En una gran estrategia geopolítica, Caracas pretende impulsar el surgimiento de un nuevo mundo pluripolar, multicéntrico y la incorporación de Venezuela a la nueva política de paz, junto con los BRICS
Alberto Acevedo
Con el anuncio de siete grandes transformaciones económicas, políticas y sociales, en el marco del denominado Plan de la Patria; que estarán acompañadas de una reforma constitucional para adaptar la Carta Política a esta nueva realidad y profundizar la democracia y la participación ciudadana, además de posicionar a Venezuela en un mundo multipolar en desarrollo, Nicolás Maduro Moros se juramentó como presidente de Venezuela para un tercer período de seis años, que culmina en 2031.
En una ceremonia solemne, llevada a cabo en la mañana del 10 de enero pasado en el recinto de la Asamblea Nacional (Congreso de la República), el mandatario estuvo acompañado por más de un centenar de delegaciones de países amigos, casi un millar de asistentes al Festival Antifascista Internacional, de representantes de las autoridades nacionales, civiles y militares e invitados especiales.
Entre los diferentes anuncios realizados durante su discurso de casi dos horas, destacó la atención aquel en el que se refirió a la preparación y próxima entrega al órgano legislativo del denominado plan de las siete transformaciones.
Las 7T
La primera gran transformación, indicó, consiste en profundizar la construcción del nuevo modelo económico nacional, productivo y autosustentable. “No esperemos nada si no es producido por nosotros mismos”, precisó, en lo que se insinúa como una estrategia agresiva para sobreponerse a las sanciones económicas y financieras impuestas por Estados Unidos y sus aliados.
La segunda línea vital, la construcción de ciudades humanas, pueblos humanos, para el buen vivir y la recuperación y desarrollo pleno de todos los servicios públicos, la vivienda, el transporte público.
La tercera estrategia comporta la garantía de la seguridad, la defensa y la paz del país, de la unidad e integridad territorial. En este punto, Maduro planteó la necesidad de conformar cuadrantes de paz en todos los niveles. En relación con este tema, que llama la atención de algunos observadores, unos pocos días antes de la juramentación del presidente, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en una rueda de prensa anotó: “Venezuela está en paz y permanecerá en paz. Garantizamos la paz a los venezolanos, pero tenemos que estar alerta. Tenemos que estar atentos. No podemos bajar la guardia, tenemos que estar siempre en guardia”.
Hacia un nuevo poder

La cuarta gran transformación se orienta a la protección y el desarrollo nacional, buscando la máxima igualdad social. Se trata de una estrategia más incluyente aún para la solución de problemas cotidianos de los ciudadanos y en ella se incluye, en lo inmediato, la construcción de tres millones de viviendas para hogares sin techo propio.
La quinta gran transformación habla de la recuperación y el compromiso social, un instrumento legal para financiar proyectos sociales que contribuyan a la calidad de vida del pueblo venezolano. Una nueva dimensión de lo político, del poder popular. Siempre estaremos obligados a hacer más con el pueblo, puntualizó el mandatario. Desarrollar el autogobierno en las comunas, para una más profunda democracia popular. En busca de la construcción de un nuevo Estado, de un nuevo poder.
La sexta línea estratégica tiene que ver con el cambio climático. Apunta a construir ciudades y una economía verdes, construir una nueva sociedad ecológica, un nuevo sistema productivo ecológico. Ciudades verdes, amables con el medio ambiente.
La última gran estrategia tiene que ver con la geopolítica. Esta pretende impulsar el surgimiento de un nuevo mundo pluripolar, multicéntrico y la incorporación de Venezuela a la nueva política de paz, junto con los BRICS. En forma paralela, reclamó Maduro, hay que salvar a la Celac de las garras del divisionismo, del sectarismo.
Hacia una reforma constitucional
A renglón seguido, Maduro dirigió un mensaje a todos los empresarios: “tenemos el plan de crecimiento”, dijo. Los llamó a “unirnos cada vez más, por un nuevo modelo de desarrollo, de emprendimiento”. “Soy un hombre de diálogo, sé escuchar y sé aprender, creo en el diálogo como la forma más hermosa para aprender la diversidad humana”.
En un escenario en el que varios representantes de los gremios económicos venezolanos asistían a la posesión presidencial como invitados especiales, Maduro puntualizó: “Yo, con la moral que tengo como humanista, convoco a todos los sectores económicos del país a una gran jornada de diálogo, incluyente, unitario, para que avancemos juntos hacia una gran reforma constitucional, que democratice más a Venezuela, que actualice los postulados de la Constitución sobre la base de la nueva economía, que actualice los postulados de la Constitución para la nueva sociedad, humanista y democrática”.
