Iván Posada Pedraza
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, acaba de anunciar el consolidado del crecimiento económico medido por el PIB del año pasado, cifra del 0,6 por ciento. Este resultado es mucho menor al proyectado, entre otros, por el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República, que pronosticaban en dos y uno por ciento, respectivamente, ─Visión Estratégica, nov./2023─.
Los sectores que más incidieron para este pobre resultado fueron la industria, que disminuyó su actividad productiva -3,5 por ciento; la construcción -4,2 y el comercio -2,8 por ciento ─DANE feb/2024─.
Estos sectores son claves en el resultado total de la economía por la mano de obra ocupada y por el valor agregado que crean en el proceso de transformación de la materia prima, sobre todo la industria.
El comercio es un sector que ocupa un volumen importante de mano y en la medida que su actividad se reduzca, puede provocar despido de trabajadores.
La construcción, por su parte, que ocupa también un volumen importante de asalariados, está rezagada en el subsector vivienda, sobre todo la de interés social, VIS, cuya demanda viene decayendo en los últimos diecinueve meses. ─Portafolio, feb. 16/2024─.
La inversión en las diversas actividades económicas y proyectos productivos presentó una disminución de 25 por ciento, hecho que repercutió, a su vez, en la baja ejecución del Presupuesto Nacional de 2023.
Al sector privado se le atribuye parte de esta baja inversión con el argumento de falta de confianza en las instituciones y en el Gobierno nacional que –según los inversionistas– pretende demoler lo construido para construir un nuevo modelo.
Para este año, y subsiguientes, corresponde al Gobierno y ministerios acelerar la ejecución del presupuesto de 2024 para lograr reactivar la economía en su conjunto.