Estudiantes de secundaria se movilizaron pacíficamente y estremecieron la cotidianidad en el norte de Bogotá. El resultado fue una hoja de ruta para resolver el conflicto
Redacción VOZ
El 16 de febrero, los estudiantes del colegio público Divino Maestro ubicado en la localidad de Usaquén, Bogotá, decidieron declararse en asamblea permanente pacífica tomando las instalaciones del plantel. El rector de la institución, Jorge Enrique Carvajal, realizó cambios de manera arbitraria tendientes a implementar la jornada única, a pesar de que el colegio no posee la infraestructura para ello.
Así, el rector procedió a un recorte de cupos negando la matrícula a varios residentes de la zona, cerró cursos, pasó estudiantes a la jornada de la mañana intentando acabar la jornada de la tarde e inició indebidamente el traslado de profesores con tal de lograr su objetivo. A esto se sumaron las denuncias por acoso laboral en su contra instauradas por algunos trabajadores de la institución.
La protesta
Cabe mencionar que el rector se había comprometido con los estudiantes a generar espacios para llegar a acuerdos sobre las medidas que pensaba implementar, sin embargo, de manera arbitraria y presuntamente irregular, convocó al Consejo Directivo y las decisiones fueron ejecutadas sin la participación y el consenso de la comunidad educativa.
Este fue el detonante para que los estudiantes empezaran un proceso de movilización que completó 23 días. Así, por medio del campamento estudiantil en la sede principal y el bloqueo cotidiano a las otras dos sedes del colegio, a través de la denuncia en el Concejo y marchas por la carrera séptima y la calle 163A, contando con el apoyo de padres y madres de familia, de los profesores, de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, y de la Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria, Andes, la protesta consiguió parcialmente sus objetivos.
Acuerdos
Para esto, se llevaron a cabo seis mesas de diálogo con la participación de diferentes entidades del Distrito, en particular las secretarías de Gobierno y Educación y la Dirección Local de Educación. Allí se discutió el pliego de 21 peticiones elaborado por los estudiantes, cuyo eje central era la salida del rector de la institución.
Fueron 20 los puntos resueltos tendientes a corregir las decisiones arbitrarias del rector, compromisos cuyo cumplimiento vigilará un Comité de Seguimiento. Reunidos en la Secretaría de Educación, con tal de llegar a un acuerdo final, los estudiantes desistieron del retiro del rector, así como este último aceptó la hoja de ruta diseñada para resolver el conflicto.
El 11 de marzo fueron firmados los acuerdos para culminar la toma y retomar paulatinamente la normalidad académica, esto en consonancia con una reorganización en la prestación del servicio que materialice lo pactado.
