El exmilitar José Dorado declaró ante la JEP que Pedro Movilla fue secuestrado y asesinado en el Batallón de Contrainteligencia. Los familiares realizaron un plantón para exigir que los cuerpos inhumados no sean desaparecidos
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
El exmilitar José Leonario Dorado declaró ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, que el militante del Partido Comunista Colombiano, Pedro Movilla, quien está desaparecido desde 1993, fue secuestrado, torturado, asesinado y enterrado en el Batallón de Contrainteligencia en Bogotá.
Desde el momento que fueron revelados los audios, las víctimas exigieron acciones inmediatas a todas las autoridades para proteger el derecho de los familiares, de las víctimas de desaparición forzada, a saber la verdad y encontrar sus seres queridos.
Por tal razón, el 18 de julio junto al Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, y diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, los familiares de las víctimas realizaron un plantón en la Escuela de Logística y Batallón de Contrainteligencia del Ejército nacional, para seguir exigiendo a la JEP que se tomen las medidas necesarias para custodiar el lugar y evitar que los cuerpos inhumados sean nuevamente desaparecidos.
VOZ habló con Yessika Hoyos Morales, presidenta del Colectivo de Abogados y Abogadas José Alvear Restrepo, Cajar, sobre el plantón, la desclasificación de los archivos de la Brigada XX, la implementación de paz, la industria de los azucarados y los cuarenta y cinco años del Cajar.
¿Por qué el plantón?
El plantón se hace porque hay información que, al parecer, el cuerpo de Pedro Movilla y otros desaparecidos están en la Escuela Logística, así que, solicitamos a la JEP que declare medidas cautelares al batallón porque es de interés forense. Nuestro temor es que, como salió a la luz pública, fácilmente en un espacio donde no hay controles civiles, pueden desenterrar los cuerpos y volverlos a desaparecer. Esta no es una práctica nueva en Colombia.
Es un medio de comunicación el que revela las declaraciones del exmilitar integrante de la Brigada XX, que participó en seguimientos a diferentes dirigentes de la Unión Patriótica y de periodistas, también la desaparición forzada de Pedro Movilla, Erika Nydia Bautista y el defensor de derechos humanos, Alirio Pedraza.
Recordemos que, aunque la Brigada XX cerró, en ese sitio siguen pasando crímenes muy recientes, tal como el del soldado Javier Steven Sánchez, quien, en 2021, desapareció y apareció muerte en ese batallón.
¿Qué exigen las víctimas y las organizaciones de derechos humanos?
El primer llamado que hicimos fue a la JEP, porque nos dimos cuenta de que el exmilitar llevaba más de tres años intentando que aceptaran su ingreso y no pasaba. Así que, muy respetuosamente, llamamos a la Jurisdicción de tener mejores valoraciones y poder esclarecer qué pasó con la Brigada XX, pues, en la historia del país no se ha esclarecido los crímenes a los que se les acusa.
Ahora bien, un segundo reclamo es que no entendemos cómo se filtra la información a la prensa, es decir, si no fuera por ellos, los familiares de las víctimas nunca se hubieran enterado del caso.
¿Hay respuesta de la Jurisdicción?
No, y esperamos que se pronuncien rápidamente.
La Brigada XX
Hablemos sobre la Brigada XX, el Cajar está solicitando la desclasificación de los archivos de esta brigada. ¿Por qué pedirlos?
Por varias razones. Primero, porque los archivos que son relacionados con violaciones de derechos humanos no deberían tener alguna reserva, está planteado a nivel internacional. Segundo, son archivos de inteligencia que llevan más de treinta años y, de acuerdo con la ley de inteligencia, los archivos se pueden desclasificar después de pasado ese tiempo.
Esta desclasificación la solicitamos porque debemos conocer toda la verdad de los hechos de seguimiento a defensores de derechos humanos, sindicalistas, integrantes de partidos políticos. La historia no se debe volver a repetir.
Desde el Cajar, ¿cómo ven la paz en Colombia?
Creemos que el reto que se sigue teniendo en el país es la implementación del Acuerdo firmado con las antiguas FARC-EP. Ahora bien, frente al tema de la Paz Total, tenemos que dar prioridad en crear condiciones para agilizar esos diálogos de paz que se tienen abiertos. En donde la prioridad sea la vida, los territorios y la verdad.
Hace poco se instaló la Mesa de Garantías por el alto Gobierno, y se hacía un balance en donde la situación sigue siendo preocupante, sobre todo para los líderes y lideresas en los territorios que continúan siendo victimizados.
Desde las plataformas seguiremos insistiendo en que debe continuar el camino a la paz.
El veneno del azúcar
Cambiemos de tema, hablemos de la lucha por los impuestos saludables. ¿Cómo se está haciendo?
Me gustaría aclarar, para los lectores y lectoras de VOZ, que nosotros como defensores de derechos humanos respaldamos el derecho a la salud y a la alimentación
Hoy nos han impuesto una dieta a través del marketing, el cual, según ellos, el jugo de caja es más nutritivo que el natural, o el cereal como una buena fuente de alimento.
Asimismo, hemos denunciado la interferencia de la industria de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas en el Congreso.
Esta industria financia, con grandes sumas de dinero, las campañas electorales de congresistas, sabemos que es legítimo, no estamos cuestionando eso, pero lo que termina sucediendo es que, en los debates sobre el impuesto saludable, estos políticos prefieren poner por encima los intereses económicos de la industria que los derechos humanos de los colombianos.
Nuestra pelea es esa que estos grandes poderes económicos no terminen afectando la creación de políticas públicas que buscan favorecer nuestros derechos humanos.
Las luchas de años
Por última, Yessika, ya son 45 años del Cajar, con logros y muchos retos…
Sí, desde el Cajar seguiremos representando a las víctimas, principalmente de crímenes de Estado porque han sido las más invisibilizadas, las que menos apoyo han tenido, también en la defensa del territorio. Estaremos en todos los espacios promoviendo la paz, porque creemos que merecemos paz con justicia social.