Su caballito de batalla son frases vacías contra la corrupción, aunque está imputado por ese delito. Es evidente que huye de los debates porque quedaría en evidencia su incapacidad, desconocimiento de las normas y del funcionamiento Estado, como lo ha reconocido
Redacción Política
Desde la sala de emisión de la Radio Nacional, que transmitía para sus emisoras encadenadas en todo el país, como para televisión a través del Canal Institucional, las y los periodistas conversaban el pasado 3 de junio con el candidato presidencial Rodolfo Hernández.
Le preguntaron si viviría en la Casa de Nariño a lo que respondió que no, que lo haría en un apartamento en Bogotá y que convertiría al Palacio en un museo, con eso le ahorraría cuatro mil millones de pesos a los colombianos. Una de las periodistas le preguntó qué pasaría con el apartamento que tiene en Bucaramanga, a lo que el candidato expresó que era ridículo que preguntaran eso.
En respuesta, en tono amable un periodista le dijo que le preocupaba que no se le pudiera preguntar y que no va a ir a debates. “Lo que no me pueden preguntar es estupideces”, seguidamente dijo que lo que hacía era para ahorrarle dinero a los colombianos y que le parecía que ellos (los periodistas) se oponían a eso, “parece que les gusta es la burocracia”, les acotó.
Luego, explicó que había que darle un reconocimiento económico a los deportistas que obtuvieran triunfos, para lo que había que reducir la burocracia, pero que los periodistas como los que lo entrevistaban se oponían porque les gustaba la burocracia y les dijo que eran petristas, que preferían defender zánganos que a 22 millones de colombianos.
La anterior solo es un ejemplo de las salidas a las que Rodolfo Hernández está acostumbrado a tener con quienes lo cuestionan, simplemente le preguntan o lo contradicen. Ya son varias las agresiones a periodistas que simplemente le piden que profundice una propuesta, ante su incapacidad, agrede. Y, es ahí donde se entiende que evada debates con Gustavo Petro: se evidenciaría su incapacidad o desconocimiento de los temas de fondo. Y, no quiere que lo cuestionen sobre sus sanciones disciplinarias y proceso en curso por corrupción.
Desconocimiento y agresividad
Las redes sociales están llenas de videos en los que trata mal a las mujeres, a sus subordinadas, denuncias de familias estafadas con viviendas cuando él era alcalde o usa términos soeces para debatir o contradecir. Además, hay un video en el que cuenta cómo su empresa roba a familias con lotes de 5m x 8m, por 100 millones de pesos: “Eso es un atraco”, dice él mismo regodeándose de su triunfo, mientras al fondo se escuchan risas. O, un audio en el que maltrata a una secretaria y le dice que él se limpia el culo con la ley.
Lo anterior son apenas unas pequeñas muestras de las calidades humanas y políticas del candidato. Su bajo nivel cultural, escaso conocimiento de la política, bajo nivel intelectual y como él mismo lo reconoce, desconocimiento del Estado, hacen que el país esté ante la posibilidad de quedar en manos de un hombre inepto para el cargo, que, aunque de manera oficial no lo diga, ya cuenta con el respaldo del Establecimiento, especialmente del uribismo que estaría gobernando en la sombra. “Un salto al vacío”, señaló el candidato Gustavo Petro.
VOZ quiso saber cómo fueron las relaciones entre Hernández cuando fue burgomaestre de la capital santandereana con los trabajadores de la administración pública y de la empresa de acueducto. Para eso habló con dos dirigentes sindicales.
Intentos privatizadores
La administración de Rodolfo Hernández en Bucaramanga inició en 2016 y desde antes de posesionarse como alcalde inició su ataque contra el Acueducto Metropolitano, los trabajadores y sus derechos: “Decía que los salarios eran muy altos, que debían bajárselos. Y empezó toda una campaña mediática para desprestigiar a la organización sindical y a los trabajadores. Incluso, para chantajear, se atrevió a decir que iba a crear una nueva empresa de acueducto con menos salarios y prestaciones, comenzó a hablar del proyecto del Embalse de Bucaramanga diciendo que eso era una olla de sancocho”, comentó a VOZ Óscar Estupiñán presidente del Sindicato de Trabajadores y Empleados de Servicios Públicos Autónomos e Institutos Descentralizados de Colombia, Sintraemsdes, subdirectiva Santander.
Producto de esos pronunciamientos, los trabajadores lo denunciaron ante la Fiscalía e hicieron que el político firmara un acuerdo para retractarse. Sin embargo, lo incumplió y meses después volvió a hacer lo mismo: “Hablar mal de los trabajadores, del sindicato y del Acueducto. Por allá en 2017 salió con el cuento de que iba a vender acciones del Acueducto, pero logramos movilizar a la gente y frenar eso. En 2018 privatizó las cajas de recaudo del Acueducto y se las entregó a un tercero, a una cooperativa. Producto de eso hicimos una protesta, demandó al sindicato, a 30 trabajadores nos llevó a comisión de reclamos, despidió a cuatro: al presidente, al asesor sindical, al tesorero y al vicepresidente”, explicó Estupiñán.
El proceso llegó a la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, los trabajadores ganaron y quedaron sin efecto los despidos y les pagaron sus salarios. El alcalde continuó insistiendo en sus objetivos, para lo que modificó sus estatutos e introdujo la figura de “gobierno corporativo”, hizo un acuerdo con Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, entidad que tiene el 15% de las acciones del Acueducto y le entregó el manejo de la empresa a los cacaos de Bucaramanga”, concluye el dirigente sindical Óscar Estupiñán.
Violación a la convención
Por otra parte, Argemiro Machado Barrera, de Sintramunicipio de Bucaramanga, manifiesta que apenas llegó Rodolfo Hernández a la Alcaldía de esa ciudad empezó a tratarlos de ladrones, de pícaros. Al posesionarse, no respetó la convención colectiva que habían firmado con la administración anterior, que cubría a 47 trabajadores del municipio en la que se respetaba las formas de contratación y los derechos adquiridos.
Antes del 2 de mayo de 2016 había que iniciar diálogos para la negociación de la nueva convención, pero el alcalde se negó a recibir a los trabajadores. “Después de esa fecha se vino un conflicto fuerte entre los trabajadores oficiales y la administración, en la que nos trató mal, fue grosero, atarván. Con un decreto nos pasó de trabajadores oficiales a empleados públicos. Con eso la estabilidad no fue la misma”.
A los trabajadores que les hizo ese cambio nunca les liquidó el contrato a término indefinido, y los pasó a la otra modalidad sin haber hecho un debido proceso: “No le pidió permiso a los jueces ni al Concejo municipal, lo hizo de manera unilateral, violó los fueros sindicales y no nos socializó nada”, explica
Inmediatamente se vinieron las demandas contra la Alcaldía ante los jueces laborales, pero fallaron contra los trabajadores. Mediante una acción de tutela, pasaron el caso a la Corte Suprema de Justicia quien falló a favor de los funcionarios y quedó en evidencia los errores del alcalde y los jueces. “Tuvieron que reintegrarnos como trabajadores oficiales, pagarnos lo que dejaron de pagarnos en el término de ese año. Por eso estuvimos protestando frente a la Alcaldía desde el 6 de mayo hasta el 5 de noviembre de 2016. Él nos hizo mucho daño no solo a los trabajadores, sino a las familias que sintieron el golpe de la disminución de los salarios a la mitad”, concluye Argemiro Machado Barrera, quien además advierte del peligro de que Rodolfo Hernández quede elegido como presidente de la República.