Pocas cosas son tan humanas como los Juegos Olímpicos. Cada cuatro años, el espectáculo deportivo se toma el escenario mundial y se convierte en un reflejo de la sociedad
Anna Margoliner
@marxoliner
En el mundo del deporte, las historias de éxito y adversidad a menudo revelan tanto el poder del talento como los desafíos sociales que persisten. Rebeca Andrade e Imane Khalif son dos mujeres que han dejado una marca significativa en sus disciplinas, pero sus trayectorias destacan por razones muy distintas, reflejando tanto los avances como las barreras que las atletas enfrentan en la actualidad.
Gimnasia latinoamericana
Rebeca Andrade es una gimnasta brasileña nacida el 8 de mayo de 1999, en Guarulhos, São Paulo. Es conocida por sus destacadas actuaciones en competiciones nacionales e internacionales. En los Campeonatos Mundiales, por ejemplo, ganó múltiples medallas, incluyendo el oro en el concurso completo individual en 2022 y, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, ganó la medalla de oro en salto de caballo y la medalla de plata en el concurso completo individual.
En la competencia de París 2024, fue noticia porque derrotó a la estadounidense Simone Biles en la final de suelo, llevándose la medalla de oro. Ambas atletas son un ejemplo de resiliencia y modelo a seguir para las mujeres que practican algún deporte, especialmente para las niñas afrodescendientes quienes pueden verse representadas a través de ellas. Sin embargo, la historia de Andrade empieza en una familia humilde de Guarulhos, Brasil.
La gimnasta se benefició significativamente del programa de fortalecimiento deportivo del gobierno de Lula da Silva, conocido como el Programa Segundo Tiempo. Este tenía como objetivo proporcionar acceso al deporte a niños y jóvenes de comunidades desfavorecidas, ofreciendo instalaciones, entrenadores y recursos necesarios para su desarrollo.
Gracias a este programa, Rebeca pudo entrenar en el gimnasio Bonifácio Cardoso en Guarulhos, donde comenzó su carrera en la gimnasia. Su apoyo le permitió acceder a entrenadores capacitados y a un entorno de entrenamiento adecuado, lo que fue crucial para su desarrollo temprano en el deporte.
Además de este programa, Brasil ha implementado otros que les permiten a los jóvenes de escasos recursos acceder a entrenamientos y condiciones económicas dignas para su carrera, tales como la Bolsa Atleta y el Fondo Soberano do Brasil. Este es un ejemplo que deberían de seguir los países de la región, como el nuestro.
Transfobia al límite
Imane Khalif nació en la provincia de Tiaret, en un pueblo llamado Bibab Masbah. Ha sido socializada y reconocida como mujer desde su nacimiento, registrada y percibida como mujer por su familia. En Argelia no es legal la transición de género. Existen personas de la comunidad LGTBIQ+ que viven su condición en la clandestinidad, porque varios artículos del código penal argelino condenan, con altas multas económicas, a quienes tengan conductas que les hagan sospechar sobre su sexualidad.
Al comienzo de su carrera, su padre le prohibió practicar el boxeo porque no lo consideraba un deporte apto para mujeres. Su infancia fue difícil no solo por este tipo de estigmatizaciones, sino porque para poder continuar con sus entrenamientos debía pagar transporte y lo hacía mediante la venta de chatarra y plástico con sus hermanos, puesto que su familia no tenía las condiciones económicas para hacerlo.
Todo esto no le ha impedido ser reconocida en múltiples ocasiones por su desempeño como boxeadora, aunque también ha probado el sabor de la derrota. Los actos de transfobia injustificada y racismo, de los cuales ha sido víctima en las últimas semanas, no empezaron en los Juegos Olímpicos que recién terminaron.
Imane fue descalificada del campeonato mundial de boxeo femenino de la IBA (Asociación Internacional de Boxeo) del 2023, junto con la taiwanesa Lin Yu-Ting, porque, como se señala en el comunicado oficial “no cumplieron con los criterios de elegibilidad para participar en la competencia tal como se establece en el reglamento …Cabe señalar que las atletas no se sometieron a un examen de testosterona, sino a una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”.
El camino de la polémica
La IBA nunca dijo explícitamente que los resultados de estas pruebas independientes demostraban que las boxeadoras tenían cromosomas XY en esa ocasión, sin embargo, tras la polémica que se desató en los JJOO de París 2024, en los cuales dichas atletas obtuvieron oro en sus respectivas categorías, el vicepresidente de esta asociación declaró que “los resultados arrojaban que eran hombres”.
Aun sin tener ningún documento tangible mediante el cual se compruebe explícitamente que Imane tiene cromosomas XY, los actos en contra de ella no se han hecho esperar, desatando una ola de transfobia y odio que deja en evidencia la falta de rigurosidad que le exigen las personas a los medios informativos que consumen, en los cuales se difama el nombre de la atleta atacándola directamente sin comprobar nada.
El racismo también es un factor clave, porque toda esta polémica se hizo viral después de la pelea contra la italiana Ángela Carini, quien manifestó sentir golpes muy fuertes y se retiró a los 45 segundos. A ella, mujer blanca y heteronormada, nunca la cuestionaron, pero su historial es bastante similar, puesto que no es la primera vez que la atleta hace este tipo de reclamaciones cuando se ve en situación de desventaja respecto a su contrincante. Tal vez su pasado como policía le impide reconocer que es válido recibir golpes de vuelta.