“Pedaleando por la paz” es el lema del equipo ciclístico del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, septeto que nació hace un año para ofrecer caminos de vida cercanos al deporte a sus juventudes
Juan David Lozano Aranguren
@jotade_lz
“Es un sueño cumplido competir con un equipo 100% indígena en la Vuelta Colombia”, dijo el director deportivo del equipo, Jimmy Morales, después de bajar de la tarima de presentación vistiendo ruana negra, falda azul, bufanda roja y mochila; el traje tradicional de la comunidad Misak.
En esta edición de la Vuelta Colombia, que culminó el 10 de agosto, el equipo del CRIC consiguió resultados importantes para solo tener un año de creación. El logro más destacado fue la camiseta de la combatividad que recibió Edwar Rondón tras cruzar la meta de la última etapa en Bogotá, camiseta que reciben los ciclistas que más luchan, perfecta para representar al CRIC y a sus consignas, tanto dentro como fuera de la justa ciclística.
“Esta camiseta es un merecimiento tanto para mí como para el equipo, porque la luchamos desde el inicio de la carrera y siempre nos mantuvimos combativos”, dijo el pedalista Rondón luego de bajar del podio en el que estuvo con los mejores de la Vuelta Colombia 2025, entre ellos el campeón Rodrigo Contreras.
Pero este no fue el único logro importante en la competencia, también es destacable el sexto lugar que ganó el corredor Leison Maca, en la etapa que salió de Armenia y llegó a Cali, en donde integrantes del CRIC recibieron a sus representantes sobre ruedas con música, danza, comida y con la presencia de algunos consejeros mayores.
El origen del equipo y la lucha por la visibilidad
“Nosotros le apostamos al deporte porque este no se hace solamente para ganar. Es un reto muy grande estar aquí en la Vuelta Colombia, esto es una lucha para que la sociedad se dé cuenta de que aún existimos y resistimos, incluso en escenarios como el ciclismo”, comentó Edgar Fernandez, consejero mayor del CRIC mientras al fondo sonaban flautas y tambores en el caluroso recibimiento con el que las comunidades indígenas acogieron a sus ciclistas.
“Estuve en Europa compitiendo tres años, durante ese tiempo pensaba que entre mis sueños no solo estaba triunfar individualmente, quería crear un equipo indígena para dejar en alto el nombre de las comunidades indígenas del Cauca”, contó Jimmy Morales, entrenador y uno de los gestores del equipo de ciclismo del CRIC.
Jimmy, que ya no viste jersey ni monta bicicleta durante las competencias, sino que maneja el carro de asistencia y da indicaciones a los corredores, comenta que el proyecto nació cuando él mismo le propuso a la Consejería Mayor del CRIC la creación del equipo. “¿Por qué no hacer un equipo de ciclismo indígena? Tenemos las capacidades, los dones, los ciclistas y la fortaleza”, dijo el ex ciclista del pueblo Misak a la Consejería hace un año.
A la Consejería le sonó la idea y a través de la autogestión fue creado el equipo, que empezó a competir en carreras locales y el 17 de febrero de 2025 realizó la inscripción ante la Federación Colombiana de Ciclismo, para pedalear en carreras masculinas de categorías Élite y Sub 23.
A partir de ese momento, inició el camino del CRIC Nacional en las competencias oficiales y, según cuenta el pedalista Deiber Conejo, los integrantes del equipo empezaron a ser entendidos en el territorio como referentes.
Los primeros frutos y las jóvenes promesas
“Me gustaría ganar alguna etapa de esta carrera y correr en Europa, aunque entre mis sueños también está ayudar a que mis compañeros lleguen lejos en el ciclismo”, contó el ciclista Leison Maca, que nació hace 27 años y está censado en el cabildo indígena San José de Julumito.
Maca empezó en el ciclismo gracias a su padre, fanático del deporte que lo llevó a recorrer la ruta desde Popayán hasta el Pescador de ida y vuelta, un total de 84 kilómetros. Dice que, por el calor, no le gustó para nada esa primera rodada, pero algo le quedó latiendo, siguió saliendo y los kilómetros empezaron a transformar el disgusto en placer.
Al día de hoy, Maca es de las grandes figuras del CRIC Nacional, en julio pasado se consagró campeón de la Clásica Nacional de Ciclismo Futuras Estrellas, carrera oficial de la Federación Colombiana de Ciclismo. Y en la Vuelta Colombia, el rendimiento de Leison también fue esperanzador. Además de quedar sexto en la etapa que llegó a Cali, el corredor indígena ganó dos sprint especiales y fue protagonista en varias de las fugas.
Opción de vida y camino para la paz
“No es un secreto que en el Cauca tenemos problemas de conflicto y de violencia, cosa que nos motiva para que a través del ciclismo salvemos vidas vinculando a jóvenes a este lindo deporte”, dijo Maca antes de subirse a su bicicleta para pedalear la última etapa de la Vuelta a Colombia.
Así como cuenta Leison y antes dijo el consejero mayor Edgar Fernández, en el CRIC no solo entienden el deporte como sinónimo de busca de victorias. También lo ven como una posibilidad de vida y un camino para las generaciones indígenas venideras, que junto a otros proyectos tienen la intención de fortalecer el tejido social del territorio.
“Este equipo surge como una iniciativa de paz, ya que con el deporte le estamos quitando niños y jóvenes a los actores de la guerra, que se los llevan para las montañas y los conducen por el camino de la violencia. Con el ciclismo estamos mostrándole a la comunidad y en especial a la juventud que hay otros caminos de vida y que se puede vivir del deporte, por eso el lema que nos acompaña etapa a etapa es ‘pedaleando por la paz’”, concluyó el entrenador Jimmy Morales tras el cierre de la Vuelta Colombia 2025.
Ahora viene un camino de retos y resistencia para el CRIC Nacional: buscan obtener la licencia que los acredite como equipo continental para correr en otros países. En el Cauca el reto es aún más grande: seguir quitándole niños a la guerra para montarlos en pedales y por qué no, convertirlos en las próximas estrellas del deporte que más alegrías le ha dado a Colombia: el ciclismo.