Rubén Darío Arroyo Osorio
En medio de la saturación informativa de los obscenos resultados electorales, más de 35 mil compatriotas campesinos, mineros artesanales, miembros de comunidades negras e indígenas y organizaciones sindicales, estudiantiles y populares, recorren las veredas, las carreteras y las avenidas de la capital de la república para informarles a sus conciudadanos y manifestar al gobierno su rechazo al incumplimiento del presidente Santos y sus secuaces, empotrados en las sillas de los gabinetes ministeriales y oficinas de mandos medios que siguen engañando a los trabajadores del campo con promesas de acciones que resolverían los más sentidos problemas de la población colombiana.
Al culminar la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, los cuatro mil delegados a este espacio democrático concluyeron que tomarían la ciudad de Bogotá como anuncio de la preparación de un nuevo paro agrario, campesino y popular debido al incumplimiento de los acuerdos del gobierno actual con los compromisos pactados en las mesas del paro agrario de agosto de 2013; sus demandas están contenidas en un pliego unitario de peticiones en el que se señalan los asuntos a resolver.
Acceso a los créditos para pequeños y medianos campesinos; suspensión de compra masiva de alimentos importados que invaden los mercados nacionales y empobrecen a los productores campesinos del país; presencia efectiva del estado y protección a las zonas de producción agrícola y a los campesinos, indígenas y etnia afrocolombiana agredida y asesinada por grupos irregulares, la delincuencia común y el narcotráfico; construcción y mantenimiento de caminos, carreteras y toda la infraestructura que permita sacar los productos del agro a los mercados internos y externos en aras de impedir una escasez de productos y una profunda crisis alimentaria; refinanciación de las deudas de los pequeños campesinos ($370 mil millones) en sectores productores de papa, arroz, maíz, café, plátano, cacao, caña de azúcar panelera, palma, hortalizas, banano, algodón, leguminosas, entre otros, más allá de las promesas del Banco Agrario y otras entidades crediticias.
Igualmente exigen la rebaja de los combustibles en un 50%; redistribución de tierras con títulos para campesinos, el cese de estigmatización y persecución contra los mineros artesanales. Si el gobierno no resuelve estas peticiones se avecina un nuevo paro campesino, agrario y popular para los primeros días del mes de abril. El presidente y sus funcionarios deciden: paro o soluciones reales al sector agropecuario. Adelante en su lucha camaradas campesinos: estamos con ustedes.