lunes, marzo 18, 2024
InicioPaísActualidadAtender el llamado a “lxs nadies”

Atender el llamado a “lxs nadies”

La visibilidad trans es una misión importante en la búsqueda de la justicia social. MiYu Alarcón, persona con experiencia de vida trans no binaria, comparte sus opiniones sobre los obstáculos que enfrentan para participar en política

David Alejandro Velásquez
@dark_athenea

El gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez esgrimieron desde su campaña una promesa que dio forma y peso a su objetivo de ser el primer gobierno popular del país: La entrada al escenario político de “los nadies”.

La posibilidad de que personas de grupos históricamente excluidos pudieran ocupar los roles de tomadorxs de decisiones en el primer gobierno de izquierda en la historia del país se abrió como una promesa enorme en el camino hacia la justicia social. Los sectores sociales de personas LGBTIQ+ atendieron al llamado hecho a los “nadies” para la construcción de un nuevo país y apoyaron el camino a la presidencia del actual Gobierno.

VOZ habló con MiYu Alarcón, una persona con experiencia de vida trans quien perteneció hasta hace poco al movimiento político Estamos Listas Colombia, para tener perspectivas sobre la participación política, a propósito del Día de la Visibilidad Trans que se conmemora el 31 de marzo.

Estamos listas

MiYu Alarcón es una persona con experiencia de vida trans no binaria asignada femenino al nacer (AFAN), esto quiere decir que su identidad de género se encuentra por fuera de lo que entendemos como masculino y femenino. Es psicóloge y activista por los derechos de las personas LGBTIQ+. Actualmente cursa una maestría de Gobierno, políticas públicas y desarrollo territorial.

Durante los últimos 10 años MiYu ha trabajado en el acompañamiento, fortalecimiento y transición política de líderes y organizaciones no gubernamentales que trabajan en temas relacionados a los derechos de población diversa, así como en la consultoría de asuntos de género, infancia y adolescencia. Además, también ha desarrollado su trabajo en torno a las personas neurodivergentes.

MiYu Alarcón nos comenta sobre su papel en el movimiento Estamos Listas donde fue parte desde el proceso de recolección de firmas para las elecciones legislativas del 2022, hasta llegar a ser candidatx al Senado: “Con Estamos Listas queríamos ocupar un Estado y un Senado que ya no tuviera más corrupción, que hiciera una política con belleza, honesta, feminista, que contemplara esos enfoques tan importantes que hoy en día debemos tener en cuenta, esas interseccionalidades.”

Sin embargo, MiYu decidió abandonar el movimiento el 10 de marzo de este año, luego de haber trabajado por la inclusión de personas trans dentro de este: “Fue un trabajo arduo a pesar de las presiones al interior y al exterior de Estamos Listas debido a mi identidad de género. Hace poco, con los estatutos, hice la sugerencia para que fuéramos incluidas las personas trans-masculinas y trans-no-binarias. Pero las sugerencias no fueron atendidas, por eso yo decido no continuar en el movimiento, porque siento que el horizonte político ya no me representa, y no voy a estar en lugares donde siento que mi experiencia y existencia no son bienvenidas”.

La trans-exclusión en la política (progresista y de izquierdas)

Si bien se buscó preguntarle a MiYu su opinión por las posturas discriminatorias esgrimidas por la derecha en diferentes partes del mundo, ellx señaló un caso más preocupante y revelador: Lx entrevistadx mencionó haber hecho una denuncia interna por la presencia de personas con posturas trans-excluyentes, esto quiere decir, que no reconocen la pertenecía de personas trans a movimientos de mujeres, a feminismos, e incluso que les niegan la identidad y el reconocimiento de derechos, dentro del movimiento.

“También por estos días informamos la llegada a este ministerio de una compañera sobre la que hay evidencias de trans-exclusión”

Esta crítica está presente en la carta de renuncia que MiYu presentó el 10 de marzo y que publicó en su cuenta de Twitter, donde señala: “No apoyaré y me abstengo de continuar y participar en espacios […] en los que en nombre del feminismo se sigan reproduciendo las violencias contra las que tanto luchamos”.

La participación política

MiYu señala que “a pesar de que se han hecho avances en el gobierno para la participación de personas con experiencia de vida trans, sobre todo en la formulación del Plan Nacional de Desarrollo y la creación de la ‘gerencia de diversidad’ en el Ministerio de la Igualdad”, ve con preocupación la llegada de “los mismos y las mismas de siempre […], sin darle la oportunidad a “los nadie”, quienes no hemos tenido los mismos privilegios tanto académicos como sociales para acceder a estos cargos de función pública”.

Una visión hoy desactualizada del marxismo consideró durante décadas al obrero industrial como el sujeto revolucionario por excelencia. Esa idea se mantuvo antes de que las experiencias revolucionarias, anticapitalistas y anticoloniales en el sur global durante el siglo XX demostraran que esa noción del sujeto revolucionario debía ser ampliada: Campesinos, personas racializadas, mujeres, minorías sexuales y de género, aquellos y aquellas a quien el psiquiatra y militante revolucionario Franz Fanon llamó los “condenados de la tierra”, y a quienes Marx y Engels podrían leer como el “lumpenproletariado”, aún sin ocupar el rol del trabajador industrial, fueron, y son, víctimas de la opresión, las desigualdades y violencias del capital, por ende, sujetos claves en las luchas en su contra y en pro de un mundo más justo y equitativo.

A razón de la violencia transfóbica y de la precariedad económica, las personas trans tienen en el país una expectativa de vida de 27 años, según información de la fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans, Gaat, en 2021. La necesidad de que las personas trans sean capaces de contar sus historias, alzar su voz y llegar a lugares estratégicos para la toma de decisiones para poder intervenir en estas complejas y preocupantes realidades, pasa necesariamente por su visibilización y por la posibilidad de ser partícipes de movimientos, agrupaciones y partidos.

Las apuestas y promesas por la justicia social se han alzado desde el gobierno, los partidos, los movimientos y la sociedad civil, pero aún dentro de estos lugares hay luchas que encuentran férreas oposiciones o falta de voluntad política. La parcialización del compromiso de las izquierdas y el progresismo con estas luchas puede acabar configurando una justicia social a medias, que siga marginalizando e invisibilizando realidades; o puede significar otro panorama, una lucha “de papel” por la justicia social, que no cambia las dinámicas de la participación política en Colombia.

En su carta, MiYu señala: “sigo creyendo en nuestra gran capacidad de reconocer la urgencia de un cambio que nos permita mirar hacia adentro y cuestionar esas formas erróneas aprendidas del sistema opresor, binario, racista, capitalista y patriarcal en el que crecimos; para así darle fuerza y poder a lo valioso que es el trabajo colectivo, comunitario y popular, con el objetivo de seguir construyendo la posibilidad de un futuro mejor y sin perdernos de las luchas y principios que nos trajeron hasta aquí”.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments