Las denuncias ciudadanas evidencian la ineficiente administración del alcalde Galán en relación con el nuevo esquema de recolección de los residuos
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
Las calles de la capital del país están llenas de basuras, más de 600 puntos críticos, 31 puntos más que cuando inició la administración de Galán. Esta situación genera gran preocupación entre las y los bogotanos por la contaminación y proliferación de enfermedades.
El nuevo esquema de recolección de las basuras, implementado por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, UAESP, ha experimentado retrasos significativos, lo que pone en riesgo su continuidad.
Este nuevo esquema está a la espera de aprobación, prevista para abril, por parte de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico. Según la entidad, la solicitud busca promover la transición hacia un modelo circular y que se disminuya las toneladas de residuos en el relleno sanitario Doña Juana.
La crisis
Mientras se espera una respuesta, la crisis de los residuos se profundiza más, y las y los bogotanos se ven obligados a convivir con las bolsas de basuras acumuladas en sus barrios.
Según el Concejo de Bogotá, a pesar de contar con $60 mil millones de pesos para atender los puntos críticos y las basuras en la ciudad, la falta de atención de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, sumada a la poca gestión de la Alcaldía Mayor y las Alcaldías Locales, ha agravado la acumulación de residuos en los barrios.
Ante esta situación, los y las capitalinas han expresado su inconformidad con los residuos por medio de las redes sociales, donde critican la ineficiencia de la administración en la gestión del agua de la ciudad y la falta de soluciones a problemas como la inseguridad. Esta problemática refleja la continuidad del modelo de ciudad y región impuesto por Claudia López y Enrique Peñalosa.
Así se defiende y continúa un modelo neoliberal que, sin importar los daños ambientales y a la ciudadanía, busca que los aspectos esenciales de la vida sean capitalizados por grandes empresarios privados.
Los comentarios de los usuarios recordaron que al entonces alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, lo destituyeron por problemas con la recolección de las basuras, y que el problema sanitario no había llegado a tal punto crítico como está ahora.
“No disque (sic) el plan de Basura Cero de la Alcaldía de Gustavo Petro era un fracaso y había que volver a la maravillosa privatización del servicio de basura. Bogotá es hoy en día una ciudad asquerosa, con basura tirada en cada esquina y la prensa calladita”, mencionó el director y productor de cine, Carlos Gaviria.
Nuevo modelo de basuras
Ahora bien, según la Alcaldía de Bogotá, se implementará un nuevo modelo de basuras que estará en funcionamiento en el 2026. Este modelo mantendrá la división de la ciudad en zonas con prestadores de servicios exclusivos, pero que busca una división más precisa, enfocándose en el aprovechamiento de residuos orgánicos mediante la bolsa verde.
Bogotá funciona con el modelo de áreas de servicio exclusivo, ASE, y se distribuye en cinco zonas de las cuales se encargan cinco concesionarios, y con la licitación que presentará UAESP se cambiará a ocho o nueve zonas.
La ciudadanía debe empezar a separar la basura en bolsa verde para los residuos orgánicos. No obstante, a este modelo le falta, además de una eficiente administración, educación a las y los capitalinos sobre el buen reciclaje y el uso de la bolsa verde.
Retomar Basura 0
Es relevante recordar la reunión celebrada en el 2024 entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán. Tras el encuentro, Galán afirmó que estaban comprometidos con la apuesta del Gobierno nacional Basura 0.
“Hay un compromiso del Ministerio de Vivienda para poder avanzar (…) para que tengamos esos elementos que promuevan de verdad el reciclaje, que incorporen a la población recicladora en los procesos” aseguró el alcalde.
El proyecto de Basura 0 del Gobierno nacional tiene como objetivo promover la sensibilización ambiental y la cultura ciudadana, permitiendo avanzar en la separación en la fuente e incentivar el aprovechamiento de los residuos sólidos a través del fortalecimiento de la comercialización del material aprovechable y de los esquemas operativos de las organizaciones recicladoras de oficio.
Igualmente, eliminar la disposición de residuos sólidos en sitios inadecuados y desarrollar mecanismos normativos, regulatorios, financieros y administrativos que permitan la sostenibilidad del modelo de gestión circular de los residuos sólidos.
Durante la Alcaldía de Gustavo Petro, el programa de aseo Basura 0 buscaba reducir la cantidad de desperdicios que la ciudad enviaba al relleno sanitario, mediante el reciclaje por parte de sus habitantes, además de devolverle la responsabilidad al sector público. Sin embargo, la transición fue compleja y provocó la acumulación de las basuras en varios días. A esto se sumaron sabotajes por intereses privados y amenazas, lo que llevó a la destitución del entonces alcalde de su cargo.
Un enemigo del modelo de ciudad
Es irónico que Galán esté evaluando volver al proyecto porque se ha demostrado su incapacidad para desarrollar un modelo de ciudad con igualdad y respeto por las y los capitalinos.
A esto se suma, la tarea de ciertos medios de comunicación tradicionales de lavarle la cara al alcalde, omitiendo o minimizando la falta de acción frente a los problemas persistentes de la ciudad.
La ciudad está sumida en la basura, y el alcalde no hace nada para solucionar esta crisis. La ciudadanía cada vez está más inconforme con la gestión de la administración y las nulas soluciones que propone. Bogotá ya no camina segura, se encuentra atrapada entre montañas de desperdicios.