ISIS se atribuyó la autoría del ataque, pero la inteligencia militar rusa duda de la versión. La investigación apunta a Ucrania, lo que hace inminente una escalada del conflicto
Ricardo Arenales
Muy dura fue la reacción de las autoridades rusas frente al criminal atentado terrorista de la noche del viernes de la semana pasada contra el complejo cultural y recreativo Crocus City Hall, que dejó un elevado número de víctimas fatales, de heridos y el destrozo del auditorio principal, por un incendio provocado por los asaltantes.
“Todos los autores, organizadores y los que ordenaron este crimen recibirán su justo e inevitable castigo. Sean quienes sean, quien quiera que los haya mandado. Repito: identificaremos y castigaremos a cada uno de los que están detrás de los terroristas y que prepararon esta atrocidad, este golpe contra Rusia y nuestro pueblo”, dijo en tono enérgico, pero dolorido, el presidente de la nación, Vladimir Putin.
El mandatario subrayó que los organismos de inteligencia correspondientes “harán todo lo posible para establecer todos los detalles del crimen”, precisó que “ya está claro que nos enfrentamos no solo a un atentado terrorista planificado de manera cuidadosa y cínica, sino a un asesinato en masa, preparado y organizado, de personas pacíficas e indefensas”.
Huían hacia Ucrania
Putin confirmó que “los atacantes intentaron escapar y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, la parte ucraniana les había preparado una ventana de escape para cruzar la frontera estatal”. En este sentido, precisó que el Servicio Federal de Seguridad ruso y otros servicios de seguridad están llevando a cabo los trabajos para encontrar a “quienes les proporcionaron transporte, planearon rutas de huida del lugar del crimen y prepararon depósitos ocultos con armas y municiones”.
Otro alto dignatario que se expresó en la misma tónica fue el expresidente del país y hoy vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev. “Los terroristas solo entienden el terror de la represalia. Ningún juicio o investigación servirá de nada si no se contrarresta la fuerza con la fuerza y las muertes con ejecuciones totales de terroristas y represiones contra sus familias”, escribió el funcionario en redes sociales.
Fue más lejos y dijo que si se determina que el atentado fue perpetrado por “terroristas del régimen de Kiev”, será “imposible tratarlos a ellos y a sus inspiradores ideológicos de otra manera”. “Todos ellos deben ser encontrados y eliminados sin piedad como terroristas. Incluidos los funcionarios del Estado que cometieron tal atrocidad”, puntualizó.
También la población rusa parece compartir este sentimiento de venganza. Durante las primeras muestras de condolencia con las víctimas del atentado, miles de rusos depositaron ofrendas florales ante las ruinas del centro cultural atacado por los terroristas. Y en medio de un mar de flores multicolores, una mujer colocó un pequeño letrero: “No perdonaremos”.
Dudas
Al finalizar la semana, el domingo en la noche, las autoridades de socorro precisaron que el número de muertos se elevó a ciento treinta y siete personas, incluyendo varios niños, y se había logrado identificar solo sesenta y dos cadáveres. Los demás no, por el deterioro de sus cuerpos debido al voraz incendio desatado.
Como ha trascendido en los medios de comunicación occidentales, el grupo terrorista Estado Islámico, Isis, se habría adjudicado la autoría del atentado contra el Crocus City Hall. Pero los servicios de inteligencia rusos no están del todo convencidos de la veracidad de esta autoincriminación. Al fin y al cabo, en otros atentados importantes, con gran cubrimiento mediático, Isis también ha dicho ser autora material y, posteriormente, se ha establecido que estas afirmaciones no fueron ciertas.
Los autores del atentado en Moscú utilizaron para la difusión del mensaje un viejo canal de Isis, que esta organización ya no utiliza. Isis, a su vez, prácticamente no levanta cabeza después de los golpes militares recibidos en varios escenarios de conflicto. El modus operandi en Moscú es también diferente. Los kamikazes de Isis no acostumbran huir del escenario de los hechos y prefieren autoinmolarse.
Apoyo para la huida
Los autores del atendado en Moscú tenían preparada una estrategia de escape, que conducía a Kiev. En Ucrania tenían una red de apoyo que los recibiría y los haría ‘desaparecer’ del escenario político. Es aquí donde, en vez de endilgarle responsabilidad a Isis, se perfila la ‘conexión Ucrania’.
Este nexo podría afirmarse con futuras investigaciones policiales, si se tiene en cuenta una visión más amplia del curso de la guerra con Ucrania en las últimas semanas. Kiev ha intensificado los ataques con drones contra poblaciones fronterizas rusas, especialmente en Bélgorod, Járkov, Donestk, la región occidental de Kursk y el pueblo de Kulbaki, buscando crear terror entre el pueblo ruso y debilitar la iniciativa de las tropas rusas en Ucrania.
A esto se suma una ofensiva de drones ucranianos contra refinerías y depósitos de petróleo rusos en actos de sabotaje orientados a debilitar el suministro de combustibles a las tropas rusas en el frente ucraniano. La prensa occidental califica esta estrategia como un nuevo capítulo de la guerra asimétrica que se lleva a cabo para contrarrestar la superioridad rusa en material y personal militar.
Líneas rojas
Sumados los tres hechos, podría insinuarse que Kiev, con la anuencia y el apoyo de Estados Unidos y la OTAN, estaría ‘midiéndole el aceite’ a Moscú en una nueva y peligrosa escalada que, como lo advirtió el Kremlin, puede conducir a una guerra nuclear.
En recientes declaraciones, antes y después de la jornada electoral que lo confirmó en un período presidencial más, Vladimir Putin dijo que Rusia “ya está en guerra” con Occidente e insinuó nuevas “líneas rojas” en Ucrania, como el ingreso de la OTAN al terreno de operaciones, evento en el cual Rusia se defendería con su arsenal nuclear.
Entre tanto, numerosos países y líderes del mundo expresaron su solidaridad con el pueblo ruso y condenaron los móviles del atentado contra el centro cultural de las afueras de Moscú. La condena la encabeza de manera significativa el Movimiento de la Resistencia Islámica Hamás. Se suman países como Cuba, Venezuela, Colombia, entre otras naciones.