Mientras Gobierno, empresarios y centrales obreras discuten para definir el incremento al Salario Mínimo, una mujer cabeza de hogar y madre de tres niñas, explica cómo sobrevive con esa mesada
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Por estos días, se reúne la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales en la que empresarios, Gobierno y centrales obreras discuten temas de macroeconomía, microeconomía, políticas públicas e interpretación de estadísticas, entre otros temas.
Con estos elementos, deciden los puntos a incrementar en el Salario Mínimo Legal Vigente, SMLV, que en 2024 afectará a más de 13 millones de trabajadores, 10 millones y medio que reciben menos del Mínimo y 2,5 millones que devengan esta mesada, como lo expresó la ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez.
Mientras los debates avanzan, Rosa Denis Trinidad Rueda continúa en su rutina de vida. Los días laborales de esta trabajadora de servicios generales y cafetería, contratada por una firma que vende sus bienes a entidades públicas y empresas privadas, comienzan a las tres y media de la mañana cuando deja todo listo en su casa para llegar al trabajo antes de las seis.
Viaja al centro de Bogotá desde el barrio Vista Hermosa en la localidad de Ciudad Bolívar. “Me vengo en el SIPT, salgo de mi casa a las 4 y 40 y llego al trabajo a las 5 y 40”, explica esta madre cabeza de hogar, quien agrega: “Inicio sacando pisos, que deben estar listos antes de las 7 y 40; luego organizar, barrer, limpiar, trapear, lavar baños; subir a cafetería, organizar loza, organizar café y repartirlo en diferentes pisos”. Son 12 baños que, junto con sus cuatro compañeras, debe tener aseados.
Cifras para el debate
En horas de la mañana tiene 15 minutos para desayunar y al mediodía una hora para el almuerzo que preparó en la madrugada. Esta primera jornada culmina a las 12.
Afortunadamente, Rosa Denis no hace parte de la tasa de desempleo, que a octubre fue de 9,2%, confirmando una tendencia a la baja. Sin embargo, no cuenta con una estabilidad pese a tener un contrato, pues tiene una cláusula en la que su continuidad depende de los convenios que pueda hacer la empresa para la que trabaja. Devenga 1.160.000 pesos, es decir, un Mínimo, con un auxilio de transporte de $140.606.
Otro de los datos con los que se discute en la Comisión de Concertación es la inflación, al que el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla reaccionó, el pasado 7 de diciembre: “Por octavo mes consecutivo la tasa de inflación viene descendiendo: en el mes de octubre teníamos 10,48; en el mes de noviembre tenemos 10,15, es decir, una reducción de 33 centésimas. Eso significa que en diciembre vamos a alcanzar la inflación de un dígito, y ese es el mensaje más importante para que el Banco de la República tenga referencia en la próxima reunión del 19 de diciembre, y contribuya a comenzar a bajar las tasas de intervención”.
Con el mínimo de alimentos
Mientras en las tardes de estas semanas los delegados ante la Comisión de Concertación regresan del almuerzo a sus discusiones, en la sede del Ministerio de Trabajo, Rosa Denis Trinidad retoma su rutina. Hace el mismo recorrido con tinto y agua por tres pisos de oficinas atendiendo a empleados públicos, vacía las canecas de basura, vuelve a asear baños y deja todo organizado en la cocina para poder salir a las cuatro de la tarde, y llegar a su hogar dos horas después.
A ella, los datos de inflación sí la afectan directamente porque reflejan, entre otros ítems, el comportamiento de los precios de la comida y el transporte público. Rosa cuenta que su salario apenas le alcanza para “pagar arriendo, hacer un mediomercado, para el transporte y los servicios. No alcanza para más”.
Explica que los alimentos de su hogar son “lo esencial, y constan de arroz, aceite, granos, panela, pasta, huevos, leche -cuando se puede- y carne muy pocas veces.
«Todos los días me levanto y les dejo el desayuno hecho a las niñas, el almuercito empacado, así sea arrocito con huevo, para que lleven al colegio porque allá solo les dan refrigerio, el almuerzo es para los más pequeños”.
Esta trabajadora dice que entre arriendo y servicios se le van 650 mil pesos, en un mercado básico 400 mil y recarga 150 mil para la tarjeta de Transmilenio, aunque no le alcanza para los 30 días. “Ya por ahí el 27 y 28 de cada mes no puedo más, me toca sacar prestado. Algunas veces hay cosas adicionales como zapatos, ropa o útiles escolares”.
Productividad laboral
Con base en sus necesidades y obligaciones laborales, Rosa Denis pide que el salario mínimo para 2024 sea de más de dos millones de pesos, “o que por lo menos existiera un subsidio de transporte, o por ser madre cabeza de familia, o que les bajen los precios a los alimentos porque todo está carísimo. Uno va a la tienda con 50 mil pesos y vuelve con 5 mil y no compra casi nada, lo esencial, lo que más se necesita, si se compra de más está más alcanzado”.
Por otra parte, en las discusiones de los puntos a incrementar, el Ministerio del Trabajo llegó con el dato proporcionado por el Dane sobre la Productividad Total de los Factores, PTF, que es de -1%, mientras que la productividad laboral por hora para este año fue de 0.76% y la productividad laboral por trabajador ocupado se ubicó en -0.7%.
En consecuencia, sobre los que la mesa de concertación debe tener en cuenta, la directora del DANE, Piedad Urdinola, señaló: “será la mesa quien tome las decisiones. En esta ocasión la medida técnicamente recomendable es la productividad laboral por hora que es 0.76%”.
En contraposición, los empresarios proponen que se tenga en cuenta la PTF negativa, o de -1%, y algunos de ellos han dicho que el incremento no puede ser de más de un dígito. Por su parte, los trabajadores coinciden con la recomendación de la directora del DANE.
Hacia ingresos dignos
Por el lado de los representantes de los trabajadores, Fabio Arias, presidente de la CUT, explicó a VOZ su posición en la mesa. En primer lugar, manifestó que insistirán en que un buen salario mínimo puede ayudar a reactivar la economía, y en buscar mecanismos para que se mantenga su poder adquisitivo.
En segundo lugar, acerca de hacer un poco más fácil la vida de Rosa Denis y millones de colombianos más, indicó: “Vamos a llevar cuatro temas muy concretos: disminución drástica de las tasas de interés; disminución de las tarifas de los servicios públicos; disminución de los precios de los combustibles y de los medicamentos, porque son los que más han afectado la inflación, una vez descendieron los precios de los alimentos”.
En varios de estos puntos, la ministra del Trabajo se ha mostrado de acuerdo, y ha manifestado su interés en que haya un incremento salarial de dos dígitos, teniendo en cuenta la importancia de la capacidad de consumo de estas mesadas en la reactivación económica y en que la clase trabajadora tenga ingresos dignos.
Es decir: “Ingresos que le permitan a la persona cubrir las necesidades básicas insatisfechas. 13 millones de colombianos están por debajo de un ingreso que les permita vivir bien”.
Por ahora, las medidas económicas iniciadas por el Gobierno nacional apuntan en ese sentido, no obstante, hay muchas variables y obstáculos por superar. Por su parte, millones de colombianos esperan poder decir que gracias a este Gobierno pueden vivir bien, y dejar de afirmar que sobreviven con el Salario Mínimo.