Cientos de bogotanos se reunieron con el primer mandatario e integrantes de su equipo ministerial y concluyeron, entre otras cosas, acabar los préstamos gota a gota y facilitar los créditos, especialmente, a las asociaciones de mujeres
Redacción Economía
Desde las ocho de la mañana del 29 de octubre, en las afueras del Parque San Andrés Bochica, cientos de ciudadanos de la Localidad de Suba en Bogotá empezaron a hacer fila para participar en un diálogo con el Gobierno Nacional.
Querían exponer sus problemas y propuestas de solución para que el mismo Gustavo Petro los escuchara, lo que les producía expectativas porque también conocerían los proyectos que el Gobierno tiene para sus comunidades y encontrar salidas en conjunto.
Previamente, las comunidades habían trabajado en mesas en las que construyeron propuestas y escogieron quien -durante dos minutos- las expusiera ante el presidente. Fue así que llevaron soluciones en movilidad, salud, economía popular y solidaria, seguridad, mujer y género, etnias, y agua y medio ambiente.
Mientras de manera paulatina el Coliseo del Parque se iba colmando, grupos musicales amenizaban la espera del gabinete y el primer mandatario. Finalmente, hacia el mediodía, se dio inicio al diálogo en el que los delegados se expresaron.
Cámara de Comercio Popular
Una de ellas fue Adriana Romero, quien representó a la mesa de economía popular, comunitaria y asociativa. Identificó aspectos que no permiten su desarrollo como la financiación con préstamos gota a gota, el desconocimiento de las formas asociativas, la falta de capacitación para el trabajo, la insuficiencia de recursos y generar sustentabilidad en proyectos productivos, el exceso de intermediación y especulación del precio justo en detrimento del productor primario, la precariedad de trabajo decente, la exclusión de la población vulnerable, y la tramitología y la burocracia.
Ante lo anterior, desde esta mesa propusieron: “La creación de la Cámara de Comercio de Economía Popular con el respectivo ajuste normativo, para garantizar en el tiempo la existencia legal de las diferentes organizaciones; la creación de un fondo para el crédito y microcrédito que pueda prestar de manera inmediata a las organizaciones de economía popular y solidaria; promover espacios de encuentro con la banca privada para que dentro de su responsabilidad social empresarial puedan apoyar esta iniciativa pública; y la reactivación del Idema”.
Manzanas del cuidado
En el ejercicio se trataron asuntos relacionados con todos los aspectos de la vida en estos barrios. Es así que otra de las asistentes, quien no tuvo voz en la dinámica, fue Diana Olaya, de la Corporación Alma Latina, encargada de programas artísticos, culturales y patrimoniales en el barrio Bellavista Occidental, dijo que participaba porque siempre ha estado de acuerdo con estos procesos: “Respecto a lo relacionado con lo artístico y cultural creo que deben continuar lo que hay y avanzar más, que haya apoyo de los diferentes gobiernos. Creo que se deben seguir abanderando procesos como este para que realmente se puedan consolidar propuestas encaminadas a lo social”.
Por su parte, Adriana Hurtado, consejera consultiva de mujeres por el territorio de Engativá, aseguró que participaba porque debe haber una articulación nacional y distrital para garantizar los derechos de las mujeres.
“Queremos que desde la JAL y desde todas las instancias podamos participar de manera incidente, que puedan ser nuestras propuestas escuchadas y materializadas sin dilaciones y que haya presupuestos para que eso se haga realidad. Que opere la justicia y se condenen a las personas que afectan violentamente a las mujeres. Que haya presupuestos para que, por ejemplo, sigan las manzanas del cuidado”.
Con y desde los ciudadanos
Adriana sabe que hay políticas que dependen de instancias diferentes, o del Gobierno nacional o el distrital, no obstante, cree que se complementan porque -comenta-, a nivel nacional en este momento el ministerio está implementando el sistema nacional del cuidado: “Estamos aquí justamente para escuchar cómo se avanza, pero para seguir proponiendo desde y con las mujeres. Creo en el Gobierno, creo en la progresividad de los derechos y tengo la esperanza de que por fin Colombia pueda realmente tener un gobierno popular, que se construye desde la ciudadanía”.
A su vez, Diana Olaya saluda la duplicación del presupuesto para cultura en el ámbito nacional: “No es todavía lo que queremos, pero creo que se pueden seguir consolidando unas propuestas alrededor de los otros ministerios y creo que hay que apuntarle cada vez más a que haya más presupuesto. Que también haya personas que ayuden a consolidar realmente esos presupuestos en los territorios, que realmente llegue el recurso a las personas, a las organizaciones, a los colectivos que deben llegar”.
Es necesario aclarar que dentro de las peticiones al Gobierno nacional hubo varias que dependen de la Alcaldía de la ciudad. Así lo aclaró la representante a la Cámara por Bogotá, María Fernanda Carrascal: “Hay unos límites, hay unas competencias donde se puede y donde no se puede, pero creo que el entendido que el Gobierno venga a los territorios es un mensaje muy importante de fortalecimiento de las relaciones con el distrito”.
Educación, no cárceles
A su turno, el presidente Gustavo Petro explicó que la economía popular no solamente representa la mitad de la economía del país y genera el 80% de los puestos de trabajo de Colombia, y que la gente más pobre no acude al crédito bancario por los altos costos. En consecuencia, “en su desesperación tiene que recurrir al llamado ‘gota a gota’ que cobra, pistola en mano, hasta 25% diario”.
En contraposición, propuso financiar proyectos productivos de asociaciones de mujeres a través de créditos del Banco Agrario con cero intereses: “He pedido que se cambie su nombre a Banco Agrario Popular, y que su misión sea sacar el ‘gota a gota’ de la ciudad de Bogotá y de prestarle crédito a la economía popular. Lo que aprendamos aquí se extiende al país porque se van acumulando los saberes”.
Petro defendió la economía popular como fuente principal para disminuir la pobreza y aumentar la riqueza entre la clase trabajadora, e hizo anuncios sobre el proyecto de construir un gran campus universitario en el occidente de la ciudad.
Luego de finalizado el diálogo entre las comunidades y el Gobierno, Amparo Molina, de la Junta de Acción Comunal del barrio Cantalejo, comentó que salía con esperanza y expectativas porque los anuncios del presidente están enfocados en el componente educativo, lo que transformará estructuralmente la pobreza multidimensional de varias localidades: “No es castigar, o construir más cárceles. Primero, es resolver los problemas que la comunidad tiene: la necesidad de trabajo, de oportunidades, de educación, de economía solidaria y popular, de créditos para los pequeños trabajadores del sector popular, que no pueden seguir siendo sostenidos con el préstamo gota a gota. Fue muy interesante escuchar al presidente decir que va a fortalecer el Banco Agrario”.
Hacia las tres de la tarde, los asistentes se retiraron del recinto con la satisfacción de haber construido, pero con la responsabilidad de continuar fortaleciendo sus organizaciones y hacer seguimiento a los compromisos.