En la ciudad hay alrededor de 170 mil niñas y niños que trabajan, de estos al menos 50 mil lo hacen en labores domésticas y otros 10 mil en las calles
Redacción Bogotá
“El sistema educativo necesita generar estrategias para la permanencia de los alumnos en las aulas y evitar la deserción escolar, se necesita con urgencia la jornada completa y programas y actividades para el aprovechamiento del tiempo libre”. Esta fue una de las conclusiones a que se llegó en el Concejo de Bogotá en el marco del debate de control político “Explotación laboral de niños, niñas y adolescentes”, realizado el pasado 30 de octubre.
En medio del mencionado debate el cabildo dio a conocer el resultado de una investigación basada, entre otras, en cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística sobre el trabajo infantil en la capital de la República.
La investigación fue realizada en 50 sitios estratégicos de la ciudad y lanzó preocupantes estadísticas sobre el trabajo infantil en la capital. La mayor parte de estos jóvenes lo hacen en la mendicidad, labores relacionadas con el reciclaje y ventas en espacio público.
Según la concejal Martha Ordoñez 170 mil menores de edad trabajan en diferentes labores, destacándose, el trabajo doméstico, donde hay más de 50 mil niños y 10 mil aproximadamente en las calles.
A esto se le agrega que el 89.8 por ciento de las niñas, niños y adolescentes que trabajaban, no asisten regularmente a programas recreativos, culturales, o deportivos por fuera de la escuela, es decir dedican una gran porcentaje de su vida a la producción laboral. El 55.4 por ciento de los menores de edad que trabajan son adolescentes entre los 15 y 17 años.
Las localidades de Los Mártires, con un 24.4 por ciento, Santafé con el 20.2 por ciento, Usaquén con el 9 por ciento y Chapinero con un 7.4 por ciento, son las zonas de la ciudad en donde hay más niños trabajadores en las calles, según se señaló en el debate de control desarrollado en el Concejo de Bogotá.
“Recorrimos cerca de 50 puntos diferentes de la ciudad, sur, centro, oriente, occidente, norte. Tratamos de no ir a los lugares donde tradicionalmente se concentra el trabajo infantil. Encontramos un alto número de niños y niñas en la calle, trabajando o cumpliendo el rol de acompañante. Principalmente en mendicidad, ventas en espacio público y actividades de reciclaje”, advirtió la concejal Martha Ordóñez.
Otras de las conclusiones y recomendaciones realizadas en el debate fueron la necesidad de buscar la flexibilización de las normas para un trabajo adolescente, ya que el tener al adolescente de forma clandestina no permite que sus condiciones laborales sean justas.
También se debe hacer un trabajo de sensibilización cultural para cambiar la mentalidad de los padres, y de esta manera concientizarlos de que el trabajo infantil perpetúa la pobreza, que los efectos son a largo plazo, como menos posibilidades de conseguir trabajo calificado, ingresar a la delincuencia, abuso y consumo de sustancias psicoactivas, etc.