jueves, abril 18, 2024
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Rodolfo Acosta, fogonero de las publicaciones del Partido

Rodolfo, como muchos otros militantes revolucionarios, pareciera haberse ido, pero -por la forja del afecto y de la memoria-, permanece entre nosotros. Todos ellos hacen parte de ese valioso contingente que aún está en el puesto de combate

Andrés Olivos Lombana

El pasado 6 de enero falleció el compañero Rodolfo Acosta a la edad de 88 años. Rodolfo -como todos le decíamos afectuosamente-, nació en Bogotá el 28 de mayo del año 1934; ingresó a la Juventud Comunista en los años cincuenta y posteriormente en el Partido; militó en la Zona de Kennedy (Bogotá); durante su vasta militancia desempeñó varios cargos, destacándose su trabajo como gerente de la Editorial Colombia Nueva en la década del setenta.

Dolor, afecto y gratitud

El sábado 7 de enero concurrieron a la sala de velación familiares, amigos y compañeros, entre estos últimos Jaime Caycedo, Presidente del PCC. Allí, Fabián -uno de los hijos de Rodolfo- invitó a familiares y amigos a decir algunas palabras sobre su padre: en la sala se escuchó el llanto y palabras de dolor, palabras de afecto, y también reconocimientos y gratitud al padre, al hermano, al abuelo… y al compañero militante.

Conversando con los compañeros que conocieron a Rodolfo durante su militancia, coinciden al describirle como un hombre franco, sencillo, honesto, una gran persona, y políticamente un compañero leal y firme en su compromiso con el Partido. Manuel Ayala quien trabajó más de 20 años en Colombia Nueva, y posteriormente creó su propia imprenta, al recordar los tiempos en que laboró en la editorial con Rodolfo, dice: “Fue mi maestro; le recuerdo con aprecio y gratitud”.

Trabajador de las artes gráficas 

Rodolfo era un conocedor de las artes gráficas, en particular del por entonces sistema de “impresión en caliente”, con plomo, cuyos textos se levantaban (lo que hoy se denomina digitalización) en los viejos linotipos, inventados en 1886; fue cajista (armador de textos con lingotes de plomo), y lo más destacable, compañero de sus compañeros los trabajadores de artes gráficas; conocía el oficio y su autoridad se cimentaba en el saber no en un cargo burocrático. 

Editorial Colombia Nueva 

A finales de la década del cincuenta el Partico crea la empresa “Talleres Colombia Nueva”, después conocida como Editorial Colombia Nueva, empresa que funcionó hasta el año 1996.

Puede afirmarse que el periodo de mayor auge de la Editorial fue en los años setenta, periodo que gerenció Rodolfo por nombramiento del Partido. La editorial en aquella década tenía sus instalaciones en la zona industrial de Bogotá, ocupando un tercio de manzana.

Era una edificación amplia, con paredes de ladrillo y de dos plantas; en el primer piso se encontraba la recepción, la oficina de contabilidad y de la secretaria; la oficina de corrección de pruebas -donde trabajé tres años-; el cuarto oscuro para revelado de fotografías, de uso ‘privativo’ del querido compañero Lucio Lara; la encuadernación, y la zona de los talleres: área para los dos linotipos; mesas para la armada, dos impresoras tipográficas, una plegadora, la máquina ‘Lullow’ con tipos sueltos (para titular) con plomo; y al fondo la inmensa rotativa de color rojo, que imprimía con ‘hojas’ de plomo.

En esta rotativa se imprimió hasta los años ochenta el periódico Voz Proletaria. En el segundo piso funcionaba la oficina de la Gerencia: recuerdo que Rodolfo tenía en una vitrina, cerrada celosamente, algunas publicaciones especiales, entre ellas “Venceremos Marquetalia”, y ejemplares de las primeras publicaciones del Partido impresas en Colombia Nueva. Al lado se encontraba la amplia oficina de Voz Proletaria: un espacio continuo donde se ubicaban los escritorios de Manuel Cepeda (director), Edgar Caicedo (jefe de redacción) y los periodistas Carlos Arango y Alberto Acevedo; en un costado se encontraba una mesa gigantesca en la que se arrumaban las fotos en blanco y negro capturadas por Lucio, y un espacio de trabajo para el compañero Calarcá (Arlés Herrera), el mayor veterano trabajador del periódico de los comunistas colombianos.

En Colombia Nueva se imprimían las revistas del partido: Documentos Políticos, el Boletín: El Organizador, Estudios Marxistas (revista del CEIS); la Revista internacional de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética (Problemas de la Paz y el Socialismo); libros, folletos y carteles de las organizaciones de los movimientos sociales como la CSTC, Provivienda, Unión de Mujeres Demócratas, la Unec y la Unes.

Rodolfo, en la oficina de la Gerencia, -además de recibir a los “clientes internos” del Partido-, también atendía a los clientes externos: sindicatos, organizaciones gremiales, editores de publicaciones culturales como “Golpe de dados” y “Puesto de combate”, publicaciones jurídicas de la “Librería El Profesional” y periódicos liberales de los departamentos de Boyacá, los Santanderes y el Tolima.

También en Colombia Nueva se imprimió Nueva Opinión (informativo de los estudiantes-trabajadores del SENA de Bogotá) del cual fui cofundador y animador, como parte de mi militancia en la Juco en aquellos años.

Aliado de los editores cubanos 

En los años del “periodo especial”, ante las dificultades de las editoriales cubanas, Rodolfo colaboró con algunas de ellas, gestionando y apoyando la impresión en Colombia; entre ellas conservo en mi biblioteca el libro “Pablo Milanés. Canciones”, impreso en Bogotá en 1993.

Cantata a los presentes

Rodolfo, como muchos otros militantes revolucionarios, pareciera haberse ido, pero -por la forja del afecto y de la memoria-, permanece entre nosotros. Todos ellos hacen parte de ese valioso contingente que aún está en el puesto de combate, en las trincheras de primera línea; a él, como a otros Compañeros Mayores, los revivimos con la Cantata a los presentes que seguiremos cantando los utopistas del humanismo planetario.

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