La oposición y los medios corporativos de comunicación arremeten contra la política energética del Gobierno asegurando que hay crisis de abastecimiento y posibilidad de racionamiento
René Ayala
@reneayalab
El proyecto del cambio encarnado por el presidente Gustavo Petro ha sido el objetivo de una ofensiva permanente, dirigida y planificada, es decir, de una verdadera campaña para desdibujar su propuesta política y socavar su gobernabilidad. La denuncia del golpe blando no es producto de la paranoia o de un estado delirante; está sustentada además en la guerra jurídica o “lawfare”, estratagema utilizada por las derechas del continente para romper el hilo constitucional y derrocar presidentes elegidos democráticamente, como sucedió con Dilma Rousseff en Brasil, y en acciones concretas, como la usurpación de funciones del Consejo Nacional Electoral.
Además, se soporta en la construcción de matrices mediáticas a partir de fake news para demostrar una supuesta incapacidad del jefe de Gobierno, hasta la develación de planes criminales para perpetrar un magnicidio contra el jefe de Estado, situación que los sectores vacilantes y los articulados al viejo poder desdibujan, minimizan y ridiculizan, como colofón de su plan conspirativo.
Uno de los objetivos de esta campaña ha sido la política energética del Gobierno del cambio, en el que se ha pretendido posicionar la tesis de una crisis energética que implica volver a los nefastos racionamientos de energía.
Desde sus tribunas de opinión, la ofensiva, que encabeza Vargas Lleras con eco en los gremios, amenaza permanentemente con una situación irreversible producto del fenómeno de El Niño y la supuesta falta de planificación.
Conjurada esta situación, ahora el caballito de batalla es el asunto del gas. La cuadrilla derechista vocifera que no hay suficientes reservas, que se va a importar, cuando hace años se presenta esta situación. También dice no hay búsqueda de yacimientos. Esta matriz mediática es desvirtuada con la confirmación de las capacidades de depósitos de gas del pozo Uchuva 2 en el bloque Tayrona en el Caribe.
Los medios y la matriz del miedo
El último episodio se desató a partir de la resolución 40444 de 2024 expedida por el Ministerio de Minas y Energía, “mediante la cual se declara un racionamiento programado de gas natural durante los días 31 de octubre al 4 de noviembre de 2024, como consecuencia del mantenimiento de la terminal de regasificación de Cartagena”.
Inmediatamente, los grandes medios titularon en sus emisiones premium, en programas de opinión radial y primeras planas, el inicio de un racionamiento, que generaba la interpretación en el imaginario colectivo que era generalizado, “nos quedamos sin gas, nos llevó el diablo”, dijeron los vecinos de la tienda donde veían atónitos el noticiero en televisión, cuando en realidad la resolución aclaraba que solo afectaría a las termoeléctricas.
Carlos Adrián Correa Flórez, director general de la Unidad de Planeación minero energética, escribió en su cuenta X: “Les pido no propagar mentiras y mucho menos generar pánico económico y energético. No hay racionamiento de gas y mucho menos en todo el país”.
Entonces ardió Troya. Los grandes medios lo señalaron en vivo de mentiroso, cuando berreaban que había una situación grave para el país, con la intención manifiesta de manipular una información para generar miedo. Buscamos al director Correa, autoridad en el tema, quien nos atendió amablemente y resolvió varias inquietudes que le planteamos.
La verdad
¿Cuál es la diferencia entre un racionamiento programado y un racionamiento general y nacional?
Un racionamiento es una medida programada, se utiliza hace mucho tiempo, 10, 14, 21. Hay labores de mantenimiento de la infraestructura que son vitales para abastecimiento y confiabilidad o también eventualmente por daños en infraestructura.
Entonces, de manera coordinada y anticipada, se utiliza el instrumento regulatorio que existe para racionamientos programados y priorización de gas natural para ciertos sectores de ser necesario, pero es una medida preventiva, especialmente para la planta de regasificación del Caribe, que por fortuna los niveles de eventuales cortes temporales llegaron a cero, no hubo que programar ningún corte de servicio de gas natural, ya que tuvimos suficiente excedentario.
¿Por qué cree usted que algunos medios de los poderes tradicionales hablan de un racionamiento generalizado?
Hay una verdadera guerra mediática en contra de la política energética del Gobierno porque se plantea una transición energética hacia otro tipo de combustibles de energéticos primarios principalmente renovable. Esto ha evidenciado contradicciones que existen en las visiones, velocidades y objetivos de la transición energética, entonces se ha erigido como herramienta de esta especie de guerra mediática el pánico económico energético para generar miedo e incertidumbre y para atribuirlo a la gestión de este Gobierno.
Es importante aclarar que los temas energéticos son, en general, de muy largo plazo. El desarrollo de infraestructura de hidrocarburos y energía eléctrica toma muchos años, una planta de generación de energía puede tardar entre cinco y siete años de construcción dependiendo de la tecnología. Una línea de transmisión tiene tiempos similares. Los hallazgos de gas y petróleo pueden tardar entre seis y ocho años, si es que tienen éxito, es decir, el momento energético que vive un país depende de las decisiones tomadas hace una década e inclusive más.
No habrá racionamiento
¿Existe posibilidad real de crisis energética?
Si existiera tal escenario catastrófico de extrema crisis, pues, primero sería por acción u omisión de quienes han estado en decisiones de poder hace una década y dos. Ahora bien, como el público no tiene los elementos para discernir entre las temporalidades, que son problemas de largo plazo y futuros, que es una estrechez en energéticos, mas no racionamientos, eso permite una agenda para promover ese panorama de inseguridad, de ese pánico energético que sin duda también es pánico económico.
Esto hace parte de las estrategias para deslegitimar las decisiones y la gestión del Gobierno que en épocas difíciles en donde hay cada vez más estrechez entre la oferta y la demanda de energía eléctrica y gas natural, el escenario se aprovecha para no ubicar los verdaderos responsables. Atacan acelerar la transición y gestionar esa estrechez, inclusive en el fenómeno de El Niño salimos avante en el tema de energía eléctrica, es parte de una matriz de opinión que se quiere generar contra el gobierno de Gustavo Petro.
Hemos adjudicado cinco obras del sistema de transporte, con el fin de mejorar la infraestructura y hacer más eficiente la oferta de gas. No hay ni habrá crisis de gas, ni racionamiento que afecte a las comunidades.