miércoles, abril 24, 2024
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Es urgente construir ecociudadanía

La candidata a la Cámara de Representantes por el Huila, con el número 101 en la lista del Pacto Histórico, entiende que las políticas económicas y sociales no se pueden separar de las ecosistémicas, “Hay que verlas de manera integral”, dice

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino

Leyla Marleny Rincón Trujillo dice que, con base en su experiencia, es muy importante que los académicos estén en los espacios políticos porque se tienen otros elementos de juicio para demostrar criterio y coherencia.

“Como maestra conozco la realidad de los jóvenes, he caminado con ellos por la defensa del territorio. He sido defensora del Acuerdo de Paz, de la igualdad. He rechazado la discriminación de grupos humanos cuyas voces nunca son escuchadas por una sociedad ultraconservadora que no reconoce al otro como su igual”, argumenta la líder social.

Asimismo, expresa que sus estudios y experiencias laborales le permitieron comprender a profundidad que la educación requiere un replanteamiento, porque las ciencias naturales no pueden estar separadas de las ciencias sociales.

“Cuando empecé a trabajar los temas ambientales me di cuenta que los problemas del territorio se deben a la acción antrópica y comprendí que hay que articular las distintas ciencias, porque no podemos tener un hombre sin naturaleza y una naturaleza sin hombre, y es ahí donde toma relevancia la cultura, que me ha permitido preocuparme por la cultura ambiental”, anota la candidata del Pacto Histórico.

La profe Leyla, como es conocida Leyla Marleny Rincón Trujillo, es una luchadora social exconcejal de Neiva, quien también ha sido docente del magisterio y es catedrática de la Universidad Surcolombiana. Es ambientalista, licenciada en biología y química, y cuenta con tres especializaciones: una en derecho ambiental, otra en educación ambiental y la tercera docencia de la biología.

En la presente campaña, aspira a ocupar una curul en la Cámara de Representantes por el Huila y hace parte de la lista del Pacto Histórico con el número 101.

Alerta por represas

Leyla Rincón hace hincapié en que en sus análisis de la sociedad no separa las relaciones económicas, culturales y ecosistémicas: “Por ver a la economía sin la ecología es que tenemos desastres ambientales. Y en el caso del Huila, hay que tener en cuenta que el conflicto armado fue muy fuerte y desafortunadamente en el Acuerdo de Paz no se tuvo en cuenta eso, solamente una zona en el municipio de Algeciras, para una implementación prioritaria de lo acordado. Además, en esta zona, por ser el Macizo Colombiano y tener las riquezas de aguas que tiene, ya se construyeron dos represas, se tienen proyectado construir cinco más y la multinacional Enel Engesa avanza en la compra del agua. El oro de ahora es el agua”, declara la profe Leyla.

Por lo anterior, destaca que una de las prioridades al estar en el poder un movimiento alternativo es la protección del Macizo, que también revise el Sistema Nacional Ambiental, porque ya la Corporación Autónoma Regional facultó a Enel para comprar territorios en zonas de páramo, reconocidas como áreas de protección localizadas en el Macizo Colombiano. “Por eso las comunidades estamos en alerta. Son zonas, hacia el lado del Cauca, donde viven comunidades indígenas y campesinos. Se necesita la consulta previa, pero desafortunadamente los campesinos han sido excluidos de estas”.

Por lo anterior, expone que se deben promover las Zonas de Reserva Campesina y las áreas de amortiguación para que se declaren áreas de protección y sus habitantes no sean obligados a venderle a la multinacional.

Se requiere proteger al río Magdalena

Leyla Rincón comenta que las administraciones de los municipios de San Agustín y Pitalito abrieron convocatoria de venta de territorios en esas zonas, pero sin entregar la suficiente información a las comunidades. Por eso, para ella, es fundamental la aprobación del Acuerdo de Escazú por parte del Estado, porque permite que las comunidades tengan información completa, a tiempo y adecuada.

Señala que se violenta la Constitución cuando no se hacen consultas a las comunidades, y que hubo acuerdos municipales en diez poblaciones que protegían el territorio de hidroeléctricas y explotación minera a gran escala, pero estos fueron echados abajo con el argumento que en los territorios no se puede decidir sobre el subsuelo: “Eso es un absurdo, ¿por qué no podemos pensarnos el subsuelo, sino el suelo?, si todo es un ecosistema integral, es una unidad. Por eso este problema se debe ver con el Plan Nacional de Adecuación al Cambio Climático y el ordenamiento del territorio alrededor del agua”.

Para comprender mejor la problemática a que se enfrentan los colombianos, la candidata del Pacto Histórico explica que en el Plan Maestro del Río Magdalena, hecha a inicios de la década de los 70, se estipula que la parte alta del río está proyectada para la producción energética y la parte media para la navegabilidad, para sacar materias primas.

Ya han habido grandes impactos sociales y ambientales luego de la construcción de dos de las represas, al punto que politiqueros de la región se han hecho elegir a la Gobernación con el argumento de no permitir la construcción de más represas. La gente ha creído, ha votado por ellos y ha sido engañada.

La Constitución y el Acuerdo de Paz

Leyla cree que al cumplir con la Constitución Política y con el Acuerdo de La Habana habrá respuestas a esta problemática, ya que el primer punto de este último es la reforma agraria integral en el que se definían las zonas para el uso agrícola y para el uso del suelo en general. “Esas soluciones están construidas, lo que pasa es que no se han implementado”.

Comenta que la experiencia del Quimbo ha enseñado el significado del territorio y las falencias de ley ambiental, donde los estudios de impacto sobre los ecosistemas los hace la misma empresa interesada en que le aprueben los proyectos: “¡Por Dios! Esto debe estar en manos del Estado, no del interesado. Ellos presentan diagnóstico y las compensaciones vienen después del impacto. No, deben ser antes, deben anticiparse. En el Quimbo decía que había que compensar con la siembra de 11 mil hectáreas, para compensar el daño que se hizo a 8.500 hectáreas de tala de bosques, y la represa la hicieron en el 2015 y estamos en el 2022 y no se ha cumplido, solo sembraron 140 hectáreas. Eso hay que revisarlo, hay que replantearlo”, manifiesta con indignación Leyla Rincón.

Campaña a pie

En el ámbito urbano, identifica como gran problema que los índices de pobreza monetaria llegan al 51,2% en el Huila, de acuerdo con estudios de la Sociedad Huilense de Economistas. “El departamento cuenta con un millón ciento veintidós mil habitantes, entonces casi 580 mil están con ingresos inferiores a los costos de la canasta familiar. Esto es una locura”.

Además, identifica el desplazamiento de miles de pobladores de Caquetá, Putumayo, Cauca y del mismo Huila, que, junto con la pobreza, han provocado la creación de más de 130 asentamientos en Neiva.

Indica que la campaña, a pesar de las dificultades, ha sido alegre, la ha hecho con volantes que entrega a los transeúntes, con quienes conversa y sostiene su visión. Ya es común verla con el sombrero con el que desde hace años hacía sus salidas de campo, a los humedales, a visitar comunidades. “Me comentan que los niños y jóvenes les dicen a sus padres y abuelos que deben votar por la señora del sombrero, y cuando no lo uso la gente me reclama”.

Con su equipo de campaña, se toma el tiempo de explicarles a sus interlocutores su eslogan que propone la defensa de territorio, del agua y de la vida. En el que es importante que se entienda la necesidad de construir el concepto de ecociudadanía.

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