La propuesta del Gobierno nacional de hacer inversiones forzosas en sectores como turismo, industrialización y energías renovables es aclarada por el ministro de Hacienda y un senador del Pacto Histórico
Redacción Economía
“Si esto produce los efectos esperados -y yo creo que hay todas las razones para esperarlo-, si por ejemplo yo puedo auspiciar con esto los créditos de vivienda popular, es posible que la reactivación del sector de la construcción y lo que significa ello el impacto en materia de mano de obra, le produzca réditos económicos no solamente a esos sectores, al pobre trabajador, al señor que construye la vivienda, al que la compra, sino al conjunto de la sociedad y también para la propiedad del sector financiero”.
Así respondió el senador del Pacto Histórico, Wilson Arias, a periodistas de la W Radio, quienes le insistían sobre los riesgos para el sector financiero y para los ahorradores llevar a cabo la propuesta de inversiones forzosas, que buscan ayudar a la reactivación económica.
Pero no solo ese medio de comunicación ha intentado asustar a los ciudadanos que guardan sus ahorros en los bancos, la revista Semana, Blu Radio, RCN, El Tiempo, Caracol y otros opositores al Gobierno nacional pretenden hacer creer que la medida pondría en riesgo el dinero guardado y que, de no salir las cosas bien, se perdería o no sería entregado a los ahorradores. Tan así es, que han comparado la hipotética situación con el fenómeno del corralito en Argentina, en 2001.
Aclaración necesaria
Por su parte, Jonathan Malagón, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria, se opuso a la propuesta de utilizar los ahorros de los colombianos en las entidades bancarias para financiar el plan de reactivación económica, calificando la medida como “un mecanismo de represión financiera”, e inconveniente porque limita el crédito para otras actividades y podría elevar las tasas de interés.
Para hacer claridad y algo de pedagogía, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, aclaró: “El país tiene inversiones forzosas hace rato, son las inversiones forzosas en el sector agropecuario, se llaman Títulos de Desarrollo Agropecuario, TDA. Con esas inversiones forzosas actualmente hay un fondo de 25 billones de pesos, de los cuales Finagro administra 17, y está dando crédito a los pequeños y medianos productores del agro, y está esencialmente concentrado en producción y algo de transformación”.
Sobre los riesgos, el senador expresó que los recursos que los colombianos depositan en los bancos no son dejados “debajo de la almohada”, sino que con ellos hacen inversiones, algunas más seguras que otras. “Por ejemplo, cuando hubo la crisis financiera de las viviendas en los Estados Unidos, muchos bancos y fondos de pensiones perdieron a raíz de esa crisis, cuando la crisis se traslada de Europa se perdieron monumentales cifras”.
Menor rentabilidad a bancos
Agregó que las inversiones propuestas en Colombia son de las más seguras y en este caso mediadas por un propósito gubernamental que, a través de distintos instrumentos, garantiza una rentabilidad, aunque modesta.
Por su parte, el ministro de Hacienda al explicar la propuesta dijo: “Hay ocho billones de ese fondo que están administrados por los bancos comerciales, en lo que se llama inversiones sustitutivas, pero hemos encontrado que esas inversiones están concentradas en grandes productores y no están democratizadas hacia los pequeños, que es donde interesa desarrollar la actividad porque la agricultura colombiana es de minifundio”.
Bonilla agregó que algunos productores del campo invierten en predios mayores, como en palma, caña de azúcar y otros cultivos de ese estilo, pero que se trata de democratizar. “Entonces, aquí la propuesta de discusión es cómo hacemos para democratizar ese segmento que hoy se llaman inversiones sustitutivas. La propuesta del presidente es examinar si podemos extenderlo a inversiones forzosas en otros sectores dirigidos al turismo, a la industrialización y a las energías renovables, ante la necesidad de poner recursos adicionales para reactivar la economía. Esos recursos adicionales salen efectivamente del sector financiero, de la banca comercial y tenemos que identificar cuáles serían las condiciones”.
Una oportunidad para los excluidos
Ante el argumento de que se encarecerán los créditos para otros sectores, Arias explicó que lo que está de fondo es que los fondos privados de pensiones puedan jugar en la ruleta, en función de las ganancias especulativas de corto aliento, “prefieren que les permitan jugar cada vez más en los sectores de las ruletas internacionales y, por el contrario, lo que se busca desde el Gobierno nacional es apostarle a la producción nacional”.
Y, ante la insistencia del sector financiero y la oposición de que se hagan préstamos normales a los campesinos, Arias expresó que por muchas razones como la violencia, el cambio climático, los bancos no le prestan al pequeño campesino. Además, que el sistema de inversiones forzosas ha logrado que los bancos capten recursos a través de los Títulos de Desarrollo Agropecuario, que tengan rentabilidad, y ha permitido centenares de miles de créditos.
Todo el debate sobre la propuesta gubernamental se da en un contexto en el que, según el Ministerio de Hacienda, la economía colombiana creció 2,1% en el segundo trimestre de 2024, respecto al mismo periodo de 2023, información complementada por el jefe de esa cartera al afirmar: “Sí, estamos incrementando el crecimiento y obviamente el dinamismo está en el sector agropecuario que creció al 10.2…”. Argumento con el que se necesitaría de estas inversiones, si se quiere continuar o aumentar este ritmo, aunque con inclusión de los pequeños productores del campo.
Asimismo, Minhacienda informó que el Grupo Bicentenario se consolidó como el cuarto conglomerado financiero del país, hecho importante porque puede ayudar en la inclusión financiera y la financiación de la economía popular.
Finalmente, el senador Arias, comentó que los efectos de la medida serían positivos: “Tiene que ver con soberanía nacional, tiene que ver con seguridad alimentaria, tiene que ver con producción capitalista del propio campesinado y el sector agropecuario, y es una muy buena propuesta para la sociedad a esta altura de la economía nacional”.