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Hacedoras del Carnaval

Las mujeres, con sus llamativos bailes y vestidos, llenan de alegría las calles de La Arenosa durante los cuatro días de celebración de la cultura negra e indígena caribeña

Vera Camargo

Las mujeres dan vida, colorido y creatividad al Carnaval de Barranquilla. Durante todo el año, se preparan para presentar sus propuestas artísticas, las cuales destacan la riqueza de la cultura caribeña, y las presentan con orgullo ante miles de colombianos, colombianas y turistas.

Se les conoce como las hacedoras del carnaval. Su labor es fundamental para preservar y exaltar las tradiciones artísticas de la fiesta. Desde la creación de disfraces hasta la organización de bailes en comparsas, cantos y carrozas, estas mujeres llevan años trabajando en la construcción de la fiesta folclórica y cultural más importante del país.

El Carnaval resalta la esencia de las barranquilleras: belleza, alegría, jolgorio e imaginación. Abrazan al visitante y lo hacen sentir barranquillero, porque serlo no requiere haber nacido en La Arenosa, solo disfrutar y vivir la fiesta. “Su mezcla cultural que sustentan lo que somos como nación, su capacidad de movilización social que supera todo tipo de diferencias y su poder de convocatoria está en el corazón de la gente que hacen de la diversidad un motivo de fiesta y de celebración que alienta el arte popular y mantiene vivo nuestro pasado”, menciona la Alcaldía de Barranquilla.

Los disfraces

La exaltación de las culturas negras e indígenas caribeñas también se hace a través de los disfraces que usan las comparsas al bailar por las calles de la ciudad. El origen de varios de ellos demuestra el ‘mamagallismo’ de los y las barranquilleras, quienes resaltan su historia con alegría y fortaleza.

Un ejemplo es la Negrita Puloy, el famoso personaje que nació en el barrio Boston en la década de los años 60. Su creación surgió para permitir que las mujeres pudieran asistir solas a los bailes del Carnaval, sin temor a ser objeto de chismes.

Su inspiración llegó por una marca que proveniente de Venezuela conocida como Puloil, y una revista de disfraces que tenía una empleada doméstica. Ya su disfraz no es el mismo, donde antes bailaban acompañadas de ollas, traperos y sartenes; ahora llevan sombrillas, trajes rojos mientras reparten besos al aire a todos los visitantes en la vía 40. “Ahora su vestimenta ha evolucionado manteniendo sus ideales como símbolo de independencia femenina en el Carnaval, sacuden sombrillas, calzan zapatillas altas, muestran con orgullo sus caras maquilladas y su brillo escarchado”, comparte ProColombia.

Así mismo, no se puede hablar de los icónicos disfraces y vestuarios del Carnaval sin mencionar a las cumbiamberas. Con su elegancia, se mueven al ritmo de las olas del mar, vestidas de blanco y rojo, mirándose a los ojos mientras sus caderas se mueven al compás de la música. Según algunas leyendas urbanas, la cumbia representa el esfuerzo del hombre negro para conquistar a la mujer indígena, simbolizando la esencia rebelde del pueblo después de la colonia.

Igualmente, todos los disfraces, como la Marimonda, el Garabato, Congos y demás vestimentas tradicionales, están hechos para todas las personas, hombres y mujeres. Su esencia en el Carnaval es disfrutar sin preocuparse del qué dirán.

Las reinas populares

La reina del Carnaval se ha consolidado como una figura importante y símbolo de tradición, representando la simpatía y la integración de la ciudad. Su papel contribuye a la continuidad de las raíces caribeñas.

Sin embargo, no es la única representante de la fiesta tradicional, pues existen las reinas de los barrios populares, que demuestran la verdadera cara del Carnaval de Barranquilla, el disfrute del pueblo y la esencia de la libertad y felicidad de las personas.

No al acoso

Es importante resaltar que la Oficina de la Mujer de Barranquilla ha asumido el compromiso de erradicar la violencia que sufren las niñas y mujeres durante el Carnaval.

Por tal razón, impulsa la campaña “No es No” como parte de la iniciativa “Ciudades seguras y espacios públicos seguros” de ONU Mujeres. Esta campaña busca sensibilizar a funcionarios públicos que estaban encargados de la ruta de atención de casos de violencia basada en género. “Igualmente, la creación de alianzas con líderes de opinión y figuras influyentes para transmitir mensajes de prevención y rechazo a la violencia contra las mujeres”, señala ONU Mujeres.

Este 2025, este mensaje ha llegado a más lugares de la ciudad, tal como el Malecón del Rebolo, un barrio con altos índices de violencia contra las mujeres. También ha estado presente en la participación del Carnaval del Suroccidente.

Así, las hacedoras del Carnaval se encuentran en todos los espacios, desde la creación de disfraces, bailarinas, hasta en el rol de reinas y en la lucha contra la violencia hacia la mujer. El Carnaval de Barranquilla está impregnado de la presencia femenina, que refleja la esencia caribeña: la ternura, alegría, imaginación y una fortaleza inquebrantable, contribuyendo a mantener viva y en alto nuestra cultura.

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