Se está desarrollando la COP16 en Cali, con esto más de noventa países discutirán y buscarán medidas determinantes para la protección de la biodiversidad. VOZ habló con el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho. sobre la Cumbre, la transición energética y la diversidad biológica
Redacción VOZ
¿Cómo llega Colombia a la COP16 en materia de transición energética?
En estos dos años de gobierno hemos sentado las bases para una transformación social y territorial en materia energética. Nuestras iniciativas nos posicionan en la COP16 como un país capaz para liderar los proyectos estratégicos de una transición justa en nuestra región.
Nuestro trabajo será significativo para las discusiones en la COP16. Algunos hechos son ilustrativos. Por ejemplo, aumentamos la capacidad de generación a 2 GW con Fuentes No Convencionales de Energía, FNCER, y lanzamos la primera ronda de energía eólica costa afuera para robustecer la puesta en marcha de proyectos estratégicos en energías limpias. Esto es clave para esta COP16 porque insistiremos en la importancia de redirigir las inversiones en energías limpias para promover el cuidado de la vida.
La estrategia nacional de Comunidades Energéticas nos permitió inaugurar más de cien comunidades y lanzamos el primer municipio energético en Colombia: Cumaribo, Vichada. Esto es relevante para la COP16 porque las discusiones que llevaremos girarán en torno al cuidado medioambiental y la justicia social.
Llegamos a la COP16 como un país que reconoce la importancia del cuidado del medioambiente y la urgencia de cerrar las brechas territoriales para promover la justicia.
¿Y la relación entre biodiversidad y transición energética?
Desde el cumplimiento de obligaciones sectoriales. Asegurar una transición energética justa. Esto incluye, por ejemplo, la implementación de las inversiones de no menos del uno por ciento del sector, así como en los esfuerzos de formalización minera para disminuir impactos.
Desde la paz con la naturaleza. Estamos comprometidos en el abordaje integral de las conflictividades del sector que generan impactos negativos sobre la biodiversidad. A través de la Estrategia de Relacionamiento Territorial, ERT, el Ministerio documenta, caracteriza y visibiliza conflictos socioambientales, promoviendo su resolución mediante concertación territorial.
Con transiciones socioecológicas. Impulsamos transiciones socioecológicas en el marco de la transición energética, abordando las áreas en sospecha de pasivos ambientales y actualizando la estrategia de rezumaderos, apuesta central del sector para impulsar la rehabilitación de los ecosistemas y de los bienes y servicios generados.
Biodiversidad y Cambio Climático. Entendemos el doble riesgo en el que vivimos de pérdida de biodiversidad y de cambio climático; trabajamos en una actualización de las metas de cambio climático que reconozca y fortalezca las sinergias entre ambas agendas por medio del impulso de acciones de adaptación al cambio climático, con una visión más allá de la gestión del riesgo en los proyectos minero-energéticos.
Con Comunidades Energéticas. Esta estrategia se lanzó el 17 de mayo de 2024, con la entrega de 23 comunidades energéticas educativas en Bojayá, Chocó. El objetivo es democratizar la energía con el fomento la participación de las comunidades en la gestión energética mediante la implementación de Fuentes No Convencionales de Energías Renovables, FNCER.
Plan 6 GW. Instalar 6 GW de capacidad en Fuentes No Convencionales de Energía Renovable, FNCER, para el año 2026. Al llegar el Gobierno del Cambio, el país contaba con 166 MW en FNCER en operación comercial y en dos años hemos incorporado más de 1,2 GW de FNCER en operación comercial, es decir, siete veces más de lo que teníamos al iniciar el gobierno. Contamos con más de 1,9 GW de FNCER inyectando energía al Sistema Interconectado Nacional gracias a 87 parques solares que hemos implementado en el gobierno.
¿Cuáles son los resultados claves que espera el Ministerio de Minas y Energía de la COP16?
Primero, garantizar la implementación de los planes y estrategias para la protección de la biodiversidad; segundo, fortalecer las sinergias entre las agendas de cambio climático y la biodiversidad, y; tercero, incrementar el financiamiento para la protección del medioambiente.