jueves, marzo 28, 2024
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Guerra contra Siria: Obama no consigue nuevos apoyos

En el marco de la Cumbre del G-20, en Rusia, el mandatario norteamericano no logró el respaldo que buscaba para su aventura intervencionista en el Medio Oriente. Revelan nuevos detalles del montaje de las armas químicas en Siria

Alberto Acevedo

El número de gobiernos, organizaciones sociales y círculos de opinión que en el mundo condenan una invasión a Siria por parte de Estados Unidos, crece de manera directamente proporcional al aislamiento y desprestigio del presidente Obama y de su órbita inmediata de seguidores, que anuncian una nueva aventura bélica, con el argumento de defender la “seguridad nacional” de la gran potencia imperialista.

La falta de apoyos para su aventura intervencionista tuvo su máxima expresión en la reunión del G-20, en San Petersburgo, antigua capital del imperio de los zares, donde los representantes de las mayores potencias económicas se reunieron con la intención de buscar salidas a la crisis global del mercado.

Aunque el tema sirio no estaba en la agenda de San Petersburgo, el mandatario anfitrión, Vladímir Putin, introdujo el asunto al momento de abrir las deliberaciones de la reunión, el jueves de la semana pasada, y las discusiones suscitadas coparon la atención de los asistentes hasta bien entrada la madrugada del segundo y final día de deliberaciones.

En la que resultó para Obama la más incómoda cumbre de líderes de las potencias capitalistas, en sus casi cinco años de gobierno, el mandatario debió soportar las recriminaciones del presidente ruso, las exhortaciones del secretario general de la ONU, que llamó a una solución negociada y a evitar el derramamiento de sangre, y el rechazo casi unánime del bloque de países latinoamericanos, a quienes no convencen los argumentos de Washington para justificar una nueva guerra en el Oriente Medio.

Crimen de guerra

En la cumbre del G-20, además del rechazo de la mayoría de los asistentes a la idea de intervenir militarmente en Siria, resonaron las voces de autorizados analistas como el lingüista Noam Chomsky, quien aseguró que si Obama se mete a Siria, incurre en un crimen de guerra. O la opinión del papa Francisco, que envió una carta a los gobernantes del mundo exhortándolos a mediar para una solución pacífica al conflicto.

La justificación de Obama en la reunión de las potencias occidentales, llegó debilitada, por la decisión del parlamento británico de no autorizar a su primer ministro a comprometerse en la agresión a Siria, por la incertidumbre de si también el congreso norteamericano tomará una decisión similar a la de sus colegas británicos, o apoyará la invasión a Siria, con el voto en contra de un significativo número de parlamentarios.

Pero, además del distanciamiento de Gran Bretaña, dos de los principales aliados de Estados Unidos dentro de la OTAN, Alemania e Italia, tampoco manifiestan un apoyo muy decidido a la aventura norteamericana y en el seno de la Unión Europea no se alcanza unanimidad plena en cuanto a los consensos que reclama el señor Obama. Incluso, el jefe del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo que el conflicto sirio “no tiene una solución militar” y abogó por “un acuerdo político pacífico”.

Aún el presidente francés, François Hollande, presionado por una oleada de críticas en la prensa y la opinión pública de su país, dijo que esperará el informe de los expertos de las Naciones Unidas sobre el uso de armas químicas en Siria, y el resultado de las votaciones en el congreso norteamericano, antes de sumarse a una acción militar.

Montajes

Y mientras los aliados de la Alianza Atlántica sortean esta suerte de dificultades, en los medios de comunicación occidentales trascienden nuevos detalles que apuntan a mostrar que el argumento de la utilización de armas químicas por parte del gobierno de Damasco, es un burdo montaje similar al que se esgrimió en su momento para atacar a Irán.

A esta dirección apunta, por ejemplo, la revelación de un hacker norteamericano, que accedió a los correos del coronel Anthony Jamie MacDonald, director general de personal de la Oficina de Operaciones y Planes del jefe adjunto del Estado Mayor del Ejército norteamericano, que horas después del “ataque” con gas sarín, el 21 de agosto, felicita al coronel Eugene Frust, por la “operación exitosa” del ataque químico en Siria.

En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue más contundente y señaló que lo de las armas químicas “es una provocación de unos mercenarios” para obtener más ayuda internacional, y justificar la intervención militar norteamericana.

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