El corregimiento forma parte del Cañón del Micay, una región geoestratégica donde el conflicto se ha agudizado debido a la ruptura del cese al fuego entre el Gobierno y el Bloque Occidental del EMCFarc. La población civil denuncia crisis humanitaria en la región
Manuel Hernández Pedraza (*)
En el Cauca, sobre la cordillera occidental, se encuentra el Cañón del Micay, una región conformada por los municipios de Argelia, El Tambo, López de Micay, Guapi y Timbiquí. Es una zona de crucial importancia por su ubicación, con salida hacia el océano Pacífico y de terreno fértil en el interior del departamento.
En las montañas de Argelia se encuentra El Plateado, un corregimiento convertido, con el pasar de los años, en un corredor geoestratégico. Impulsado por la bonanza de la coca, este lugar ha crecido, atrayendo a personas de muchos sitios del país en busca de prosperidad y que han arriesgado todo para que sus familias surjan gracias al trabajo de labrar y cosechar, tanto la coca como el pancoger.
En la actualidad, la población habitante del corregimiento tiene que vivir en medio de continuas disputas armadas, donde la dinámica de violencia ha convertido los disparos de fusil y las detonaciones en algo inherente a la cotidianidad. El Plateado es un teatro de operaciones, donde la presencia es de los grupos armados y no del Estado.
Convulso y en conflicto
Tras la suspensión del cese al fuego entre el Gobierno y el Bloque Occidental del EMC-Farc, en marzo del presente año, hoy avanza en el territorio una gran operación militar dirigida por el brigadier general Federico Mejía, alto oficial que lidera el Comando Específico del Cauca.
Desde el momento en que el presidente Gustavo Petro dijo “guerra es guerra”, no solo se disipó la posibilidad de la paz, sino que se creó un escenario de disputa territorial, en el que la población está en la mitad de la confrontación militar entre los distintos actores armados. Así, las rafas de la artillería y los lanzamientos de misiles y granadas son la banda sonora, sin respeto por la vida e integridad de quienes habitan la región.
En el Cauca, convulso y en conflicto, la Red de Derechos Humanos ‘Francisco Isaías Cifuentes’ mantiene relacionamiento con la Junta de Acción Comunal, JAC, de El Plateado. Ante la notable ausencia de las instituciones del Estado, y con serios problemas de seguridad, la Red logró definir una comisión de exploración y acercamiento a la comunidad para observar, escuchar y denunciar con información de primera mano lo que realmente sucede en este lugar emblemático del Micay.
El 23 de julio
Tras un contacto previo con la JAC, la Red logró llegar al territorio e interactuar con la comunidad, a finales de julio. Allí se observó un temor generalizado entre los habitantes a expresar la situación de seguridad en el corregimiento.
No obstante, la misión atendió los hechos que ocurrieron en la noche del 23 de julio. En esa fecha, mientras se jugaba un partido de futbol en la cancha sintética, evento al que asistía la población civil en sano esparcimiento, detonó un artefacto explosivo que ocasionó la muerte del niño de diez años Dilan Camilo Erazo y causó lesiones a, por lo menos, trece personas más.
Este hecho tuvo relevancia nacional. Replicando únicamente la versión de las Fuerzas Militares, los medios de comunicación informaron que la explosión fue consecuencia del accionar violento de la guerrilla. Sin embargo, la comunidad enfatizó en que esta versión no es cierta y que existen fuertes indicios sobre la responsabilidad del Ejército Nacional en el atentado.
Además, las versiones contradictorias se han agudizado por cuenta de la ausencia estatal. No hay un tratamiento profesional de la escena, no hay análisis de peritos y tampoco una veeduría nacional o internacional. Es decir, no hay certeza sobre cómo sucedieron los hechos.
Si bien se recolectaron algunas versiones de las personas afectadas, ninguna de estas es de la familia o personas cercanas a Dilan. También se escucharon relatos diferentes sobre lo ocurrido el 23 de julio, en los que se denuncia el constante estado de inseguridad vivido por los habitantes en El Plateado. Finalmente, la comunidad le pidió a la Red de Derechos Humanos una mediación con el Gobierno nacional para poder visibilizar la crisis humanitaria y así conseguir apoyo.
Víctimas del conflicto
La población de El Plateado está incluida en el Registro Único de Víctimas, según la resolución número 20240980 del 22 de marzo de 2024. Sin embargo, no ha sido posible aplicar dicho instrumento, intensificando el estado real de vulneración de los derechos humanos en la región.
Frente a esta situación, se logró concertar una visita humanitaria y de acompañamiento a la comunidad de El Plateado, entre la Defensoría del Pueblo, la Arquidiócesis de Popayán y la Misión de la ONU en el Cauca, con el acompañamiento de la Red de Derechos Humanos FIC. Esta segunda visita fue entre el 10 y 21 de agosto.
Este encuentro institucional permitió declarar a la JAC como beneficiaria del Decreto 660 de 2018 que reglamenta el Programa Integral de Seguridad y Protección para Comunidades y Organizaciones en los Territorios. También se avanzó en planes de inversión y en otras acciones que benefician a la población considerada víctima del conflicto social y armado.
Todos estos esfuerzos son pocos, pero no se debe descansar en la lucha por la paz y el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias, con sus juntas y guardias campesinas. Se debe superar la estigmatización al que son sometidos los habitantes de Argelia y sus corregimientos, territorio denominado peyorativamente por la prensa nacional como la “capital de la coca en Colombia”.
En El Plateado, la población campesina exige la protección del Estado por una vía diferente a la militarización, la violencia, el desplazamiento y la confrontación armada.
(*) Integrante del Partido Comunista Cauca y del Comité Operativo de la Red de Derechos Humanos ‘Francisco Isaías Cifuentes’