domingo, abril 28, 2024
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La economía política y el salario

Cada año la Mesa Tripartita de Concertación (Trabajadores, gobierno, y empresarios) se reúne a definir cuál debe ser el incremento del salario mínimo para la vigencia siguiente. ¿Cuál es el origen de esta negociación? y ¿cómo comprender la transformación del valor (precio) de la fuerza de trabajo?

Luis Fernando Rivera

Para formular la esencia de la explotación capitalista, C. Marx dedica en el Capital, Tomo I, capítulo 2, sección 6 la “Transformación del valor o del precio de la fuerza de trabajo en salario” y para ello parte del estudio de los clásicos de la economía política burguesa, de la cual no solo toma importantes conceptos y análisis, sino que hace la crítica y define científicamente qué es y qué papel juega en el modo de producción capitalista.

Lucha de clases y salario

El origen del salario se puede encontrar en la sociedad dividida en clases; para A Smith “En el estado originario de la sociedad que precede a la apropiación de la tierra y la acumulación de capital, el producto íntegro del trabajo pertenece al trabajador. No había entonces propietarios ni patronos con quien compartirlo (…) tan pronto como la tierra se convierte en propiedad privada, el propietario exige una parte de todo cuanto producto obtiene o recolecta en ella el trabajador. Su renta es la primera deducción que se hace del producto del trabajo aplicado a la tierra”. “Riqueza de las Naciones” FCE 1994.Adam Smith

Esta cita pone de manifiesto no solo, el origen del salario, sino, que no deja duda, que la renta y los beneficios (plusvalía o renta del suelo) empresariales son el resultado de “deducir” de todo el valor del producido por los trabajadores, las fracciones que significan sus ingresos, solo por su condición de propietarios, su teoría del salario, por tanto, es también una explicación del origen del ingreso de las clases ociosas.

También para Smith, el salario “(…) en todas partes se entiende por salario del trabajo, aquella recompensa que se otorga cuando el trabajador es una persona distinta del propietario del capital que emplea el obrero” (…). También dice: “Los salarios del trabajo dependen, por doquier, del contrato concertado por lo común entre estas dos partes, y cuyos intereses difícilmente coinciden. El operario desea sacar lo más posible, y los patrones, para rebajarlos”.

Para David Ricardo, “Principios de Economía, Política y Tributación” que comparte los planteamientos de Smith “Al igual que los demás contratos, se deberían dejar los salarios a la libre competencia en el mercado y nunca deberían ser controlados ni intervenidos por la legislatura” Pag 80. Op. cit

Así, para los clásicos de la economía política burguesa y los ideólogos del neoliberalismo la relación que se establece entre oferentes y demandantes asume la apariencia de una transacción común de compraventa. El capital compra una mercancía (trabajo) con su dinero y el trabajador la “vende” por dinero que le llega bajo una modalidad especial, bajo la forma de salario. Es pues, un intercambio simple; cada uno obtiene un equivalente. Surge, entonces, una relación contractual de hecho entre partes supuestamente aptas sobre un “servicio” laboral, o sea entre personas que se representan como jurídicamente iguales.

Para la economía vulgar neoclásica, la demanda de trabajo es el único insumo variable, dado que el objetivo central de las empresas es obtener ganancias de la inversión efectuada e incrementarlas al máximo posible, lo que calcula es el volumen de ventas.

Fuerza de trabajo y salario

La crítica de Marx a la economía clásica, y su gran aporte a la economía política, es que evade el espacio empírico de la determinación del salario como un pago por la utilización empresarial de “trabajo”. Lo que en realidad oculta es que el salario no es el pago por el uso del “trabajo”, sino que, basándose en la teoría del valor de las mercancías, es el pago por el uso de la “fuerza de trabajo” que consiste en un conjunto de medios de vida de la familia obrera para estar día a día en condiciones de seguir vendiéndola para sobrevivir, -mínimo vital-

Con ello la concepción empírica aparente, es que se muestra como una transacción equitativa, pero que en el fondo es expropiatoria y extorsiva.

Para Marx en el Capital; “La economía política clásica tomó prestada de la vida cotidiana la categoría “precio del trabajo, sin someterla a crítica, para luego preguntarse ¿cómo se determina ese precio? Pronto reconoció que el cambio verificado en la relación entre la oferta y la demanda, en lo que respecta al precio del trabajo- como en lo que se refiere a cualquier otra mercancía- no explicaba nada excepto el cambio de ese precio, esto es, las oscilaciones de los precios del mercado por encima o por debajo de cierta magnitud” “(…) En el mercado lo que se contrapone directamente al poseedor del dinero no es en realidad el trabajo, sino el obrero. Lo que vende este último es su fuerza de trabajo. No bien comienza efectivamente su trabajo, éste ha cesado de pertenecer al obrero quien, por tanto, ya no puede venderlo. El trabajo es la sustancia y la medida inmanente de los valores, pero él mismo no tiene valor alguno”.

Valor y fuerza de trabajo

 

Marx plantea que “como el valor del trabajo no es más que una expresión irracional para designar el valor de la fuerza de trabajo, de suyo se obtiene el resultado de que el valor del trabajo siempre tiene que ser necesariamente menor que el producto de valor, puesto que el capitalista siempre hace funcionar a la fuerza de trabajo durante más tiempo que el necesario para que se reproduzca el valor de la misma (…) La forma de salario, pues, borra toda huella de la división de la jornada laboral entre trabajo necesario y plus trabajo, entre trabajo pago e impago”

El estudio de Marx sobre la categoría salario, fue elemento central en la formulación de la teoría de la plusvalía y con ello, conocer la esencia de la explotación capitalista y la contradicción fundamental entre trabajo y capital.

Estas breves notas, complementadas con la lectura del prefacio de F. Engels “Trabajo asalariado y capital” y del folleto sobre “Salario, Precio y Ganancia” de Marx permite comprender el papel del salario en la sociedad capitalista.

Hoy, cuando se discute el incremento del salario mínimo, es vital reconocer la importancia política que ha tenido y tiene para el movimiento obrero la lucha económica por el salario real y la magnitud de la jornada de trabajo, pues lo más importante  para los trabajadores y sus organizaciones es convertir estas luchas en luchas políticas, no solo para enfrentar los intereses de la clase dominante, sino para avanzar en la organización de los trabajadores, incrementar la consciencia de clase y agudizar con ello, la contradicción entre el trabajo y el capital.

Esta contradicción se pone de manifiesto en la Mesa de Concertación, donde el empresariado se presenta unificado, con criterios claros, basados en sus principios neoliberales y en defensa de sus intereses, por otro lado, las centrales obreras sin una clara unidad para llegar a acuerdos basados en una negociación en las alturas, pero sin la defensa de los intereses en las calles y otros escenarios de los trabajadores y las organizaciones de base.

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