viernes, abril 19, 2024
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“No queremos una política de paz mezquina”

Danilo Rueda, alto comisionado para la paz, y el senador Iván Cepeda explicaron al Foro de Sao Paulo el contenido de la política de Paz Total

Redacción Actualidad  

En el primer día de sesiones del Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo, la construcción de la propuesta de una paz total para Colombia, se robó la atención de los asistentes, que en general coincidieron en que una paz estable y duradera en tierra colombiana es esencial para el mantenimiento de la paz en el resto del continente.

Y por esta razón, experiencias como las de Guatemala, El Salvador, y en general Centroamérica y el Caribe deben ser un referente para lo que ahora se construye en Colombia, en el marco de reformas democráticas avanzadas.

El evento comenzó en la tarde del jueves, con el panel ‘Colombia y la construcción de la paz total’. Intervinieron como expositores invitados, el alto comisionado para la paz Danilo Rueda, el senador Iván Cepeda y el defensor de derechos humanos, y ex asesor de la mesa de negociaciones en La Habana, Diego Martínez.

Momento de cambios

El senador Cepeda indicó que esta es la primera reunión de esta naturaleza que sesiona en Colombia, lo que resulta significativo en un momento de grandes cambios en el país suramericano.

Refiriéndose a los cambios que se propone el gobierno, Cepeda dijo: “estamos enfrentados a un Estado que es adverso a nuestra voluntad de cambio. Estamos en el gobierno, pero no tenemos el poder. Nuestro reto es construir el poder ciudadano, que es más importante que el poder formal”.

“Petro nos ha dicho que es preferible fracasar por haber intentado los cambios y no fracasar por no haberlos intentado”, precisó el senador Cepeda. “Nuestro programa es ambicioso: la paz total. No queremos una política de paz mezquina. Queremos cambios sociales. Nos debemos a 10 millones de víctimas directas en 60 años de conflictos y de lucha”.

Precisó Cepeda que “nosotros concebimos la paz como base de todo proceso de coordinación e integración latinoamericana. No solo para que no haya conflictos, sino que dejen de producirse formas de violencia como los bloqueos económicos a países; son una forma de violencia contra los pueblos, que implica privar a naciones enteras en términos de salud y desarrollo”. 

Filosofía de la paz

A su turno, el alto comisionado para la paz Danilo Rueda dijo que: “lo primero que hay que señalar es que la paz total reconoce la solidaridad y la legalidad internacional. Por eso hicimos un acto de desagravio a Cuba, que fue incluida en la lista de países patrocinadores del terrorismo”. Precisó que por eso mismo la paz total es una paz de fronteras, que mira por ejemplo la reconstrucción de un espacio democrático para encontrar una solución a las contradicciones entre la oposición en Venezuela y el gobierno de ese país.

Danilo Rueda se refirió a algunos aspectos que son medulares en la filosofía de la paz total: que las armas dejen de ser usadas en el debate de las ideas como también su uso en la protección de economías ilegales, que se traducen en el despojo de tierras. Dijo que hay que desterrar, en materia de acuerdos de paz, la costumbre perversa de que los gobiernos firman compromisos a nombre del Estado y después incumplen lo pactado.

Señaló además que ningún tipo de conversaciones pueden basarse en soluciones parciales que no resuelva otras violencias. Dijo que las estructuras del paramilitarismo son la más grave amenaza para la democracia en este país. Recordó que la ausencia de una política pública de desmonte del paramilitarismo ha impedido una reforma agraria eficaz.

Desde el hastío a la esperanza

El comisionado de paz informó a los asistentes al Foro de Sao Paulo que, en Colombia, en 14 departamentos hay grupos armados que ejercen poder en la población, en la juventud. Que son capaces de movilizar a la gente a la fuerza o con consentimiento, para ganar reconocimiento político. En la solución de estos problemas, indicó, no nos sirven las viejas fórmulas de siempre. “Estamos en épocas de cambio, hemos llegado a este proceso en medio de dificultades enormes, ganando la presidencia con una diferencia de apenas 700 mil votos”.

Pero existe un ambiente favorable las propuestas de cambio, puntualizó. En Medellín hay 20 mil jóvenes de once estructuras armadas que dicen que quieren la paz.

“Hablar de paz total es hablar de la seguridad humana, una política de seguridad social que priorice a los jóvenes y a nuestro pueblo. Desde ese hastío, la esperanza es que esta política de justicia social construya una nueva democracia que se debe y puede traducir en un gran acuerdo nacional”, precisó el alto comisionado.

Diego Martínez por su parte señalo que “la principal apuesta del gobierno es la paz del continente, la paz de las regiones. Hoy, el país tiene un millón y medio de nuevas víctimas desde la firma del Acuerdo de Paz. Hoy el país tiene siete conflictos internos, cuando al momento de la firma del acuerdo había tres. Hay un alzamiento armado, del ELN y de otras estructuras”, precisó el abogado defensor de los derechos humanos.

En un panel posterior intervino también Juan Carlos Cuéllar, gestor de paz del ELN, quien expresó la posición de esa organización insurgente, mostró las coincidencias con el gobierno del Pacto Histórico, pero también diferencias de criterios importantes en el camino de búsqueda de la paz.

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