El reencuentro impulsa la esperanza para las familias de las 124.734 personas dadas por desaparecidas en Colombia y las más de 4.800 de Guaviare, sur de Meta y Vaupés
Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, UBPD
El aire que se respiraba en la territorial Guaviare de la Unidad de Búsqueda estaba cargado de emociones que no encontraban palabras. Los dos jóvenes, Julián* y Darío*, esperaban en silencio, con el corazón acelerado, mientras la mujer de manos temblorosas intentaba contener las lágrimas. Habían pasado más de dos décadas desde la última vez que estuvieron juntos. Ahora, en San José del Guaviare, la vida les daba una segunda oportunidad.
Victoria* había desaparecido a causa del conflicto armado, no por voluntad propia. En 2004, un grupo armado la forzó a vincularse a él y abandonar todo. Sus hijos, uno de apenas dos años y otro recién nacido, quedaron al cuidado de personas que les ofrecieron refugio en sus hogares.
La ausencia
“Tuve que separarme de mis hijos porque entré a un grupo armado. Entonces eran ellos o era yo. Fue obligado, porque si yo no hacía caso a lo que ellos querían, entonces se desquitaban con los niños”, aseguró Victoria.
El peso de esa decisión la acompañó durante años, como una herida que nunca terminaba de cicatrizar. Se preguntaba cómo serían sus rostros, si habrían logrado sobrevivir sin ella, pero la guerra, implacable, le impidió regresar.
Ahora bien, para sus hijos, la ausencia de su madre fue una sombra persistente. Crecieron con preguntas que nadie podía responder. ¿Por qué se fue?, ¿estaría viva?, ¿los recordaba? Aunque la vida siguió su curso y contaron con familias de crianza que los cuidaron, no dejaron de buscarla.
Julián y Darío fueron acogidos por familias distintas. Se conocieron en el colegio, sin saber que compartían algo más que un pasado: eran hermanos.
La búsqueda
En 2019, el Colectivo Orlando Fals Borda reportó este caso. La madre de crianza de uno de los jóvenes encabezó la solicitud ante la UBPD. A partir de allí, comenzó una búsqueda que implicó cruce de información, entrevistas y restablecer la trayectoria de Victoria, hasta dar con su paradero.
La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas hizo posible lo que durante años pareció imposible. El trabajo interterritorial, entre los equipos de Guaviare y del Eje Cafetero, permitió el rastreo de datos, la reconstrucción de la línea de tiempo y, poco a poco, se consiguió trazar el camino hasta encontrarla.
En el día del reencuentro, las palabras sobraban. Solo hicieron falta unas miradas para entender que el amor, aunque golpeado por la distancia, nacía naturalmente.
Hubo lágrimas, pero también sonrisas. La madre tomó las manos de sus hijos como si quisiera recuperar, en una caricia, todo el tiempo perdido. Después de veinte años, una madre y sus hijos volvían a encontrarse.
Victoria, al referirse al momento del reencuentro, aseguró que sintió mucha alegría: “Nos abrazamos, lloramos y hablamos. Era algo que había perdido, y vea, después de tantos años volverlos a ver ya hechos unos hombrecitos, eso es mucha alegría para mí y para ellos también”.
Añadió: “Para las personas que buscan, no pierdan la fe, que sí se puede, que así pase el tiempo que pase, desde que se pongan la mano en el corazón, las cosas se pueden conseguir y agradecer a la Unidad de Búsqueda, porque por ellos es que estamos aquí reunidos todos”.
Julián, visiblemente conmovido, expresó: “Doy gracias a Dios por habernos puesto en nuestro camino a mi mamá. Después de más de 20 años sin saber del paradero de ella, me siento muy orgulloso de volverla a ver, o de conocerla prácticamente, porque nos dejó cuando éramos muy niños y la verdad para mí es un orgullo y le doy gracias a Dios”.
Los resultados
Por su parte, la Coordinadora de la Regional Occidente de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, Diana Ortiz, afirmó que “el reencuentro de Victoria con sus hijos, además de alimentar la esperanza, nos recuerda nuestra misión, nuestro mandato y la responsabilidad que tenemos con cada una de las personas y familias que buscan a sus seres queridos. También da cuenta de la importancia y efectividad del trabajo articulado entre los distintos equipos territoriales de la UBPD”.
De igual manera, Adriana Pestana, coordinadora de la Regional Oriente de la UBPD, concluyó: “Con este reencuentro, la Entidad demuestra su compromiso de seguir buscando y de aliviar el dolor de quienes aún esperan noticias de sus seres queridos”.
Hasta la fecha, la UBPD ha logrado encontrar con vida a 183 personas. En el ámbito nacional, se estima que 124.734 personas han sido dadas por desaparecidas, de las cuales 4.801 corresponden a los departamentos de Guaviare, Sur del Meta y Vaupés.
Al finalizar la jornada, Darío dirigió unas emotivas palabras a quienes aún esperan: “A todas esas personas que buscan a sus seres queridos, por favor, no pierdan la esperanza y la fe, que mi Diosito es tan poderoso que le pone a uno sus cosas en el camino, a largo tiempo pero se llega el día. Y gracias a la Unidad de Búsqueda hoy ¡por fin! pudimos encontrar a mi mamá, abrazarla, saludarla, estar con ella después de tantos años”. Luego, se acercó a su familia, dispuesto a recuperar, poco a poco, el tiempo que la guerra les arrebató.
* Los nombres han sido modificados por seguridad de las personas buscadoras y de la persona hallada con vida