La idea de discutir con los empresarios un plan de crecimiento; de convocar a los sectores más representativos de la sociedad a un consenso para impulsar una reforma constitucional moderna y democrática, tiene, en esta ocasión, un interesante sustento en los hechos, pese a que después de que Maduro tomó posesión de su cargo, la administración Biden anunció un nuevo paquete de sanciones contra la dirigencia chavista.
Crecimiento dinámico
En efecto, la reactivación de la producción petrolera y la autoeficiencia alimentaria, entre otros factores, han hecho que Venezuela se posicione como la economía de mayor expansión en la región.
El dato fue confirmado el 31 de diciembre por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, que fijó para los venezolanos un crecimiento económico proyectado del 6,2 por ciento para 2024.
En estas condiciones, la economía venezolana se perfila como una de las más dinámicas de la región, contrastando con el crecimiento de Brasil, situado en el 3,2 por ciento; el de México en un 1,4 por ciento, o el de Colombia, en un 1,8 por ciento.
Comentando estos resultados, Maduro dijo en diciembre pasado que Venezuela registra 14 trimestres consecutivos de crecimiento económico, a pesar de los daños causados por las sanciones de Estados Unidos contra la nación bolivariana. Incluso el Fondo Monetario Internacional, FMI, que no comulga con la gestión económica de Maduro, indicó que espera que la economía venezolana se expanda en un 2,5 por ciento para este año.
Mayores ingresos
A esto se suma que, de acuerdo con cifras oficiales, en el último año fiscal se produjeron recaudos equivalentes a casi 8.700 millones de dólares. En otras palabras, hay más dinero para reinvertir internamente y el Gobierno estaría en capacidad de empezar a cerrar las heridas sociales derivadas de las sanciones y los bloqueos.
Horas antes de la posesión de Maduro para un tercer período presidencial, la agencia Reuters confirmó que las exportaciones de petróleo venezolanas crecieron por segundo año consecutivo, esta vez en un 10,5 por ciento, pese a las sanciones.
En medio de este ambiente alentador, Maduro sostuvo una reunión, calificada de ‘fructífera’, con una delegación de alto nivel de la organización de países Exportadores de Petróleo (OPEP) y del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), para continuar afianzando lazos de hermandad y crecimiento económico.

Legitimidad
El Palacio de Miraflores destacó que Mohamed Hamel, secretario general del Foro de Países Exportadores de Gas, y el secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais, arribaron a Caracas para participar en la ceremonia de juramentación del presidente Nicolás Maduro.
Las delegaciones internacionales destacaron la importancia de Venezuela en el mercado petrolero global, pues refuerza las relaciones estratégicas entre el país suramericano, la OPEP y el FPEG. La presencia de estas delegaciones es muestra de que Venezuela no está sola y cuenta con el apoyo y respeto internacional, además del reconocimiento del mandatario venezolano como presidente legítimo.
El conjunto de iniciativas planteadas por Maduro en su nuevo plan de gobierno, acelera los pasos en cuanto a posicionar a Venezuela, con base en su potencial energético, como actor relevante en el orden económico mundial. Este objetivo es respaldado por alianzas estratégicas significativas, especialmente con China, cuya asociación estratégica con Caracas se consolidó en 2023. Este vínculo ha fortalecido la relación bilateral y ha contribuido al surgimiento de un mundo multipolar, ofreciendo una alternativa al predominio histórico del occidente industrializado.
Líder en el Sur global
Un aspecto crucial en esta estrategia ─algo que no se menciona hasta ahora─ se encuentra en los avances en la incorporación de Venezuela al bloque de los BRICS, algo que tras la última cumbre de ministros de la alianza se señaló como factible de concretarse en este año. Miguel Jaimes, experto en relaciones internacionales, comenta que este movimiento es significativo para la reconstrucción de las relaciones internacionales y el establecimiento de una visión económica global multicéntrica. Según Jaimes, “este movimiento es esencial en un contexto donde la integración económica y geopolítica juega un papel vital a nivel mundial”.
Si llega a concretarse la inclusión de la Revolución Bolivariana en los BRICS, indican algunos analistas, se confirmaría un paso más en la estrategia venezolana de convertirse en líder en el desarrollo del Sur global. En un escenario marcado por tensiones económicas y políticas, Venezuela trabaja para ser protagonista en la reconfiguración del mapa mundial, impulsando una nueva visión de integración que promueve el equilibrio diplomático y económico a escala global, con objetivos inquebrantables como la solidaridad de los pueblos, la defensa de la soberanía de las naciones y la justicia social.