Entrevista con Winston Porras Neira, gestor cultural, docente y director general del XIX Festival de las Artes que se realiza en Tunja, desde el 20 de agosto hasta el 6 de septiembre
Redacción Cultural
¿Cómo nació la idea de un Festival de las Artes en Tunja?
Surge como una propuesta alternativa artística, con un sentido político y cultural. En el año 2004, integramos una Comisión Nacional de Cultura y nos reunimos en Medellín, con los compañeros de Prometeo y otros gestores a nivel nacional, quienes en los primeros cinco festivales nos enviaron a Tunja poetas internacionales, esto le dio al evento un gran impulso, nos consideramos resultado de ese proceso.
¿Cómo llega este proceso popular, sin mucho apoyo, a su XIX versión y a ser tal vez el proceso y el evento más importante de la cultura en Boyacá?
Nos sostenemos en el tiempo como un proceso cultural de resistencia. La cultura y el arte son medios emancipatorios; ese ha sido el motor de nuestra continuidad. Financiamos el Festival con los pocos recursos que logramos gestionar con Mincultura en la convocatoria de conservación. Además, hemos generado un proceso de formación de públicos, lo que ha permitido que el Festival tenga un reconocimiento como un evento alternativo de gran importancia en Tunja y Boyacá.
Se acaba de realizar el XIX Festival de las Artes, con el lema “La naturaleza, vuelo de vida”, ¿cuál es el balance que hacen como organizadores?
Si bien los eventos del Festival terminaron, continúa hasta el 6 de septiembre con exposiciones en museos y salas de arte. El Festival ha sido muy exitoso. Ratificamos la importancia del arte para la convivencia pacífica y creativa. Se caracterizó por el alto nivel estético.
Destacamos la masiva asistencia del público tunjano y boyacense en los distintos escenarios de la ciudad, donde se presentaron funciones de teatro, conferencias, conversatorios literarios, exposiciones de fotografía, pintura, grabado y caricatura, cuya temática central giró en torno a la preocupación de estos artistas y expositores, colombianos y latinoamericanos, por la salud del planeta y por el deterioro ambiental de nuestro país, donde, por múltiples causas, recursos tan preciados como el agua, el aire, la fauna y la flora están siendo afectados de forma catastrófica.
Fue exitoso porque la ciudad se conectó con el Festival, lo disfrutó y aprendió de sus artistas y creadores. El lema este año fue “La naturaleza, vuelo de vida”, defendemos nuestra casa, la Pachamama y la vida. Nuestro paso por este mundo es fugaz como el aleteo de las aves. Este año la fotografía de aves contó con exposiciones individuales y colectivas. Las actividades tuvieron una excelente asistencia.
Observamos mucha participación y presencia de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, ¿cómo se logra esto, cuando hoy luchamos contra la adicción al celular y las redes antisociales de internet?
Los niños y jóvenes tunjanos no tienen una oferta cultural suficiente, propuestas alternativas como El Festival de las Artes contribuyen a mitigar la adicción al celular, el consumo de sustancias y los altos índices de suicidios de Tunja, con propuestas como el Carnaval de Juegos Tradicionales, en donde se presenta música carranguera, títeres y los juegos chiriposos. Otro evento que incide es el de las Expresiones Juveniles con actividades de skate, BMX, break dance y rap.
¿El Festival tuvo el apoyo de los gobiernos locales y departamentales?
El Festival de las Artes hace parte de la agenda cultural del municipio, a pesar de eso no contamos con apoyo de la Gobernación de Boyacá ni de la Alcaldía de Tunja, algunas empresas privadas aportan.
¿Qué viene para la versión XX del Festival?
El próximo año vamos a realizar el XX Festival de las Artes, motivados, desde ya gestionando recursos y presentando propuestas a nivel nacional y local, para realizar un evento grande con la gente, la juventud, las mujeres, la sociedad boyacense, los excelentes artistas y grandes obras estéticas que tiene nuestro departamento.
¿Cuál es el mensaje para Boyacá y Colombia?
Invitamos a todos los colombianos a volar en libertad, a contemplar desprevenidamente los aleteos, trinos y parpadeos de nuestras bellas aves paramunas desde el prisma de estos artistas íntegros y comprometidos con un mejor país y con un destino digno y promisorio para los seres humanos y para la naturaleza colombiana.
La cultura y el arte son el motor transformador de una sociedad; invitamos al Mincultura para que apoye con más recursos los procesos regionales, antes podíamos participar en dos líneas de las convocatorias de concertación, ahora solamente podemos aplicar a una. En las regiones, tiene que haber un cambio estructural desde lo político y generar una política cultural coherente con la convivencia pacífica y la democracia.