Cerca de 200 personas se congregaron en el encuentro preparatorio de la III Asamblea Nacional por la Paz. En el espacio, se ratificó el compromiso en defender e impulsar la salida política al conflicto social y armado
Redacción VOZ
En Cali, ciudad identificada por las organizaciones sociales y populares como la “capital de la resistencia”, culminó la asamblea regional del suroccidente colombiano, espacio preparatorio a la III Asamblea por la Paz que impulsa la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo.
La jornada de dos días contó con la participación de 200 personas delegadas de Putumayo, Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Eje Cafetero, Chocó y Antioquia. De acuerdo con la declaración aprobada, se revalidó el compromiso “por defender e impulsar la salida política al conflicto social, económico, político, ambiental, cultural y armado, alimentado por la violencia capitalista y su modelo extractivista y depredador”.
El llamado
Además, la asamblea exhortó al Gobierno nacional a fortalecer su política de Paz Total, con cambios y transformaciones que cuenten con la participación de las comunidades que habitan los territorios. En ese sentido, el llamado también es “a no permitir que los factores de poder de la oligarquía impongan su visión militarista y de guerra contra el pueblo. Urge dar pasos concretos para el desmantelamiento del paramilitarismo”.
Uno de los mensajes más importantes, del espacio asambleario, es el llamado tanto al Gobierno nacional como a los diferentes grupos armados, de no levantarse de las distintas mesas de negociación; implementar los acuerdos alcanzados, sobre todo los que garantizan la participación de la sociedad en la construcción de la paz con justicia social y ambiental; comprometerse con el cese de hostilidades contra la población civil, abstenerse de provocar confinamientos que afecten al pueblo, desplazamientos forzados, asesinatos, secuestros y reclutamiento de niñas y niños.
El encuentro hizo un especial énfasis al Acuerdo 28 firmado entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, en el que se concreta un modelo de participación para debatir el régimen político y el modelo económico-ambiental imperante en el país.
Implementación y compromiso con la paz
También, se exigió la implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Estado colombiano y las FARC-EP, “violentamente atacado por las políticas de los gobiernos oligarcas que financian la guerra”, así como retomar los acuerdos alcanzados con los diferentes procesos sociales construidos en el marco de los paros, movilizaciones y el estallido social.
La declaración aprobada finaliza con el compromiso “a construir una gran alianza nacional, social y política que promueva la conformación de un fuerte movimiento por la paz con justicia social y ambiental, que recoja, en una agenda de nuevo país, los anhelos de quienes hemos luchado y soñado por décadas con tomar las riendas de nuestra amada patria para hacerla libre y soberana”.