Redacción Internacional
El robo a las urnas, en dimensiones monumentales, no fue en Venezuela, donde su sistema de registro electoral ha sido reconocido universalmente. El gran hurto se acaba de dar en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron, ampliamente repudiado por el veredicto de las urnas, ha desconocido la voluntad mayoritaria de los electores y nombró como primer ministro a un representante de la ultraderecha conservadora, el sector que recibió el repudio de la ciudadanía.
A comienzos de la semana pasada, Macron desestimó la propuesta de la coalición progresista Nuevo Frente Popular, que postuló como primera ministra a Lucie Castets, atendiendo a una nueva realidad política: las fuerzas progresistas de izquierda y centro izquierda se convirtieron en la principal alternativa política del país galo.
El argumento del mandatario para tomar la decisión fue la necesidad de preservar la “estabilidad institucional”, pues de nombrar a la candidata de izquierda, de “manera inmediata” enfrentaría una moción de censura del resto de agrupaciones políticas con representación parlamentaria.
A continuación, Macron anunció la designación de Michel Barnier, de 73 años, como nuevo primer ministro. Barnier, quien hasta entonces había sido vocero de la ultraderecha conservadora, se había desempeñado como canciller de la República.
Proceso de destitución
Según el constitucionalista francés Paul Cassia, Macron actuó, más que en función de su papel de árbitro como jefe de Estado, como hábil componedor de un gobierno afín a sus intereses, los cuales recibieron el rechazo de las urnas el 7 de julio pasado y en las calles a lo largo de su mandato.
El gobernante francés violó una de las tradiciones más fuertes de la llamada Quinta República: dejar que gobierne la primera fuerza con representación parlamentaria en la Asamblea Nacional, que, en este caso, es el Nuevo Frente Popular.
Ante esta decisión, Macron deberá ahora enfrentar la acción de las masas en las calles. De hecho, la coalición Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Melenchón, convocó a movilizaciones el pasado sábado contra la política autoritaria del presidente francés e instruyó a su bancada parlamentaria para llevar una propuesta de iniciar un proceso de destitución del mandatario por su negativa a nombrar como primer ministro al candidato del Nuevo Frente Popular.
