viernes, abril 19, 2024
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Empieza el cambio

Andrés Peña

Sin lugar a dudas, el 19 de junio se empezó a escribir una nueva historia en Colombia. Con el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez, no solo ganó la democracia y con ello la presidencia. Ganó también la memoria de 6.402 falsos positivos, las víctimas y sobrevivientes de la Unión Patriótica y el Partido Comunista, ganó la memoria de Bernardo Jaramillo, de Jaime Pardo Leal, de Carlos Pizarro y de Jorge Eliecer Gaitán. Ganó la memoria de Dylan Cruz, Lucas Villa y cientos de jóvenes, -hombres y mujeres- que entregaron sus vidas en las calles durante el estallido social, que se convirtió la expresión más amplia de un acumulado histórico de injusticias, desigualdades e inequidades que llevaron a Colombia a una guerra de más de 60 años, que dejó alrededor de nueve millones de víctimas, miles de desplazados y exiliados y que hoy ven en el Pacto Histórico y sus mayorías en el Congreso, en Petro y Francia Márquez la ilusión y esperanza de una vida distinta.

La propuesta de país y de cambio que hoy empieza a reescribir la historia, es amplia y diversa, pero sobre todo es una propuesta que le apunta a la reconciliación, a un gran dialogo nacional, a una juntaza en la cual todas y todos tengamos cabida y podamos potenciar el desarrollo social, político y económico que permita, -como decía Gustavo Petro en sus intervenciones públicas-, posicionar a Colombia como una potencia mundial de la vida, que de alguna manera ha sido representada en la lucha y la persistencia de nuestra militancia, de hombres y mujeres como Aida Avella e Iván Cepeda, que en un solo abrazo representaron el paso de la angustia y el dolor a la alegría y la esperanza por un nuevo país

Hoy es un nuevo comienzo, en el que el reto fundamental será gobernar y permitir a todas las fuerzas políticas y sociales apostarle a una era de paz, apostar a la transformación social y asentar en la cultura la posibilidad de cambio que por años se ha venido insistiendo. Hoy es el momento que soñaron quienes ya no están, pero que en memoria a su resistencia procuraremos desde las calles acompañar y rodear el gobierno del cambio, el que por fin hará que Colombia pase de ser una nación marginal a una verdadera potencia de la vida. Sin dunda alguna esto implica varios retos.

Dentro de los desafíos, además de gobernar, será permitir que el Pacto Histórico se pueda extender y consolidar como una fuerza política que represente genuinamente el proyecto político progresista, alternativo y de cambio por el cual la sociedad colombiana respaldó masivamente en las urnas. Adicional a esto, se debe profundizar en el dialogo nacional y permitir el crecimiento hacia afuera no solo en producción, sino también, en una política diplomática responsable que permita la recuperación de la dignidad, la decencia y la soberanía frente a las instancias internacionales, así como la lucha por el cambio climático, la implementación del Acuerdo de Paz y con ello el restablecimiento de los diálogos con los demás actores del conflicto y de la guerra que aún prevalece.

El gobierno del Pacto Histórico con Gustavo Petro y Francia Márquez al frente, tendrá la ardua tarea, el gran reto de consolidar además la tan necesaria sociedad del conocimiento de la que se habló en campaña y que va más allá de la educación gratuita y de calidad. Si se crea una sociedad del conocimiento, seguramente surgirá una economía más productiva y con ello los estándares de vida serán más altos, esto tiene mucho que ver con la agro-industrialización del campo y para ello se tendrá que implementar a profundidad el primer punto del Acuerdo de Paz, la política social y económica y el relacionamiento con todos los sectores de la económica que incluso no le apostaron a esta propuesta de gobierno.

De otro lado, se debe pasar del reformismo constitucional al Estado Social de Derecho propuesto por la Constitución del 91, de la que sin duda alguna el presidente Gustavo Petro conoce a profundidad. Esto implica materializarla en hechos contundentes que mitiguen la corrupción, la violación a los derechos humanos y posibilitar la producción a partir del aprendizaje e incentivar el conocimiento en todas las áreas para ir cerrando las brechas de desigualdad e inequidad que por años nos han dejado en posiciones vergonzantes frente al resto el mundo. Con esto, seguramente avanzaremos hacia la consolidación de un país que respete la vida, la paz y la democracia. Llegó el momento de vivir sabroso.

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