Para lograr un crecimiento del Producto Interno Bruto en dos puntos porcentuales, se propone inyectarles recursos a los sectores intensivos en mano de obra, de tal forma que estimulen la demanda y el consumo. El Banco de la República debe reducir las tasas de interés
Iván Posada Pedraza
El crecimiento de la economía hasta julio de este año, 1,7 por ciento, confirma la tendencia a la desaceleración con respecto a 2022, cuando creció 7,5 por ciento, solo que las condiciones han variado a favor para que 2023 finalice con un crecimiento mayor. El ministro de Hacienda Ricardo Bonilla afirma que podría llegar a dos por ciento (2%) dada la coyuntura tanto interna como externa (gráfico 1).
La creación de 1,12 millones de puestos de trabajo en el sector estatal (salud, educación, defensa) ha contribuido a que la desaceleración económica no impacte el empleo.
En efecto, el desempleo a julio se ubicó por debajo de un dígito (9,6 por ciento, según el Dane) y la población ocupada para la misma fecha ascendió a 23.180.000 personas.
Según Bonilla, el crecimiento en el segundo trimestre de 0,3 por ciento marcó el punto de inflexión, es decir, tocó fondo. A partir de esta cifra se espera, tomando las medidas pertinentes, que 2023 finalice con un crecimiento del PIB de 2 por ciento. De acuerdo a esto no habrá recesión como tal, la economía no dejará de crecer.
Análisis sectorial
La industria, construcción, vivienda, obras civiles, comercio, transporte y agricultura experimentaron retrocesos. La primera, por ejemplo, de 39 actividades que conforman el sector, 27 disminuyeron su producción real; el subsector de automóviles tuvo un descenso de 19 por ciento en fabricación o ensamble de carros; la manufactura tuvo una disminución en las ventas de 5,3 por ciento y en consecuencia la mano de obra ocupada descendió 0,9 por ciento. Es el cuarto mes consecutivo en que la industria presenta disminución de la producción.
Este sector es la locomotora que impulsa el resto de sectores por el volumen de producción y la mano de obra ocupada y cuando se reciente, termina afectando el resto de sectores. (Gráfico 2)
La agricultura, otro sector que experimentó retroceso, en tanto no se implemente la reforma agraria que la transforme en una actividad altamente tecnificada y productiva, poco le aportará al crecimiento total de la economía.
De acuerdo a lo anterior, el Ministerio de Agricultura tiene proyectado adquirir a precios comerciales, 1.500.000 hectáreas en los próximos tres años para incorporarlas a la producción agrícola del país, generando empleo y alimentos baratos para todos los colombianos.
Reactivación
Los pequeños y medianos empresarios proponen reducir la tasa de interés a las transacciones crediticias para la micro y mediana empresa de tal forma que los costos de los insumos y la materia prima incidan lo mínimo en el total de estos.
De igual forma les han propuesto a los supermercados de cadena introducir rebajas en los precios de bienes de consumo masivo que podrían beneficiar a los sectores populares. A la fecha no se han pronunciado.
Para el sector de la construcción se propone que el Gobierno nacional acelere la ejecución de las obras públicas de infraestructura como vías, escuelas, hospitales, etc., teniendo en cuenta que es un sector con capacidad de ocupar gran volumen de mano de obra, lo que a su vez va impulsar el consumo y la demanda.
Para la construcción de vivienda, gran demandante de mano de obra calificada y no calificada, se propone para reactivar el sector, que el gobierne agilice los subsidios asignados a fin de reiniciar los proyectos de construcción.
Otra propuesta es ejecutar los proyectos que tienen recursos asignados por conceptos de regalías (31,3 billones para 2023), que pueden generar trabajo, demanda y consumo en muchos regiones y municipios del país; las transferencias de mayores recursos en forma de subsidios igual pueden contribuir a incrementar la demanda de bienes y servicios, reactivando el comercio.
Las tasas de interés
Desde el año pasado el Banco de la República elevó las tasas de interés con el fin que la población se abstenga de adquirir deudas para inversión, consumo, vivienda, etc., ante la perspectiva de cancelar altos intereses.
Como la inflación lleva cuatro meses a la baja, el presidente Petro, el ministro de Hacienda y un sector de los gremios han insistido para que proceda a bajarlas. Este a su vez, esgrime su autonomía e independencia y no se ha pronunciado al respecto. Si bien es cierto que las altas tasas de interés han contribuido a contener la inflación, también lo es que, si se mantienen por largos periodos de tiempo, frenan la inversión y la demanda.
Otros factores
Todo indica que el Banco de la Republica está pendiente de otros factores que inciden en la inflación para decidir si reduce o no las susodichas tasas. Uno, el desmonte del subsidio al valor del galón de gasolina ($14.000/galón) con la expectativa que este mayor valor se traslade a los usuarios. El segundo, el impacto del fenómeno del Niño que podría ocasionar un rebrote de la inflación a causa de nuevos aumentos en los precios de los alimentos por eventuales sequias y pérdida de cosechas.
Al momento de adoptar determinada política económica y en específico la tendiente a reactivar la economía en la actual coyuntura, las autoridades correspondientes entran en contradicción con los gremios y el sector privado, cuyos intereses particulares van en contravía de los de la población colombiana.
