martes, abril 30, 2024
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Inicia la Renta Ciudadana, una apuesta de largo aliento

El Gobierno nacional robustece y amplía la cobertura de programas de ayuda a millones de familias vulnerables, mientras busca el desarrollo del campo y la industrialización del país

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

“¡Bendito sea el señor! Ese dinero me ha ayudado mucho, la situación está muy dura y me ayudó mucho para comprar frutas para la alimentación de las niñas y para comprarles unos zapaticos que necesitaban, era una necesidad primaria. Cuando uno paga arriendo y no tiene, tiene muchas necesidades y hay que cubrirlas como sea”, le dijo a VOZ Marly Rivera, quien vive con sus dos niñas de 6 y 10 años y su esposo en una vereda de Dagua, Valle del Cauca, y ha sido beneficiaria de las ayudas gubernamentales dadas a través del Departamento de Prosperidad Social.

Marly se refiere a los 500 mil pesos que recibió en diciembre cuando el Gobierno nacional, como parte de un plan de choque contra el hambre, dio $500 mil a dos millones de hogares en situación de pobreza extrema, mayoritariamente encabezados por mujeres.

En esa oportunidad los pagos se hicieron a “nuevos hogares pertenecientes al grupo A del Sisbén IV que no recibían ninguna ayuda del Estado, beneficiarios de Ingreso Solidario pertenecientes al grupo A del Sisbén IV, hogares participantes de Familias en Acción de jefatura femenina y con niños y niñas menores de 6 años, y participantes de Jóvenes en Acción que son madres cabeza de familia, con niños y niñas menores de 6 años”, así lo informó la entidad.

El inicio de la transición

Yuledy Poloche también ha sido beneficiada con los auxilios que daba el programa Familias en Acción. Recibía 203 mil pesos por uno de sus hijos y por el otro, 101 mil 500, aunque en diciembre le dieron $500 mil.

Vive con sus dos hijos de 12 y tres años en el corregimiento de Las Hermosas en Chaparral, Tolima; el mayor va a la escuela mientras ella se queda cuidando al menor y en trabajos agrícolas en fincas, en labores como coger café.

Ahora, Yuledi será protagonista de la transición de esos programas a Renta Ciudadana para beneficiar a tres millones de hogares que recibirán ingresos por encima de la línea de pobreza.

“Se trata de una apuesta no asistencialista de beneficios para la población que más lo necesita y que se encuentra en estado de vulnerabilidad y de extrema pobreza. El espíritu de la Renta Ciudadana es ser un sistema que permita dignificar este tipo de beneficios y de ayudas, en la medida en que se trata de ingresos que están por encima de la línea de pobreza, algo que no se había hecho históricamente, desde que existe este sistema de transferencias en Colombia”, explicó la directora general de Prosperidad Social Cielo Rusinque.

Aunque el programa es en el ámbito nacional, asignará mayores recursos a las familias de 466 municipios con prevalencia alta y muy alta de desnutrición infantil, identificados dentro de los mapas de hambre elaborados por el Gobierno nacional, municipios con mayor índice de pobreza multidimensional y municipios PDET. Asimismo, privilegiará a madres cabeza de hogar con niños y niñas menores de seis años.

Según la entidad, el primer pago se realizará en abril de 2023, y en adelante los pagos se harán cada dos meses. Esto significa que una familia puede recibir hasta un millón de pesos en el momento del pago.

En consecuencia, Marly Rivera que desde hace un tiempo ha sido beneficiaria del programa Familias en Acción en el que recibía 180 mil pesos cada dos meses, y que en diciembre recibió $500 mil, ahora recibirá hasta un millón cada dos meses.

Contra el asistencialismo

Vale anotar que el robustecimiento de estas políticas y la ampliación de los beneficiarios son medidas necesarias, si se tienen en cuenta las condiciones económicas y de pobreza y miseria en las que el Gobierno recibió al país.

No obstante, el asistencialismo ha sido muy criticado por sectores políticos de derecha y han producido eco en sectores de la población, porque dicen que inducen a no producir, a querer “todo regalado”.

Para el economista, profesor universitario y analista, Mario Osorio, hay que abandonar el asistencialismo, pero, paradójicamente, no se pueden abandonar una serie de políticas que implican medidas asistencialistas hasta cierto punto, por cuanto sería dejar una enorme cantidad de población desprotegida.

“Lo que hizo Peñalosa en su segunda alcaldía fue echar para atrás programas que no eran asistencialistas, pero que tenían algunos subsidios, y que favorecían a sectores como recicladores, y acabó con las posibilidades de superar el asistencialismo”, argumentó Osorio.

Para él, la complejidad está en que se deben atacar problemas graves de la población como el hambre, pero al mismo tiempo promover políticas que saquen a la gente de la pobreza y la informalidad. “Al aumentar esos aportes habrá mayor capacidad de demanda de esos sectores, que tiene que ser satisfecha por una economía más productiva. De nada ganamos con que la gente tenga más capacidad de compra si seguimos importando alimentos, por ejemplo. Entonces, debe haber medidas como el fomento de alimentos”, explicó el docente universitario.

Empoderamiento de las familias

Lo primero que hizo Yuledy Poloche con el auxilio de diciembre, contradiciendo a quienes atacan estas políticas, fue invertirlo: “Yo tenía unos ahorros y pude emprender en un novillito que le compré al niño para ir adelantándolo, me valió un millón y puse plata que tenía ahorrada. Quiero seguirlo adelantando para más tarde ver cómo le doy estudios universitarios a mis hijos, el más grande dice que quiere estudiar veterinaria. Y pues uno a veces no alcanza, pero si uno se lo propone, más tarde con la ayuda de ellos lo puede lograr”.

También pone el ejemplo de una familia que con esas ayudas inició un negocio de crianza de pollos.

Así como ella, muchas sueñan con el día en que no sean necesarias las ayudas, sino encontrar una estabilidad económica que les permita vivir dignamente, con acceso a salud, alimentación, trabajo y educación.

En ese mismo sentido va el programa de Transición de Prosperidad, pues afirma que apoyará la política de Hambre Cero, recogiendo y robusteciendo la estrategia iniciada con el plan de choque de diciembre de 2022: “asegurará el ingreso suficiente a los hogares para acceder a una canasta básica alimentaria. Para instalar desde su operación los propósitos de transformación del Gobierno Nacional, esta transición preparará también la superación del asistencialismo, para proponer corresponsabilidades que permitan el empoderamiento económico y la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes”.

Más allá de las ayudas

Según Mario Osorio, hay que trascender la noción del asistencialismo sabiendo que hay que prestar asistencia, hasta que haya nuevas condiciones económicas como industrialización con generación de empleo formal, desarrollo de la economía campesina y formalización del trabajo campesino, elevación del nivel educativo de la población para atender las exigencias de una economía y unos sectores productivos modernos. Asuntos que deben ser abordados simultáneamente y que duran años en conseguirse.

Es así que a la señora Poloche la iniciativa de la Renta Ciudadana le parece buena, siempre y cuando las familias la sepan aprovechar, “porque a veces la misma familia es culpable de que no se vean resultados porque no lo sabemos aprovechar, muchas veces no compran la comida que necesitan, todo lo gastan y no dejamos para empezar a emprender en algo y tener un recurso adicional”.

Los programas con una nueva visión están empezando, y debe haber el compromiso de los beneficiados, la población en general y del Gobierno Nacional para aprovecharlos en pro de cambiar las actuales condiciones económicas y construir unas nuevas: productivas e incluyentes.

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