La agenda campesina se da a partir de las necesidades e intereses de la población y se consolida a través de la escuela Zona de Reserva Campesina, ZRC
Redacción VOZ
A las ocho de la mañana arriba un bus en la vereda San Antonio de Sumapaz, de ahí bajan siete personas; eran las que faltaban para empezar la nueva jornada de la Escuela de Zona de Reserva Campesina, ZRC.
Entre ruanas y risas se puede ver en el fondo la escuela de color blanco y verde, “empecemos para que nos rinda el día” resalta una voz entre las demás. El único salón de la escuela no es tan grande para las más de treinta personas adultas, parece no importar porque todos se están saludando, abrazando y hablando con familiaridad.
Al frente del salón hay cinco jóvenes que dan la bienvenida a través de un ritual de alimentos. A cada uno de los participantes le dan una semilla de una verdura para que entreguen su energía y conocimiento en la jornada.
La idea central de la escuela popular es que se aprende más por fuera que dentro de ella, pues, se debe compartir las vivencias y los saberes de cada uno de ellos. Los elementos organizativos llevan al desarrollo de la escuela popular con capacidad emancipadora y revolucionaria. El sueño campesino ha estado desde siempre, los sumapaceños han tenido un plan de vida, el primero era derrotar el régimen hacendatario; el segundo, poseer títulos de las tierras y poder tener articulación para producir en ella y el actual es la implementación para ser el centro de las Zonas de Reserva Campesina.
El plan de vida
Ahora bien, la Zona de Reserva Campesina Sumapaz se consolidó mediante el Acuerdo 252 del 2022; en este documento, uno de los temas fundamentales es la formación, por tal razón, se creó la Escuela de la Zona de Reserva Campesina, donde se han agrupado las dieciséis veredas en cabeza de sus Juntas de Acción Comunal y las organizaciones sociales, tales como el sindicato, Asojuntas y otras organizaciones productivas del territorio.
En el salón, se encuentran representantes de las veredas, los sindicatos y el alcalde. La escuela es un medio que permite la interlocución permanente con las entidades para el avance de la localidad. Tiene un enfoque ambiental, productivo, cultural y organizativo desde la visión propia del campesinado.
Marta Liliana Melo, presidenta del Sindicato Agrario de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz, también está presente en la reunión y asegura que el proceso de formación es permanente “necesitamos de apoyo institucional que garantice la participación y reconocimiento, porque hay una Zona de Reserva que está en el marco de la ley y se debe reconocer para que brinden las herramientas y elementos para la materialización para el plan de vida de la zona”, dice en su intervención.
La escuela de pioneros
A unos pasos hay otro salón, a diferencia del más grande, donde están los adultos, este es de color amarillo y tiene una piscina de pelotas, de ahí salen voces más agudas y con muchas risas.
Yurany Castellanos es la profesora que está al frente de la niñez, con ternura explica la importancia de tener un proyecto de vida en el Sumapaz y de tener un reconocimiento por parte de la juventud al campesinado, sus luchas y la importancia de la reserva campesina.
“Hay esperanza porque los niños respaldan el proceso, ellos quieren un territorio en paz y se sienten orgullosos de ser campesinos” expresa con una sonrisa. Los pioneritos son los hijos de las personas que van a la escuela, el futuro del Sumapaz está en ellos y, definitivamente, los adultos contribuirán siempre desde la educación y la lucha.
