Con ocasión de la conmemoración del trigésimo quinto aniversario del asesinato de mis padres Teófilo Forero Castro y Leonilde Mora de Forero, junto con los compañeros Antonio Sotelo y Antonio Toscano, tuvo lugar un encuentro conmemorativo en la casa donde mis padres vivieron hasta el día de su fallecimiento
Galia Forero
Recordamos el día 27 de febrero de 1989, ellos estaban planeando volver juntos a esta casa con el compañero Antonio Sotelo, quien no había podido viajar a Córdoba ese día, pero, gracias a los intereses de las élites políticas y económicas de Colombia, no pudieron regresar.
Recordar es conmemorar estos eventos y no dejar pasar por alto estas fechas. Es encontrarse en estos lugares físicos, pero que tienen una dimensión simbólica como espacios de memoria, con compañeros, amigos y allegados, para compartir anécdotas e historias y agradecer por el tiempo en que nuestros seres queridos estuvieron con nosotros.
Durante el encuentro, mostramos una colección fotográfica recopilada en un álbum de memoria, el cual fue parte del proyecto “Álbumes de la Memoria y narraciones visuales Galería Unión Patriótica” elaborado por Luisa Santamaría Arbeláez, quien es hija del dirigente y compañero Gabriel Jaime Santamaría. En este álbum, se encuentran fotografías familiares desde el momento del matrimonio de mis padres, de su vida en común, de las diferentes reuniones que tuvieron lugar en la casa ─cumpleaños, grados, visitas─, del trabajo político y de su despedida. Al igual que la casa, este álbum ha sido otra forma de confrontar su ausencia física que siempre está en nuestros pensamientos.
Recuerdos y sentimientos
Un aspecto importante de la memoria colectiva e histórica, especialmente en las circunstancias actuales, en donde la verdad se tergiversa y manipula, es socializar experiencias, recuerdos y sentimientos. Esto fue una parte importante del encuentro, en donde compartimos vivencias que relacionamos con la actual. A pesar de los esfuerzos por generar políticas de memoria y garantías de no repetición en Colombia, seguimos siendo testigos de cómo eliminan físicamente a líderes sociales y referentes de las comunidades por parte de las fuerzas estales o paraestatales, el asesinato sigue vigente. Este ha sido el caso de la compañera Ludivia Galíndez, asesinada en Caquetá el 23 de febrero de 2024.
En las circunstancias de nuestro país, luchar por la memoria, por la justicia y la no repetición debe ser un acto revolucionario que moldee la lucha por las clases más desfavorecidas para poder vivir sabroso en un país donde la dignidad se haga costumbre. ¡Viva Leonilde Mora de Forero! ¡Viva Teófilo Forero Castro! ¡Viva Antonio Sotelo! ¡Viva Antonio Toscano! ¡Viva Ludivia Galíndez! ¡Vivan todos nuestros mártires!