sábado, febrero 15, 2025
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La salud mental de Biden

El informe del fiscal especial Robert Hur, en el que califica a Biden como “un agradable anciano con buenas intenciones y mala memoria”, plantea la cuestión de la avanzada edad del gobernante, que se transformó en el principal tema político y mediático en las dos últimas semanas

Ricardo Arenales

La salud mental del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, de 81 años de edad, el mandatario más viejo en ejercicio de sus funciones en toda la historia de ese país, se ha convertido en un asunto de seguridad nacional, que amenaza el prestigio y la estabilidad de la primera potencia del mundo.

Así lo aseguró Ronny Jackson, quien fue médico de la Casa Blanca durante las administraciones de Barack Obama y Donald Trump. El galeno cuestionó la salud física y mental del actual presidente de los Estados Unidos, tras su caída al piso durante una ceremonia de graduación de la Academia de la Fuerza Aérea, en Colorado Springs.

En una intervención, en un programa de la cadena Fox News Channel, Jackson precisó: “No quiero parecer un disco rayado, pero voy a repetirlo: este hombre no está en condiciones mentales ni físicas de ser nuestro presidente, y es una mala situación para nosotros”. El médico consideró que “parte del trabajo del presidente de EE. UU. es inspirar confianza y proyectar poder”, algo que Biden no está haciendo.

“Creo que su falta de capacidad mental y su deterioro físico están empezando a poner de relieve el declive cognitivo que llevamos tanto tiempo observando”, dijo Jackson, quien, además, advirtió que la salud de Biden “se está convirtiendo en un problema de seguridad nacional”, y los ciudadanos no pueden permanecer indiferentes frente a esta situación.

Biden debilitado

La polémica, por la avanzada edad del presidente Biden, se transformó en el principal tema político y mediático de Estados Unidos en las dos últimas semanas. Se trata ni más ni menos de un presidente en ejercicio, que aspira a la reelección y que, debilitado, se enfrenta a Trump, que viene arrasando en las primarias republicanas.

La discusión sobre el asunto se hizo más tensa después de que se conoció el informe del fiscal especial Robert Hur, del Departamento de Justicia, quien después de un año de investigaciones concluyó que, en efecto, Biden “retuvo y reveló intencionalmente materiales clasificados, después de su vicepresidencia, cuando era un ciudadano privado”.

El fiscal investigador, a pesar de la ilicitud de la conducta, por tratarse, como él mismo lo dice, de un ciudadano común y corriente que accedió de manera irregular a documentos clasificados, se abstuvo de imponerle algún tipo de sanción o pena, debido a las “limitaciones significativas” en su memoria, pues “no recordaba ni siquiera, al cabo de varios años, cuándo murió su hijo Beau”.

El botón nuclear

Las reacciones han sido variadas.  El gobernador del Estado de Florida, Ron DeSantis, se preguntó cómo el presidente Biden queda exonerado frente a los graves cargos iniciales de manejar, de manera personal, documentos secretos de interés nacional y, al mismo tiempo, pueda gestionar responsablemente asuntos nucleares.

Como se sabe, a cada presidente, por el hecho de serlo, se le entrega un maletín con un botón nuclear que puede, discrecionalmente, apretar y provocar una hecatombe mundial de consecuencias catastróficas. Y es que el informe, dice DeSantis, plantea dudas sobre la agudeza mental del mandatario. Es como decir: “muy bien no puedes ser juzgado, pero puedes tener los códigos nucleares”.

DeSantis propuso invocar la enmienda veinticinco de la Constitución de los Estados Unidos, que proporciona un marco legal para destituir del cargo a un mandatario incapacitado para ejercer sus funciones y poderes. Desde distintos flancos de la política local, varios sectores han pedido a la vicepresidenta Kamala Harris que invoque la aplicación de esta enmienda.

Aptitud mental

La excandidata presidencial Hillary Clinton, en una entrevista de prensa la semana pasada, insinuó que es hora de que el Partido Demócrata vaya pensando en una fórmula presidencial diferente para las próximas elecciones generales. Y la precandidata republicana a la presidencia, Nikki Haley, es de la opinión que el mandatario “debería hacerse una prueba de aptitud mental inmediatamente”.

Ese sentimiento es compartido por un amplio margen de la población norteamericana. Después de que se conoció el informe del fiscal especial Robert Hur, en el que califica a Biden como “un agradable anciano con buenas intenciones y mala memoria”, se realizó un sondeo de opinión de la cadena ABC News y la firma Ipsos, en el que el 86 por ciento de la población considera que Biden es demasiado viejo para ejercer un segundo mandato.

Una encuesta en paralelo, sólo entre sus seguidores, indica que el 73 por ciento de los electores demócratas considera a Biden “demasiado viejo” para iniciar un nuevo mandato.

Periódicos de la línea del presidente, como el New York Times, han publicado artículos reconociendo que los problemas cognitivos ya mostrados en público por el presidente no solo son un riesgo electoral para el Partido Demócrata, sino un problema para el funcionamiento del gobierno de Estados Unidos, un problema para la seguridad nacional de la Unión.

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