miércoles, enero 22, 2025
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Estados Unidos entra en “fase de locura”

Este maremágnum se produce después de que Kiev recibió autorización del presidente estadounidense Joe Biden, para atacar el interior de Rusia con misiles de largo alcance

Alberto Acevedo

La última semana estuvo signada por un entramado de acciones bélicas por parte de Estados Unidos y sus aliados cercanos en torno al conflicto en Ucrania, a lo que Rusia respondió consecuentemente al ver afectada su seguridad nacional. Estas acciones de lado y lado, según los análisis de expertos militares, empujan al mundo hacia una conflagración mundial de consecuencias impredecibles.

La situación de confrontación llegó a un punto crítico cuando en la madrugada del pasado martes 19 de noviembre, las Fuerzas Armadas ucranianas efectuaron un ataque con seis misiles balísticos de largo alcance tipo ATACMS, de fabricación norteamericana, contra una instalación militar en la provincia rusa de Briansk.

Horas más tarde, las Fuerzas Armadas ucranianas realizaron un nuevo ataque contra objetivos rusos. En esta ocasión, emplearon por primera vez misiles del crucero británico Storm Shadow, según confirmó el portal Bloomberg. Después, la BBC dijo que “los misiles Storm Shadow suministrados por el Reino Unido se han utilizado por primera vez, contra objetivos dentro de Rusia”.

Sorpresa

La respuesta de Moscú no se hizo esperar y esta constituyó una sorpresa grande para el mundo occidental. Rusia empleó un misil de última generación para su ataque, cuya producción y ensayos habían permanecido en secreto hasta el pasado jueves, cuando se efectuó el disparo.

Este tipo de misiles, conocido como Oréshnik, tiene la capacidad de atacar objetivos a una velocidad de 2.5 a 3 kilómetros por segundo. Esta característica los hace indetectables por los sistemas de defensa de cualquier país en el mundo y, por consiguiente, imposibles de interceptar.

También Rusia repitió un ataque de respuesta y, el domingo 24, al cierre de esta edición, la aviación de las Fuerzas Armadas de Rusia, junto con drones de ataque, tropas de misiles y artillería, atacaron la infraestructura de aeropuertos militares en Kiev, así como talleres de fabricación de aeronaves no tripuladas y sus lugares de almacenamiento, causando bajas y daños materiales a las tropas enemigas, según reporte de la agencia RT.

Están en guerra

En el caso de la incursión ucraniana, de los seis misiles balísticos de alcance medio dirigidos contra Briansk, cinco fueron derribados y el sexto dañado por el sistema de defensa antiaéreo ruso S-400 y el sistema de misiles y armas de artillería Pantsir-S1. La cartera rusa de Defensa indicó que “no hay víctimas ni daños materiales” del ataque ucraniano.

El presidente Vladimir Putin había dicho, con anterioridad a este incidente, que si se toma la decisión de atacar con armas occidentales de largo alcance el interior del territorio ruso internacionalmente reconocido, eso significará que los países de la OTAN “están en guerra” con el país asiático. “No se trata de permitir o no al régimen ucraniano que ataque con esas armas. Se trata de decidir si los países de la OTAN deben o no implicarse directamente en el conflicto militar”, puntualizó el gobernante.

La coyuntura del incidente con misiles permitió al presidente Putin anunciar la actualización de la doctrina nuclear de Rusia. De acuerdo con un documento divulgado, el mandatario de Rusia es quien toma la decisión de utilizar armas nucleares, y una agresión contra el Estado euroasiático de parte de un país que pertenezca a un bloque militar será considerada como una agresión de todo el bloque.

Escalada de tensión

En el mismo documento, se declara que una agresión contra Rusia o sus aliados por parte de un Estado no nuclear respaldado por un Estado nuclear se considerará un ataque conjunto. En este sentido, según el documento, Rusia se reserva el derecho a utilizar armas nucleares en respuesta al uso de armas de destrucción masiva contra la nación rusa y sus aliados.

Este maremágnum se produce después de que Kiev recibió autorización del presidente Biden, de los Estados Unidos, para atacar con misiles de largo alcance el interior de Rusia. El Kremlin respondió que esto supone una nueva escalada de tensión y un nuevo grado de implicación de Washington en el conflicto de Ucrania. El mismo día, Vladimir Putin ratificó la doctrina nuclear actualizada de Rusia.

En todo el mundo, las reacciones que se dan en este momento frente a la nueva escalada del conflicto en Ucrania y su desarrollo inmediato dará mucho de qué hablar. Medios de prensa europeos, refiriéndose al uso del misil ruso Oréshnik, lo calificaron como un artefacto de guerra “singularmente aterrador”.

El curso de la operación especial

“La Tercera Guerra Mundial ha comenzado en Ucrania”, dijo la semana pasada el excomandante en jefe del Ejército de Ucrania y actual embajador de Kiev en Londres, general Valeri Zaluzhny. “Creo que en 2024 podemos considerar sin lugar a dudas que ha comenzado la Tercera Guerra Mundial”, afirmó el diplomático, citado por un medio de Kiev.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, aseguró que “el misil Oréshnik cambiará el curso de la operación militar en Ucrania”. Ya sin eso, la línea del frente en ese país corre el riesgo de ‘colapsar’ a medida que Rusia avanza en forma incontenible.

En este contexto, llama la atención las declaraciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al asegurar que Estados Unidos ha entrado en una fase de ‘locura’ y ‘venganza’ al permitir a Ucrania agredir a Rusia con misiles de largo alcance.

“Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, la ‘santa alianza del mal’, acaban de aprobar al nazi criminal de Zelenski en Ucrania para atacar a nuestra hermana Rusia”, dijo el gobernante en el marco del Congreso del Bloque Histórico de Venezuela. El líder chavista afirmó que se trata de un ‘momento definitorio’ y que también es una fase de ‘venganza imperialista’.

En estas condiciones, la perspectiva no es alentadora. La administración Biden anunció a última hora que enviará minas antipersona para sembrar los campos de Ucrania, un arma prohibida por el derecho internacional. Rusia, a su vez, indicó que iniciará la producción en serie de los misiles Oréshnik. Malas noticias para la paz en el mundo.

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