viernes, abril 19, 2024
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Los vientos del sur en emergencia

Fernando Enríquez – Especial desde Ipiales

Desde hace décadas y a pesar de su gran potencialidad, el suroccidente colombiano se ha encontrado aislado del resto del país, sobre todo los departamentos del Cauca y Nariño. Aunado a esto, esta región posee el litoral Pacífico en el cual se agudizan mucho más las consecuencias del aislamiento y abandono histórico por parte del Estado. Esa situación es la que se presenta en todos los departamentos periféricos del país, ese reflejo se encuentra en la Amazonia, en el Oriente y en el Caribe colombiano.

Las vicisitudes de las periferias tienen incidencia en los territorios en la medida que estas trasforman sus contextos. Ante la ola invernal que padece el país, que llevó a la declaratoria de Situación de Desastre de Carácter Nacional (Dcto 2113 de 2022) por el periodo de doce meses debido al fenómeno de La Niña, se ha evidenciado que existen regiones en donde se debe centrar la atención pues son más vulnerables en condiciones de lluvias perpetuas,

En ese escenario el contexto de la región sur occidental se encuentra afectada por una condición invernal de altísimos niveles, se prevé que para los próximos dos meses las precipitaciones estarán por encima del 20 % de los registros habituales. Como consecuencia de ello el departamento de Nariño se encuentra incomunicado a causa de un deslizamiento de tierra en el sur del Cauca sucedido los primeros días de este año.

Ante esta condición los sectores sociales, comerciales, ciudadanos productivos e institucionales le han hecho un llamado al Gobierno nacional para que atienda con inmediatez la situación en materia económica y social de miles de personas. Los productores, comerciantes y ciudadanía en general han expresado su preocupación por la grave crisis que se puede desplegar de un hecho generado por condiciones climáticas.

Los nariñenses se han pronunciado de tal manera que esta condición llevó a la unidad parlamentaria del departamento para sumar esfuerzos en la búsqueda de soluciones con el Gobierno nacional. Es evidente que existe un gobierno de cambio cuando las puertas de las instituciones se abren para tener diálogos y no se está a la espera de semanas para recibir la atención de las carteras ministeriales.

Por otro lado, el ejecutivo ha atendido la calamidad pública con la convocatoria de un consejo de ministros en la ciudad fronteriza de Ipiales, llevado a cabo entre el 21 y 22 de enero. Por la naturaleza jurídica de este tipo de reuniones gubernamentales, estas deben ser realizadas con cierto hermetismo para la toma de decisiones, sin embargo, en esta ocasión se abrió el espacio para que distintas expresiones de la ciudadanía tengan la posibilidad de presentar propuestas que se puedan recoger por parte del gabinete de ministerios.

Aquí hay una demostración que el cambio se produce con participación directa de la población. El dialogo institución-ciudadanía hace parte de la democratización de los espacios políticos y de la toma de decisiones, lugares que antes eran negados y que se reclamaban en contextos de vías de hecho y muchos de ellos con omisiones o con medidas represivas como respuesta.

Ha sido la participación ciudadana que se ha tomado en cuenta y esto también desarrolla, en medio de la movilización popular, el fortalecimiento orgánico y político de las comunidades que si se tiene en cuenta en perspectiva de futuro se prepara para asumir un nuevo reto en las elecciones de este año en el mes de octubre, pues se comienza a configurar la posibilidad de un gobierno popular en las regiones que cimiente los objetivos de la democratización económica y política del país y sus instituciones, que acentué el concepto de paz total y consolide el gobierno de cambio.

Ya en el plano del desenlace de este histórico consejo de ministros, el Gobierno anunció una serie de medidas de corto plazo que se enfocan en la protección del sector agropecuario, acertada medida teniendo en cuenta que la concentración económica del departamento de Nariño es eminentemente campesina. También se realizaron anuncios sobre ponerle fin a la especulación en los precios de los hidrocarburos y mayor abastecimiento de los mismos.


Pero no solo se informan medidas inmediatas, sino que se avanza en buscar soluciones de corte estratégico y estructurales como la construcción de la doble calzada Popayán y frontera que permite la conexión con Ecuador y soluciona el problema de tener una vía construida sobre una falla geológica; además de potenciar el puerto marítimo de Tumaco para hacerlo centro de operaciones de carácter nacional y de comercio exterior, iniciativa que piensa el territorio en perspectiva de futuro.

Nariño, un departamento agobiado por la histórica ausencia estatal, hoy, en medio de la crisis, recibe acciones de intervención gubernamental que estaban en deuda desde hace muchos años. Tal vez puede haber algunos vacíos en el anuncio presidencial que versan en una incógnita para los comerciantes de mercancías y que se ha dejado en stand by la solicitud unificada de los nariñenses de que el departamento sea declarado en emergencia económica, social y ambiental, se esperaba esta declaratoria pues con ella se abre múltiples alternativas para una intervención de Gobierno con mayor impacto administrativo.

Por ahora queda, para esta región, mirar el efecto primario de estas medidas y mantener la organización social para participar de las mesas locales de concertación que se desarrollaran desde esta semana que comienza.

Rosalba Oviedo Pinto

La lideresa educadora, expresidenta de Simana y actual secretaria Política del Partido Comunista en Nariño, Rosaba Oviedo, afirmó que “la presencia del presidente Gustavo Petro y el consejo de ministros que sesionó en la ciudad de Ipiales, demostró que el gobierno del cambio prioriza la atención al suroccidente del país por la crisis generada por el taponamiento de la vía Popayán-Pasto. Las medidas tomadas son pertinentes y adecuadas, porque no solo por el momento, sino, que actuará y se invertirá para el beneficio de los y las nariñenses en el mediano y largo plazo. El arreglo y apertura de nuevas vías, garantizar el combustible a precios moderados, comprar las cosechas de los y las campesinas, garantizar precios bajos y estables de los alimentos, garantizar el suministro de gas, medicamentos, materiales de construcción y el servicio de salud en medio del asilamiento, son cuotas importantes para ir saliendo del olvido y la exclusión que durante muchas décadas de gobiernos neoliberales sufrimos los y las nariñenses”.

Hoy debe existir llamados a la unidad regional y la solidaridad del pueblo colombiano con esta región protagonista en el 2022 como el pulmón de los vientos del cambio. Nuestro norte es el sur.

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