Gerardo Esteban Vargas*
Con la marcha social en pro del Paro Nacional Agrario y Popular indefinido, efectuada el pasado 19 de agosto, la cual se llevó a cabo junto con otras organizaciones sociales, sindicales y de diferentes agremiaciones y sectores en diversos departamentos del país, se pudo demostrar con hechos concretos de inconformidad e indignación, el estado actual de estos grupos sociales que se encuentran en la mayor desventaja política, social y económica, frente a las prebendas dadas en los TLC firmados con Estados Unidos y otros como Corea del Sur y Europa. Tratados que benefician a las multinacionales de esas naciones y algunos sectores del poder económico y político nacional.
Estos poderes, como es costumbre al ver que la población exige sus reivindicaciones sociales y justas, responden a las manifestaciones de inconformismo del pueblo, con amenazas e improperios para deslegitimar y estigmatizar a sus líderes y las acciones populares.
Exigencias del sector rural
El Pliego Mínimo del Paro Nacional Agrario y Popular, consta de 6 puntos:
1) Exigir la implementación de medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria.
2) Exigir el acceso a la propiedad de la tierra.
3) Exigir el reconocimiento a la territorialidad campesina, de indígenas y negritudes.
4) Exigir la participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera.
5) Exigir que se adopten medidas y se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural.
6) Exigir la inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías.
Señala el Informe de Desarrollo Humano del PNUD (2011)[1. http://www.marchapatriotica.org/images/flash/Pliego%20Completo.pdf (Consultado el 19 de agosto de 2013)] que la tercera parte de la población rural vive en pobreza extrema. Este mismo informe plantea, según el Índice de Ruralidad (IR), que el 75,5 por ciento de los municipios colombianos son rurales, en ellos vive el 31,6 por ciento de la población; un porcentaje mucho mayor que el reconocido por el DANE. Este porcentaje del mundo rural representa el 94,4 por ciento del territorio que ha estado históricamente excluido del ejercicio del poder y de la toma decisiones.
Problemáticas en el campo
La política agraria no ha resuelto la situación de inseguridad alimentaria, desnutrición y hambre de los pobladores del sector urbano y rural. El 58,3 por ciento de los hogares rurales se encuentran en algún grado de inseguridad alimentaria, el 20 por ciento de los niños menores de cinco años en situación de desnutrición crónica y el 1,3 por ciento en situación de desnutrición aguda. Estas cifras muestran una deficiencia en acceso, consumo y disponibilidad de alimentos que se ha prolongado por décadas en las poblaciones rurales y urbanas.
El país tiene una posibilidad de generar un cambio pacífico en la dinámica de guerra y confrontación actual en que está sumergida por problemas sociales y de lucha de intereses de clase dominante en el poder. Para ello, debe ampliar sustancialmente la participación popular en procesos distributivos de los factores de producción. De profundizar la vía militar en un conflicto que no ha encontrado la salida durante más de cinco décadas, continuará con la destrucción de posibilidades de desarrollo nacional durante las siguientes décadas para el país.
* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).
