Deuda de Pastrana
El ex presidente Andrés Pastrana Arango, ahora bombardero del proceso de paz de La Habana, tiene una deuda enorme con la verdad histórica. Nunca reveló qué pasó aquel día de junio de 1999, cuando los militares lo encerraron en la base militar de Tolemaida, una vez conocida la orden del despeje del Batallón Cazadores en San Vicente del Caguán. Dicen personas cercanas a Pastrana que hubo amenazas de golpe y que el entonces presidente tuvo que comparecer ante los uniformados porque el alto mando no fue a la Casa de Nariño. La revuelta de la oficialidad fue conjurada con concesiones. Allí se cocinó el verdadero filo del Plan Colombia y la debilidad de los diálogos del Caguán.
El libro de Holmes
En próximos días dicen que estará en circulación un libro sobre la paz de Carlos Holmes Trujillo, uno de los uribistas recalcitrantes, después de haber pertenecido a varios gobiernos liberales. Es lo que algunos llaman en política un “lentejo”. Aunque el libro aún no se conoce, lo que está descartado es que el nuevo analista de paz explique cuáles fueron sus aportes como alto comisionado de Paz del Gobierno de Ernesto Samper y qué hizo para la paz o para la guerra, porque en ambos casos su gestión fue ninguna. Reveló enorme incapacidad, hasta el punto que fue a parar a la diplomacia, a donde van los politiqueros que fracasan en el país.
De mal en peor
En definitiva la dirección del Polo Democrático Alternativo va de mal en peor. Los concejales del país, al menos la mayoría, se rebelaron a la decisión de no apoyar la marcha del 9 de abril. Varios han anunciado su participación. Y para completar los desaciertos, la delegación de la dirección del PDA en la reunión del Foro de Sao Paulo en México, integrada por Jaime Dussán y Carlos Naranjo, se opuso a la realización de un encuentro internacional por la paz de Colombia y presentó la sustitutiva de un encuentro propio a mitad de año. El Foro, como solución salomónica, apoyó ambas reuniones en Bogotá.
Medallo peligrosa
A pocos días que el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, celebrara con bombos y platillos al reconocimiento de Medellín ciudad de excelencia por la seguridad, otro estudio asegura que Cali, Medellín y Barranquilla son las ciudades más peligrosas de Colombia. Nada que ver, por supuesto con tres ciudades de excelencia, lo que ocurre es que sus mandatarios han sido incapaces de resolver la enorme brecha de desigualdad y de pobreza, causa de atrofia del tejido social y de tanta inseguridad.