiento de fuerzas y de luchas más profundo en sus aspiraciones y perspectivas democráticas: atreverse a dar un paso adelante ahora, en la tarea estratégica de sembrar nuevos liderazgos populares capaces de ser gobierno local alternativo hacia un nuevo poder político incluyente y plenamente soberano en Colombia.