jueves, abril 18, 2024
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“De mi casa ni UN solo centímetro”

La movilización que Peñalosa vuelve a generar en la UN no se distancia de aquellas épocas en las que al unísono se gritaba en pasillos y auditorios: “Abajo, abajo, la maquinaria popular; arriba, arriba, arriba la lucha popular”.

Universidad Nacional principal centro académico del país.
Universidad Nacional principal centro académico del país.

La Universidad Nacional y Peñalosa nunca han podido coincidir, y no es para más. Este año vuelven los revuelos que en otrora involucraban al actual alcalde de la ciudad con la comunidad académica de la Universidad Nacional, sede Bogotá.

Las visitas de Peñalosa a la UN se atendieron con Boñiga

Muchas personas recordarán, que cuando Mockus, estaba de campaña a la alcaldía de la capital en 1994, en una jornada desarrollada en el León de Greif, donde moderaba Antanas Mockus y asistía como ponente Enrique Peñalosa, presentando sus análisis sobre el crecimiento de la ciudad, y el impacto medio ambiental, varios estudiantes, que al unísono lo chiflaban, aplaudían las maniobras de un par de encapuchados que ingresando al auditorio, se dispusieron a subir a la mesa para lanzarle a Peñalosa boñiga en su propia cara, de esta mermelada de excremento de vaca y abucheos no se libró Mockus.

Unos diez años después, el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá adelantó un convenio con esta Universidad para el año 2002. Este convenio consistía en que la UN evaluara las obras viales que se habían ejecutado en la ciudad, mientras se encuentren vigentes sus pólizas de estabilidad.

Para quienes quieran hacer memoria, en estas obras se encontraban las famosas losas de Transmilenio de la avenida Caracas, entre otras muchas obras más, adelantadas o contratadas por la administración de Peñalosa. La universidad, haciendo uso de su calidad científica y de sus obligaciones, presentó una valoración que dejaba a Peñalosa sin argumentos con respecto a la calidad de sus gestiones.

“Este es un material susceptible a la erosión, con gran capacidad de absorción de agua, que la atrapa fácilmente, pero no la deja salir ni siquiera con el uso de sistemas de subdrenaje convencionales”. Aseguraba la Nacional al tiempo que el mandatario descalificaba su versión. Sin embargo, no hay ciudadano que de tajo, no note los desastres de las vías, y la innovación de calidad de las losas peñalosistas.

El nuevo revuelo

Hasta inicios de este año no se había escuchado rumor alguno que relacionara las iniciativas de la nueva administración de Bogotá, con la Universidad Nacional.

Sin embargo, después de presentado el Plan de Desarrollo, Bogotá para Todos, el cual suscitó una gran movilización social en rechazo a las nuevas políticas de talante neoliberal, que pasan por recorte de derechos en salud, educación, inversión social, y una serie de medidas, que entre otras, se limitan en convertir a la ciudad y en particular al bolsillo de la ciudadanía capitalina en la caja menor de los consorcios privados, los mismos que ayudarían a financiar la campaña de Peñalosa a la alcaldía, se dio a conocer a la luz pública la pretensión del mandatario distrital, junto al vicepresidente de la República, Vargas Lleras, de garantizar el proyecto Ciudad CAN, que le quitaría a la Universidad Nacional 93 mil metros cuadrados.

Este proyecto hace parte de la renovación Urbana del Centro Administrativo Nacional, CAN, que el Gobierno de Santos, pretende adelantar para convertir esta importante zona en un complejo de viviendas, oficinas y comercio, proyectado como de los negocios inmobiliarios más importantes de la ciudad.

Sin lugar a dudas, los rechazos unánimes de la comunidad universitaria no se han hecho esperar: “De mi casa ni UN solo centímetro” es la voz que corre por las redes sociales, en pancartas y en grafitis que ya empiezan a resonar en la capital.

Y no es para menos, mientras la comunidad académica y el movimiento estudiantil piden ampliar las condiciones físicas y la financiación de la universidad como componentes fundamentales para la calidad académica, nadie se esperaba que contrario al fortalecimiento de estos espacios, Peñalosa y el Gobierno de Santos, optaran por desmembrar un centro de pensamiento para convertirlo en un proyecto de oficinas y comercio. Lo cierto, es que la movilización que Peñalosa vuelve a generar en la UN, no se distancia de aquellas épocas en las que al unísono se gritaba en pasillos y auditorios: “abajo, abajo, la maquinaria popular; arriba, arriba, arriba la lucha popular”.

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