Las acciones del Ejército de Liberación Nacional, ELN, han provocado la mayor crisis desde el inicio del diálogo con el Gobierno Petro. Aunque el proceso está suspendido, hay conversaciones para reiniciar la interlocución. Es fundamental escuchar a las comunidades en los territorios
Redacción Política
El presidente Gustavo Petro reaccionó con mucha tristeza ante el atentado del ELN. El mandatario expresó: “El flujo de la historia hoy nos trae un hecho dramático, repetido en nuestros últimos años, una volqueta cargada de explosivos que hiere 27 jóvenes y mata dos, puestas por el ELN, con quien estábamos conversando. Prácticamente es una acción que cierra el proceso de paz con sangre”. Inmediatamente, llamó a suspender las conversaciones desarrolladas, con muchas dificultades, hasta el momento con esta insurgencia.
Al día siguiente, la delegación del Gobierno en la mesa manifestó: “Hoy el proceso de diálogos queda suspendido. Su viabilidad está severamente lesionada y su continuidad sólo puede ser recuperada con una manifestación inequívoca de la voluntad de paz del ELN”.
Para terminar de configurar y profundizar la crisis, el ministro de Defensa, en actitud militarista, no antes vista, orientó la ofensiva: “Frente a esta clara demostración del ELN de no tener ninguna disposición hacia la paz, los esfuerzos de las Fuerzas Militares tienen que redoblarse”.
Por su parte, Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, conocido como Antonio García, máximo comandante de esa guerrilla, escribió en su cuenta X: “El ELN ha sido objeto de operaciones militares en su contra por parte de la Policía y las FF. MM., pero nunca hemos dicho que el proceso de paz esté roto. Quien rompe es el presidente Gustavo Petro con sus declaraciones”.
Las rupturas pueden ser oportunidades. Las partes deben volver a la mesa, son en esencia las peticiones vehementes que hacen diferentes voces y territorios. VOZ consultó distintas opiniones, de mujeres y hombres, quienes hoy e históricamente, desde los territorios, deben enfrentar los impactos y las afectaciones de las confrontaciones en el marco de la guerra.
Nariño, la paz territorial avanza
Una voz es la de una integrante del Consejo Municipal de Paz, CMPCR de Samaniego Nariño, uno de los territorios históricos de presencia del ELN y que ahora en nombre del frente escindido Comuneros del Sur, desarrolla con esperanza un proceso de paz basado en la promesa de la transformación territorial. Ella, que prefirió reservar su nombre, expresó:
“Recibimos con mucha tristeza la suspendió de los diálogos con el ELN porque los Samanieguenses hemos tenido que soportar el flagelo de la guerra y todas las consecuencias que ella ha generado para la comunidad, estamos cansados de la violencia, ya es tiempo de que podamos recobrar nuestra naturaleza comunitaria, donde nuestros campos estén descontaminados de minas antipersonal.
»Las víctimas puedan retomar sus proyectos de vida con dignidad y derechos, donde los familiares de los y las desaparecidas puedan conocer la verdad y encontrar a sus seres queridos, queremos que se retomen los diálogos, donde las partes manifiesten hechos reales de paz, que se piense en los territorios, en las comunidades, que no se las ponga en riesgo”.
Al tiempo, la líder femenina tiene esperanzas y se aferra a las buenas noticias locales. “Desde el Consejo Municipal de Paz de Samaniego celebramos y apoyamos la materialización de los diálogos territoriales de paz que se están llevando a cabo entre el Gobierno y el Frente Comuneros del Sur, creemos y confiamos en la voluntad de las partes y esperamos para el bien de la comunidad que este diálogo llegue a feliz término. Ojalá que el rompimiento de los diálogos con el ELN no afecte estos diálogos”.