Este miércoles se reúne en Ginebra una cumbre de países interesados en mediar en el conflicto sirio. Estados Unidos busca apartar del poder a Bashar al-Assad, que este año se presenta fortalecido y con nuevos apoyos entre la población
Alberto Acevedo
La guerra en Siria es el conflicto internacional más importante que hay hoy en el mundo. Las potencias occidentales, que soñaron con invadir ese país bajo la cobertura de la OTAN e instalar un gobierno proclive a los intereses de Estados Unidos y sus aliados, fracasaron en su empeño y terminaron por avalar una salida negociada a la crisis. Paradójicamente, un Premio Nobel de Paz, el señor Obama, anunció la guerra y la devastación, en tanto que un ex agente de la KGB, el señor Putin, detuvo la mano del agresor.
La salida negociada a la crisis en Siria, será el tema de la cumbre Ginebra II, que comienza este miércoles 22, en que Rusia, Estados Unidos y otras potencias, de un lado, y del otro los países involucrados directamente en la guerra, pondrán sobre la mesa sus criterios.
Sobre los resultados finales de la reunión hay un moderado optimismo y se espera que lo acordado contribuya a bajarle el nivel a la confrontación. No obstante, el camino por recorrer no nada será fácil.
En los días anteriores a la cita de Ginebra, Estados y Rusia se reunieron con el fin de discutir un cese al fuego en Siria y la entrega de asistencia humanitaria a las áreas controladas por los rebeldes que se oponen al gobierno de ese país. El canciller ruso, Serguei Lavrov, indicó que Bashar al-Assad estaría dispuesto a permitir el ingreso de la ayuda humanitaria ofrecida.
Yihadistas en escena
Rusia además planteó la necesidad de que Irán asista a la reunión de Ginebra, a lo que Estados Unidos respondió que pudiera ser, a condición de que al-Assad abandone el poder y facilite un régimen de transición.
Aquí surge el primer gran escollo sobre los resultados de la cumbre sobre Siria. Bashar al-Assad no está dispuesto a retirarse del gobierno, en tanto que un fenómeno nuevo en ese país es que el rumbo de la guerra ha generado nuevos apoyos entre la población al gobernante.
El hecho de que la intervención directa de Estados Unidos, Arabia Saudita, Turquía y otros países, no haya producido los resultados esperados en cuanto a la desestabilización del gobierno sirio y su derrumbe definitivo, además del fraccionamiento y virtual desaparición del denominado Ejército Sirio Libre, que lideró la rebelión, ha variado la correlación de fuerzas en favor de al-Assad.
De otra parte, la segmentación de las fuerzas rebeldes, que cuenta con unas dos mil fracciones de la más variada índole, algunas de ellas francamente terroristas, que vienen castigando a la población civil, ha permitido que los denominados yihadistas, buena parte de ellos vinculados a Al Qaeda, hayan tomado el control de las fuerzas rebeldes y ahora se planteen establecer en Siria una especie de califato, regido por la sharia. Esta fracción ha dicho que lo que se discuta o acuerde en Ginebra, a ellos los tiene sin cuidado.
Referéndum
Ante esta situación, Estados Unidos ha dado a entender que prefiere negociar con al-Assad que tener a un país regido por los yihadistas, que podrían convertirse en un enemigo mucho más peligroso a los intereses norteamericanos en la región.
Entre tanto, entre la comunidad internacional se abre un consenso en el sentido de descartar una salida bélica al conflicto sirio, lo que no necesariamente quiere decir que se deba apartar a al-Assad del poder. Además, algunos sectores de oposición han expresado su interés en sentarse a la mesa de negociaciones con el gobierno. Entre estos sectores hay varios partidos políticos, algunos de ellos radicados en el exterior. De otra parte, los jefes naturales de los clanes, una estructura social tradicional en Siria, apoyan a Bashar Al-Assad.
Este es el escenario que rodea a la cumbre de Ginebra II. “La sociedad siria no debe depender de ningún proceso político gestado en el exterior”, dijo el ministro de Información sirio, Omran al-Zougbi. “Cualquier acuerdo a que se llegue en Ginebra solo tendrá valor si es aprobado por el pueblo mediante referéndum”, dijo el funcionario.
