La crisis por la que hace años pasa el movimiento obrero colombiano tiene una oportunidad para ser superada. Algunos temas a debatir en la principal central sindical
Alfonso Velásquez
A pesar de la crisis en que se encuentra el movimiento sindical en el ámbito global, nacional y regional, y particularmente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, el Congreso Extraordinario convocado para los días 11, 12 y 13 de noviembre en Bogotá, es una excelente oportunidad para reorientar el proyecto. Los delegados deben asistir libres de amarras grupales, con la intención de hacer funcional esa herramienta de los trabajadores; instrumento válido solo si se da el uso adecuado en este momento en que se avanza en un proceso de paz.
Lo cual es factible con una modificación y los ajustes en el proceso eleccionario interno que impida la trampa y el fraude observados, y colocar al frente de la organización a lo más comprometido y esclarecido del contingente obrero y sindical.
Estructura
La organización debe modificar la estructura actual basada en una central con sindicatos de rama de actividad económica, que no ha sido posible debido a que la responsabilidad en ese frente no ha cumplido el papel, pero además por los sistemas de contratación existentes y porque priman los intereses grupales sobre el interés general. Pero fundamentalmente porque no se ha logrado avanzar hacia acuerdos marco sectoriales, es más, ni siquiera se intentó con suficiente vehemencia y seguramente los gremios patronales han negado esa posibilidad. Por esa razón, se sugiere retornar o crear un sistema federal únicamente en ese propósito: presentar y negociar pliegos marco sectoriales.
Negociaciones de gremio patronal a gremio sindical, creando únicamente donde se requiera el sistema federal; donde ha funcionado un sindicato de industria fuerte así sea bajo un esquema federativo, que es lo que hay actualmente, no se requeriría crear o retornar a federación, por ejemplo: Sutimac, USO, etc. Desde luego, realizando algunos ajustes en materia de coordinación de pliegos y convenciones, para avanzar a negociaciones que trasciendan las fronteras ante el impacto de la transnacionalización de la economía y la presencia de transnacionales en todos los sectores, lo cual implica progresar en las denominadas meganegociaciones en el ámbito regional fundamentalmente. Debe revisarse la posibilidad federal, que lo tolera la ley y no habría excusa distinta a la intransigencia.
La propuesta para analizar sin prevenciones puede funcionar si existe suficiente claridad entre las distintas organizaciones y dirigentes de ellas, requiere de ajustes. El llamado es a debatirla con fuerza y con argumentación.
Urge inclusión
Los sindicatos, cualquiera que sea su número de afiliados, deben participar en los eventos de la organización sin ningún tipo de exclusión. No puede ser que para pagar las cuotas de mantenimiento de la organización se les tenga en cuenta, pero para las deliberaciones y toma de decisiones no.
Desde luego que las iniciativas deben estar trasversalizadas por una política de inclusión de jóvenes y mujeres, los unos excluidos y las mujeres casi excluidas de los principales cargos de dirección, aunque tengan presencia en algunos departamentos. Debe facilitarse ese tránsito de los y las jóvenes, no solo en el discurso sino en que asuman responsabilidades y se les facilite el tiempo sindical para cumplir sus tareas de vinculación de su generación al movimiento sindical.
Hay directivos sindicales que llevan décadas de permiso permanente, es muy importante que bajen a la base y logren permearse con las necesidades y los anhelos de quienes los eligieron tantos años y lograr que el movimiento se sostenga en el tiempo, que trascienda la generación actual. Es una política de cuadros sindicales que se propone agilizando los períodos a dos en las direcciones tanto nacionales como regionales y locales, ello permitirá una mayor rotación- escuela y garantiza dinamismo.
Los entes de control: Comisión Electoral, Comisión de Control Fiscal, Comisión de Garantías y Comisión de Ética, deben ser elegidos en el Congreso de la Central, pues lo que ha ocurrido es grave. La única que cumplió algún papel a lo largo de estos años fue la de Control Financiero, las demás fueron ignoradas (Ética y de Garantías) o las quisieron hacer funcionales a intereses grupistas (Electoral) y finalmente suplidas por la dirección que la nombró, por no haber complacido con sus informes a la mayoría hoy en la dirección. Esos órganos de control deben estar alejados de la manipulación de las direcciones.
Los estatutos deben ser un muro de contención a prácticas corruptas, por ello se sugiere ampliar las condiciones para ser dirigente, no puede ser de la dirección quien ha vendido su fuero sindical. Tampoco aquel que comete fraude, que se ha dejado cooptar por el régimen, esa puerta giratoria hay que sellarla, no puede ser directivo quien haya facilitado o impulsado la tercerización y la superexplotación de sus compañeros de clase en cualquiera de sus manifestaciones (cooperativas de trabajo asociado, contratos sindicales, empresas asociativas de trabajo, etc.).
Hay otros temas que deben concitar el interés de los delegados: Los congresos de mujeres trabajadoras y de jóvenes trabajadores deben ser de carácter deliberativo, pero sus conclusiones obligatoriamente deben hacer parte de las del congreso de la organización. Para ser directivo en cualquiera de los niveles debe haber pasado por una escuela de capacitación y formación de las escuelas que aparezcan registradas en la central, su pénsum y demás asuntos fueron acogidos en el VI Congreso y deben ser desarrollados hacia la escuela pensamiento CUT.
Desde luego que hay un tema que no se ha contemplado en ninguna tesis que se puede denominar “consulta”. Cómo así que aparece un documento público firmado por el presidente y secretario -que no son la institución- donde fijan postura frente a la crisis de Grecia e ignoran lo que piensan las mayorías de esa nación, sólo porque la CSI ha fijado esas pautas.
Sobre el sistema eleccionario, se han elaborado variadas propuestas que van desde la participación de los órganos de control estatal como la Registraduría, pasando por el voto biométrico electrónico hasta la propuesta del sistema delegatario. Todas tienden a corregir lo acontecido en la última elección, en que unos más que otros han pretendido eliminar a su oponente mediante prácticas corruptas.
Esos pues son los mínimos debates que merece el proyecto para lograr salvarlo y que sirva como herramienta de verdad, útil en las circunstancias históricas que vive el país, en que se reflejen los derechos e intereses de los y las trabajadoras de esta martirizada nación.