miércoles, enero 8, 2025

¿A qué sabe el exilio?

¿En dónde queda ese lugar que su dispositivo marca como su ubicación actual? ¿Dónde queda el exilio? Es el tono de esta entrevista al investigador Andrés Celis llena de humanidad, recuerdos y añoranzas

Sofía De la Hoz Terán
@sofiadelahoz10

A través de un amigo en común contacté a Andrés Celis, le hablé del propósito de escribir un artículo sobre su caso, debido a las amenazas que ha sufrido y el exilio que asumió para resguardar su vida. Acordamos vernos de forma virtual. En el proceso de definir las preguntas, me encontré de frente con el documento modelo de la Comisión de la verdad para entrevistar a personas exiliadas.

Me recorrió un frío por la piel, al pensar sugerirle el ejercicio de que él responda este cuestionario. Andrés hizo parte de profesionales que diseñaron el documento de entrevista para quienes, por décadas, se vieron obligados debido a la violencia política, a salir del país. Ahora a causa a las amenazas de las que ha sido víctima, el mismo está en el exilio.

La entrevista diseñada

Debido a su trabajo como investigador para la Comisión de la Verdad, Andrés entrevistó a diferentes personajes de grupos armados que van desde paramilitares a guerrilleros, miembros de bandas organizadas y militares de diferentes rangos, pertenecientes al Ejército Nacional de Colombia.

Trabajó de la mano con el comisionado Alejandro Valencia, quien es una eminencia en el tema de derechos humanos a nivel nacional e internacional y ha hecho parte de diferentes comisiones de la verdad en países como Perú, Guatemala, Ecuador, Paraguay, entre otros.

La Experiencia del comisionado sumada a la de Andrés, quien trabajó por cinco años como investigador para el reconocido portal de investigación periodística Verdad Abierta, logró una llave que dio como resultado, excelentes aportes sobre las causas, financiadores y víctimas del conflicto interno colombiano.

La entrevista diseñada y aprobada por la Comisión de la Verdad para abordar a las personas exiliadas, se interesa por las causas que les llevaron a tener que salir, pregunta si saben qué grupo armado pudo estar detrás de las amenazas, sobre dificultades en el país de acogida, entre otros temas.

Las preguntas

Imagino estás preguntas en la mente de Andrés o de otras personas exiliadas y salto de inmediato a preguntas más íntimas. Pienso entonces ¿a qué olía su primera noche después de las amenazas?, ¿de qué color fueron sus primeros días en el exilio?, ¿qué canción llega a su cabeza los domingos por la tarde?, ¿a qué sabor se aferra para sentirse cerca a los suyos? ¿Que ha motivado su mayor sonrisa en el exilio?, cuál es su lema o sus lemas en este tiempo?, ¿qué le aterra en este nuevo presente?

Intuyendo que Andrés es de esa estirpe de compatriotas que aprendimos a ser felices como decisión, como un acto de rebeldía frente a lo que ciertas realidades nos plantean, le pregunto qué lo hace feliz en este tiempo, que está soñando, ¿planeando? ¿Cuál ha visto hasta ahora es el principal aporte de colombianos y colombianas en el exilio?, ¿Que lograron y que no lograron quienes le amenazan?, ¿Qué fantasmas le rondan?

¿En dónde queda ese lugar que su dispositivo marca como su ubicación actual? ¿Dónde queda el exilio?

Las respuestas

Andrés Celis

Nos encontramos con Andrés por videollamada, me cuenta que el sabor al que se mantiene aferrado para no distanciarse de los suyos es esa combinación colombiana de queso con bocadillo; que su última comida antes de salir le supo amargo; que el exilio es ese no lugar donde a pesar de todo buscas existir;  me explica que los expertos dicen que es después de tres meses que la mente se asienta y comienza a asumir el cambio social, político, emocional; me dice que por fin a ganado nuevamente peso, que el insomnio y la depresión van cediendo. Que su mayor alegría en este tiempo ha sido viajar a los alrededores del lugar donde ahora se encuentra y conocer nuevas costumbres, nuevos lugares, que esto lo mantiene con vida.

Me habla de lo difícil que es asimilar el haber iniciado un viaje de difícil retorno; que los domingos por la tarde las canciones que llegan a su corazón y a su cabeza son una mezcla de tangos de Gardel que escuchaban su madre y su padre, con punk, post punk, mucho Pink Floyd y sus clásicos; que en este tiempo parte importante de sus sueños los constituye el que su familia este bien. Asegura que siempre ha sido un hombre muy esquemático, por eso lo que más le aterra en este momento es la incertidumbre sobre sus días.

Andrés es un hombre coherente, sensible, inteligente y certero. Sabe bien que lo mediático de su caso, le ha dado la posibilidad de divulgar muchas de las dificultades que los exiliados vivencian, así que aprovecha para enfatizar la revictimización de la que suelen ser víctimas en los países de acogida por los errores y vacíos en las rutas institucionales diseñadas para los procesos de asilo. Al preguntarle sobre los resultados que espera de la investigación en Colombia por su caso, dice que sus expectativas al respecto son bajas, que las cifras alrededor de este tema así lo indican.

Wish you were here

Reflexionamos sobre lo irónico de salvaguardar la integridad física renunciando a la vida conocida; al precio que esto significa, a sentirse paria, a las amistades y familiares que el exilio te quita y te da; a lo que ha valido y no la pena al empeñarse desde su militancia política y profesional por apostarle a la defensa de los derechos humanos; a lo paradójico que resulta el que con amenazas ordenadas desde la cárcel te quiten la libertad; a que producto de trabajar en la implementación del Acuerdo de Paz, se termine ingresando a los listados de víctimas del conflicto.

Me despido de él pensando en que la búsqueda de justicia sobre su caso es al mismo tiempo una medida de reparación para miles de personas que en el exilio esperan tener acceso a la verdad. Recuerdo aquí que Andrés cita como canción repetitiva en su cabeza:

Wish you were here de Pink Floyd…
Así que te crees que puedes distinguir el cielo del infierno
Los cielos azules del dolor,
¿puedes diferenciar un campo verde de un riel de acero frío?
¿Una sonrisa que se esconde tras un velo?…
Como desearía, como desharía que estuvieras aquí…
Año tras año, corriendo bajo el mismo viejo suelo.

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