Entre los años 2011 —sin la vigencia del tratado— y 2012, ya en vigencia de este, las exportaciones colombianas se redujeron en 0,69 por ciento y entre 2011 y 2015, la caída fue de 55 por ciento.

Iván Posada
A cuatro años de vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) Colombia – Estados Unidos, es oportuno un balance de lo que le ha representado al país no solo este tratado y el resto de acuerdos de este tipo —14 en total— sino la misma política en materia de comercio internacional en el marco de la apertura económica y la globalización.
Uno de los argumentos para la implementación de estos acuerdos fue el supuesto acceso de los bienes y servicios colombianos a los mercados externos sobre la base que estos llegarían a millones de potenciales consumidores, hecho que elevaría sustancialmente las exportaciones colombianas.
Con Estados Unidos
Entre los años 2011 —sin la vigencia del tratado— y 2012, ya en vigencia de este, las exportaciones colombianas se redujeron en 0,69 por ciento y entre 2011 y 2015, la caída fue de 55 por ciento.
En la agricultura, este año han ingresado al mercado colombiano miles de toneladas de arroz sin arancel a tal punto que las importaciones de este producto han aumentado 850 por ciento. La agroindustria se paralizó al no poder competir por precios ni por volumen, y los afectados directos son los pequeños y medianos agricultores. Otras causas de la imposibilidad de competir con la agricultura norteamericana son el alto grado de tecnificación y de subsidios frente al nivel de atraso y desprotección de la agricultura colombiana. El ganador neto de esta negociación han sido los Estados Unidos.
Con Corea
En julio de este año entró en vigencia el tratado con la potencia asiática, cuyos ejes centrales son los sectores automotrices y electrodomésticos. En el primero la multinacional Hyundai, que produce cerca de 11.000 vehículos diarios en las ensambladoras que tiene ubicadas por todo el mundo, colocará su producción en el mercado colombiano a precios muy competitivos. Entre tanto la industria automotriz colombiana solo cuenta con dos pequeñas factorías, Colmotores y Sofasa – Renault, cuya producción está lejos de poder competir con el gigante asiático. Para la industria colombiana están en juego unos 25.000 puestos de trabajo, incluido el subsector de autopartes.
El tratado con La Unión Europea igualmente golpea al sector agropecuario, en específico al sector de lácteos y sus derivados, por las mismas causas de asimetrías en tecnología y subsidios.
La respuesta
Para contrarrestar esta ofensiva del neoliberalismo en América Latina y el Caribe recobran validez las alternativas integracionistas que se han venido construyendo en la región. El ALBA, Alternativa Bolivariana para nuestra América, creada en 2004 en el espíritu de la cooperación, la integración y el beneficio mutuo; Mercosur, Mercado Común del Sur, bloque regional fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay inicialmente, para mencionar dos procesos de integración alternativos.
Estos procesos no han avanzado en forma rectilínea, han presentado avances y retrocesos, pero se han planteado como estrategia para enfrentar a futuro la política de los TLC, que solo beneficia a las naciones industrializadas y a las multinacionales.